Esa tarde, él se pasó a firmar una pila de documentos a BiTec. Desde que Hanna había salido de vacaciones, era raro el día que llegaba a la empresa. Generalmente pasaba en las oficinas familiares pero debía poner todo en regla en BiTec.

Todos alertaban su llegada y lo miraban con temor, pero esta vez muchos lo observaron con curiosidad, tratando de saber que ocurría. Los rumores de lo sucedido en el funeral de Sebas tenían a todo el mundo interesado sobre un nuevo triángulo amoroso en la empresa. Muchos apostaban que el jefe estaba interesado en Hanna y Sarah y otros que solo había sido amable con Hanna y que estaba realmente interesado en Carly y Sarah.

Entre tantos rumores, nadie podía adivinar la verdad. ¿Qué dirían cuando se revelara que los gemelos Kelly son hijos del magnate?

Esa mañana tenía una máscara de indiferencia que no dejo a nadie adivinar sus intenciones respecto a Hanna, Carly, Sarah o cualquier otra chica con la que se rumorea que tiene interés.

Ehan entro en su oficina y comenzó a revisar la documentación sin descanso; teniendo la mente en el trabajo evitaba pensar en otras cosas. Como Hanna por ejemplo.

Había esperado tanto tiempo que ahora lo desesperaba tener que darle tiempo a pesar de saber qué era lo mejor.

Pero Ehan no era el único desesperado.

Cerca del almuerzo, Sarah entro a la oficina de presidencia con una sonrisa coqueta; iba a hablar con Ehan y a probar suerte. No dejaría que Ehan Hilton se le escape de las manos y esta vez tenía un nuevo plan entre manos

—Buenos días señor Hilton— dijo Sarah sentándose frente al escritorio de Ehan con las piernas cruzadas. Antes de entrar había desabotonado un poco su camisa y subido su falda. De esa forma podía exhibir más sus encantos físicos.

Ella conocía sus atributos y les sacaría provecho, un pez como Ehan Hilton no se encontraba fácilmente y ella no estaba dispuesta a dejarlo ir...

—Que necesita señorita James— dijo Ehan sin siquiera mirarla, Sarah era alguien redundante para él.

—Necesito su aprobación para el baile de Halloween señor.

Ehan levanto la mirada de golpe y la observo con incredulidad. ¿Un baile? ¿Dónde estaban? ¿Seguían en la preparatoria?

— ¿Un baile? — dijo Ehan con cinismo mirándola con una ceja arqueada.

—Es más bien una gala que se realiza todos los años. Van todos los empleados de la empresa con la temática blanco y negro. Muchas dudan sobre la celebración de este año ya que los directivos nunca estuvieron de acuerdo con el dueño sobre invertir en esta celebración estando la fiesta navideña cerca.

Ella se inclinó un poco sobre el escritorio de Ehan dejándole ver el valle entre sus senos.

—Quería saber si usted estaba de acuerdo en invertir en esta fiesta para mantener la costumbre en la empresa. Todos lo queremos, Ehan— dijo llamándolo por su nombre de pila— y sé que... —le tomo la mano mientras bajaba la voz — podríamos disfrutar mucho en esta fiesta.

Ehan le dio una sonrisa cínica y alejo su mano dejándole claro que el gesto no era bienvenido.

—Gracias por su... disposición —dijo con cinismo— pero debo hablarlo primero con la directiva. Si eso era todo lo que necesitaba decirme puede retirarse.

Sarah lo observo con la cara un poco desencajada; ella esperaba que el aceptara. No sabía qué hacer, si levantarse o quedarse y tratar de convencerlo. ¿Cómo podía ser tan frio con ella?

— ¿Tiene algo más que decirme señorita James?

—Em... yo... No. Era solo eso...

—Entonces retírese por favor. Tengo trabajo que hacer.

Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: NYC N° 3Where stories live. Discover now