Te Has Perdido Quien Soy {T2 LFFTE}

Capítulo 8

Seis días, ciento cuarenta y cuatro horas, ocho mil seiscientos cuatenta minutos, quinientos dieciocho mil cuatrocientos  segundos. Eso es lo que queda para mi cumpleaños.
La espera es larga, pero, según Christian, la espera va a ser compensada con la sorpresa que hay.
Ya ha dicho demasiado, soy muy impaciente y quiero que llegue ya, pero todavía queda muuuuucho tiempo. Bueno quizás sea un poco exagerada, pero ya me entendéis.
Ayudo a mi querida madre con la cena mientras lentamente voy pensando en todos los momentos felices que he tenido. Creo que si me tengo que quedar con uno es cuando di a luz de Pablo. Sin ninguna duda algo nuevo comenzaba y estaba totalmente segura de que podría con ello.
Cuando estamos poniendo la mesa me da un leve pinchazo en la parte baja de la espalda que hace que me tenga que sentar.
Me siento en el suelo, con las rodillas pegadas a mi pecho y abiertas y pongo mi cabeza entre estas mientras respiro irregularmente.
-¿Ami? ¿Que te pacha?- Pablo viene hacia mi y se sienta en el suelo a mi lado.
-Cariño, ve a la cocina a por la abuela ¿quieres?
Sin decir nada más se levanta y sale corriendo al lugar donde se encuentra mi madre.
-Iria, cariño, ¿que te pasa? ¿Donde te duele?
Vuelvo a respirar profundo y contesto:
-Me duele la parte baja de la espalda, pero tranquila, estoy ya bien.
Me levanto con su ayuda y entre César y ella ponen los platos ya que no quieren que me mueva.
Amo cuando la vena española de mi madre sale a la luz.
Ha preparado croquetas, cosa que desde pequeña adoro.
Cuando termino me noto el estomago revuelto, pero supongo que será de lo tanto que he comido.
Subo a mi cuarto, necesito descansar un rato.
Me tumbo en la cama junto a mi pequeño que se acurruca en mi pecho y a los pocos minutos se queda frito.
Cojo el libro que estoy leyendo "Di mi nombre" y lo habrá por la página 145.
No se cuanto estoy leyendo, cuando miro la hora en el reloj despertador descubro que son casi las 3 de la mañana, cierro el libro, lo dejo sobre la mesita y dejo que Morfeo me relaje y me lleve junto a él.
Me despierto de golpe, salgo corriendo al baño y dejo que mi estómago se vacíe. Me enjuago la boca y salgo del baño para volver a tumbarme y que se me pase el dolor de cabeza.
No tardo en volver a dormirme.
Cuando me levanto por la mañana me ducho y me visto,

tengo universidad, desayuno, cojo mi chaqueta de cuero y dejo a todos durmiendo.
Cojo el coche, iba a coger la moto, pero llevo falda, no es plan de que me vean la ropa interior lo de los coches o los que estén en el campus.
Estoy estudiando filología Hispánica y la verdad es que llego un poco tarde a "Historia de la filología".
Corro un poco y alcanzo al profesor justo antes de que entre en el salón.
La clase es aburrida, pero tengo que cojer apuntes si quiero aprobar.
Cuando acaba la clase estoy molida, pero tengo una conferencia de Literatura Española.
Pero no consigo llegar al salón.
Tengo que salir corriendo al baño, me están dando náuseas.
Cuando vacio mi estómago y me enjuago la boca le mando un mensaje a Irene.
Y: Irene, puedes hacerme el favor de pasarme luego los apuntes?
Irene: Claro preciosa. ¿Te pasa algo?
Y: solo me duele la barriga tranquila.
Cierro el chat y llamo a Christian, al tercer bip lo coje.
-Por favor ven a la uni y me recoges.
-¿Te pasa algo?
-Me duele el estomago ven ya.
No dice nada más porque ha colgado.
Me siento en un banco a esperarlo.
No tarda mucho, cuando me subo al coche vuelve a darme un fuerte dolor en forma de pinchazo en el bajo vientre.
-Te llevo al hospital, no puedes seguir así.
Me callo, no puedo reprochar.
Cuando llegamos al hospital nos metemos en la sala de urgencias después de que nos tomen nota y nos sentamos.
Me hecho sobre Christian y cierro los ojos, tengo mucho sueño.
-Christian, agua, quiero agua por favor- me echa sobre dos silla y se acerca a una de las maquinas expendedoras donde saca una botella de agua y me la tiende- gracias.
Sonrío y cojo la botella que él a abierto previamente. Me la acerco a los labios y le doy un pequeño trago.
Cuando parpadeo siento los párpados muy pesados hasta que los cierro del todo, no se cuanto tiempo a pasado cuando me despierto, solo se que ya no estoy en la sala de espera, sino que estoy en una habitación blanca, tendida en una cama y mi ropa a cambiado. No tengo ni mi top negro ni mi falda vaquera de tubo, sino que llevo un camisón blanco con lunares verdes, osea un típico camisón de hospital, de esos que salen en las películas. Me fijo en mis brazos, en el derecho tengo colocada una vía y en la muñeca izquierda tengo plantada una pulsera de papel donde se puede leer mi nombre, mi edad y mi DNI.
Suspiro, necesito que venga alguien ya. Busco por la cama el famoso botón rojo para que un celador venga y avise a Christian de que he despertado. Lo encuentro debajo de las almohadas, pulso el botón y espero a que alguien aparezca por la fea y ancha puerta azul y beige.
Una enfermera pelirroja con los ojos verdes es quien aparece.
-¿Qué le pasa?- dice sonriendo mostrando sus brackets.
-¿Podrían avisar a mi novio? Es el chico alto, moreno y  musculoso que venia junto a mí.
Mi mirada expresa tristeza, o eso es lo que intento poniendo la mirada del gato con botas de la película "Shrek".
-Un momento- sale de la habitación y yo me acomodo mejor.
La chica pelirroja no tarde mucho en volver a entrar con Christian detrás.
-Cariño, ¿Cómo te encuentras?- su sonrisa delata preocupación.
Dibujo una sonrisa y le hago hueco en la cama que señaló dando golpe cito para que se siente conmigo.
-Solo un poco aturdida, pero bien- suelto cuando está ya tumbado y me estoy acomodando en su pecho-¿Te ha dicho algo el médico?
Noto como se pone tenso.
-Dice que deberías hacerte un test de embarazo, solo por comprobar que no es por eso por lo que te dan los mareos y el dolor de barriga.
Se mueve un poco y alcanza una volvía qje hay sobre la silla, tiene el logo de una farmacia y dentro se puede entrever un par de cajas rectangulares.
Se la quito de la mano y entro al baño.
Cuando hago los dos test, uno digital y otro mediante rayitas, salgo del cubículo que llaman cuarto de baño y se los tiendo.
-Hay que esperar unos 5 minutos.
Los suelta sobre una pequeña mesa y hace que me vuelva a tumbar sobre su pecho.
-Christian.... si sale positivos....yo.....
-Shhhh... No pienses ahora en eso.
La alarma, que previamente había puesto, suena. Alcanzó los test, los pongo boca abajo y dejo que Christian coja uno.
Cuando lo coge le damos la vuelta.
-Negativo, solo una rayita- suelta Christian como un suspiro.
-Positivo, 4-5 semanas- Mis ojos se humedecen.
-Iria, tranquila- intenta abrazarme pero me levanto de la cama.
-Déjalo Christian, llama al médico para comunicarle lo que pasa.
Mi voz suena rota, mi garganta duele, mis ojos escuece y mis manos tiemblan.
Me siento en el sillón con las piernas pegadas a mi pecho y estas, abrazadas por mis brazos. Dejo que el agua salada acumulada en mis ojos haga ríos por mis mejillas y me lamento.
-Señorita Martínez, si puede acompañarme la llevaré a la consulta del ginecólogo y que el compruebe si está o no embarazada.
Me levanto, me seco la cara y sigo al doctor por los pasillos del hospital.
-Aquí es señorita. El doctor Fernández la espera.
Abre la puerta, espera a que entre y se va.
La puerta se cierra detrás de mk y me siento en una de las dos sillas de cuero azul con los brazos de hierro.
-Bueno días- suelta un hombre que entra por una puerta distinta a la que esta a mis espaldas. De pelo oscuro en el qje se pueden entrever algunas canas, barba incipiente u una tripa un poco marcada.
-Hola- mi voz sigue algo ronca.
-Me han dicho que se ha echo un test de embarazo y ha salido positivo ¿es así?
-Exacto, pero no ha sido uno, sino dos, uno ha salido negativo y otro positivo. Quisiera asegurarme de que sea verdad o no que estoy emberazada.
-Esta bien, tumbe se en la camilla, quites los pantalones y la ropa interior. Cuando lo haga hechese la sábana verde por encima y ponga los pies sobre los pieceros.
Hago lo que me ha indicado el doctor mientras escucho como suela el agua correr de algún tipo de grifo, cortar un trozo de papel y colocarse unos guantes estériles de látex.
Cuando se coloca en el taburete que hay enfrente de mi, instintivamente me tapo con la sábana.
-Tranquila, no voy a hacerle nada, solo una revisión rutinaria- asiento, quito la sabana de entre mis piernas y noto un dedo sobre mi entrada- Respire hondo.
Cuando lo hago introduce un dedo y palpa mis paredes vaginales.
-¿Está todo bien doctor?.
Me pone nerviosa que no hable.
Saca el dedo, se quita los guantes y me dice que puedo vestirme.
Cuando nos sentamos los dos en la mesa comienza a hablar.
-Señorita Martínez, no está embarazada, pero para mayor tranquilidad suya valla a la consulta de su médico de cabecera, que le haga un chequeo y le mande un análisis de sangre.
Asiento, le estrecho la mano y salgo de la consulta.
En una de las sillas que hay enfrente de la puerta se encuentra Christian.
-Debemos ir a la consulta de mi médico de cabecera.
Asiente, me estrecha entre su brazo izquierdo y su pecho por los hombros y caminamos hasta la consulta número 5, la de Don Juan Antonio.
Después de hacerme el chequeo y mandarme el análisis de sangre que el ginecólogo, me dice que valla a la planta de arriba que me sacaran sangre y en una semana podremos recoger los resultados.
Así hacemos, me sacan unos 5 tubitos de sangre y por fin podemos salir del hospital.
Cuando llego a casa ni siquiera como, directamente me subo a mi dormitorio y me duermo al instante. Cuando despierto solo recuerdo a una pequeña niña en mis brazos, pero no se como era su rostro.
Pablo esta intentando subirse a la cama, y como no puede me esta llamando, por eso me he despertado.
-Bichito, hola.
El niño sonríe, se cuelga de mi cuello y me da un sonoro beso en la mejilla.
-La abuela diche que vamo a come.
-Pues entonces hay que bajar a ayudarla a poner la mesa.
Me cambio rápido de ropa

y bajamos a ayudar a mi madre.
-¿Qué te ha dicho el médico?
Me quedo parada al escuchar a mi madre.
-En una semana me dan los resultado de una analítica, hay sabremos lo que me pasa.
Sonrío de medio lado, le doy un beso en la mejilla y comemos en silencio.
Ahora solo queda esperar.