Todo inició en secundaria, lo recuerdo bien. Estaba asustada por todo lo nuevo que me llegaría a pasar. Mis amigas se habían cambiado de escuela. Pero sabía que todo me saldría bien. Pobre ingenua.
El timbre sonó y con ello el aviso de mis próximos tres años de perdición. Tomé el aliento y me senté al frente. Acababa de iniciar y ya me había equivocado. Nunca lo había creído como un problema hasta hoy haciendo memoria del pasado.
Una compañera de primaria se sentó a mi lado y supongo que si no lo hubiera hecho, me ahorraría ciertas tonterías, pero lo hecho hecho está. Mi mejor amiga cuyo nombre es Elena. Una niña con cabellos chinos y delgada.
Transcurrieron las clases por dos días conociendo a mis maestros y escuchar hablar cosas tontas de cómo iban a calificar y de que ya no éramos niños. La primaria había quedado atrás y con ello los juegos. Se merecían aplausos, porque si no hubieran dicho que ya no estábamos en primaria, no me hubiera dado cuenta. Bravo, queridos profesores.
Cierto miércoles me llegó cierto mensaje en cierta red social de cierto chico que no sabía se volvería tan fundamental en mi vida.
[Hola] [Hola, ¿quién eres?] [Soy tu compañero. Me siento en la esquina derecha del frente]
Quiero creer que no ponía la suficiente atención para darme cuenta de ese pequeño gran detalle. Hasta la fecha sigo igual de despistada en ese tipo de cosas.
Y cómo me había escrito Víctor. Se sentaba a cuatro asientos a mi derecha. Me quería enterrar de la vergüenza.
—Yo soy el del mensaje. Perdón por todos los problemas que te pienso ocasionar —mostró su dentadura blanca, que era lo contrario a su color de piel. Vale, eso no lo dijo pero si me hubiera advertido todo hubiera sido más fácil. Todo hubiese terminado en un mes. Y yo no me hubiera acercado.
—Perdón, en serio no me había dado cuenta —le dije en cuanto estuve delante de su butaca—. Mucho gusto, Víctor. —No te preocupes, Adriana —dejó de lado el trabajo de matemáticas y me puso atención— ¿Te puedo decir Adri? —Claro, ¿por qué no? —respondí a punto de irme para entregar mi trabajo. —¿Qué tipo de música te gusta? —me sacó plática sabiendo la respuesta debido a lo que compartía en redes. —Me encanta la música en inglés, pero mi favorita es la de Big Time Rush. Soy Rusher de corazón —reí por hablar de mis amores. —A mí me gusta mucho esa serie. Con eso me ganó.
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¿Saben de qué forma me harían feliz? Votando y comentando. Se los agradecería bastante. Sé que esto es corto, pero en general la historia lo será. Creo que actualizaré cuatro veces por semana.
