○Capítulo 15○

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(odio que ya no se pueda leer con la canción de multimedia:'c<//3)

Maratón 3/5

Cumpleaños

-Jack-

Ahora mismo Punzie y Eugene luego de una hora más de estar aquí, se están despendiendo.

Les agradecimos por el cuidado de Yerai como habitualmente lo hacemos, los invitamos a cenar y charlamos un rato.

—Nos retiramos a nuestra casa —Eugene abre la puerta y le deja el paso a Punzie primero como todo un caballero.

Punzie dio una risilla ante el gesto amable de su novio y salió de la casa.

—¡Nos vemos! —Exclamo Punzie estando ya afuera y Eugene cerrando la puerta.

Giro la cabeza y veo a Elsa subir por las escaleras con Yerai en brazos. La sigo yendo yo también escaleras arriba.

Elsa se adentra a la habitación de Yerai, he visto como deja la puerta emparejada. De igual forma la sigo, y entro a la habitación de Yerai.

Me acerco a Elsa para quedar enfrente de la cuna. Elsa recuesta a nuestro hijo lentamente en su cuna, él ya está profundamente dormido. Su tranquila y ruidosa respiración es la cosa más adorable que he escuchado en tanto tiempo, sus risas, sus balbuceos... También mi pequeño hijo es todo para mí.

Elsa se reclina en el barandal de la cuna y besa la frente de Yerai con suma ternura y cuidado.

—Vamos —Me susurra apuntando con la barbilla a la puerta, asiento. Ambos a hurtadillas salimos de la habitación de Yerai, Elsa cerró la puerta tras ella lenta y sigilosamente, la esperé para que nos fuéramos juntos a nuestra habitación para dormir.

Ambos fuimos a nuestra habitación y al hacerlo, camine directamente a la cama y me tire en medio de ella soltando el aire junto un gemido de alivio.

.

.

-Narradora-

Si, justo ahora él estaba recostado envuelto en sus cobijas con el walkie-talkie a un lado de él, encima de la mesita de noche y escuchaba con claridad todo...

Jack, no te recuestes en medio de la cama. Te quedarás dormido ahí y no podre quitarte después... Te ves delgado, pero me pesas mucho —Escuchó la voz de la platinada por medio del aparto. Escucharla a esas horas de la noche era lo mejor de su mundo, escucharla, deseaba tanto tenerla ahí mismo con él... Abrazarla, decirle palabras melosas, acariciar su cabello... Besarla, saborearla... Cada milímetro de su cuerpo. La deseaba.

Ummm —Escucha la ronca voz del hombre —snowflake, yo no pensaba dormir... —La voz del peliblanco sonó seductora, tan seductora. Él que era oyente de ello, sintió un feo malestar en su estómago, se hizo diminuto, su corazón comenzó a latir desenfrenadamente por la ira y un sudor frío se apropiaron de sus manos.

Pero justo esta mañana tu y yo... —Su voz se interrumpió tomando lugar a un pequeño chillido sorpresivo, seguido de risas de ambos... El sonido de sus labios al conectarse y separarse resonaba en sus oídos, el chasquido que producían era algo nauseabundo para él. Tenso la mandíbula y no pudo evitar elevar la barbilla un poco por la ira, estaba en total cólera, a rabiar.

Jack... —El suspiro de la platinada nombrando el nombre de aquel hombre, le hicieron tener ganas de tomar el aparato y estrellarlo contra el suelo, sin embargo, se resistió y mordiéndose el labio inferior aguanto sus impulsos —Quiero dormir... T-te prometo que te lo recompensaré mañana... Pero será a primera hora, tenemos que ir... —Jadeo. Suponía que él la estaba tocando, acariciando —A trabajar ¡Jack! —Chillo y luego se hizo resonar una carcajada de él. Un estrepito seco sonó por el aparato. Él peliblanco había saltado a la cama provocando que el Walkie Talkie se golpeara contra la cabecera.

Another Stalker |#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora