Fumar juntos morir solos

Capitulo 1. Una nueva vida

Esta mañana no desperté con resaca, ni en la cama con algún desconocido o no tan desconocido, por primera vez en mucho tiempo desperté antes de que sonara la alarma, era mi primer día en la universidad, todo debía ser perfecto, había elaborado un plan que evitaría que volviera a mis viejos hábitos.

Me levante de la cama y comencé a arreglarme para el gran día, tenía el atuendo perfecto.

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Baje a desayunar muy feliz pero no había nadie más que Lucia esperándome en el comedor.

-Hola Lucia ¿Y mis papás?

-Buenos días señorita, sus padres salieron temprano y no quisieron despertarla, pero siéntese, le prepare un desayuno especial (me guiño el ojo).

-Gracias

Como era de costumbre mis padres nunca estaban en casa, yo entendía que mi papá trabajara tanto en la oficina para poder darnos esta vida llena de lujos, pero mi madre solo se la pasaba en sus clases de yoga o en su fundación "cambiando el mundo", ni si quiera se daba cuenta que yo la necesitaba más que esas personas a las que ella ayudaba. Pero nada de eso podría arruinar mi buen humor.

Al terminal el desayuno, salí al patio donde Matías me esperaba para llevarme a la escuela, yo tenía mi propio auto pero por mi historial de excesos, mi mamá decidió que era mejor que yo tuviera un chofer.

-Buenos días señorita

-Buenos días Matías

Subí al auto, él cerró la puerta y después empezó a conducir.

-¿Esta emocionada por entrar a la universidad?

-Tengo miedo.-dije algo tímida.

-Es normal, pero solo sea usted misma y ya vera como pronto tendrá amigos.

¿Ser yo misma? ¿Qué tiene en la cabeza? ¿Lodo?, ser yo misma es lo que quiero evitar, no sé cómo puede decir eso, él sabe que no soy buena, me ha ido a recoger a quien sabe donde, estando quien sabe cómo. Durante el trayecto iba pensando sobre lo que Matías había dicho, hasta que el interrumpió.

-Llegamos, recuerde que yo regreso a las 2 por usted.

Baje del auto y comencé a caminar, después de cruzar la entrada busque el edificio donde estaba el salón de mi primera clase. Todos estaban afuera de sus salones esperando a que el profesor llegará, muchos empezaban a hacer amigos y algunos otros estaban parados en un rincón, yo era una de los del rincón, hasta que un chico me saludo cálidamente.

-¡Hola soy Ezra! ¿Cómo te llamas?

Ezara es alto, usa unos lentes cuadrados, que lo hacen ver intelectual, se nota que es algo friki porque usa una playera de flash, pero eso no le quita lo bueno, arreglándose un poco más se vería muy guapo.

-Hola, Valeria.

-Mucho gusto Val.

Dicho esto despareció como fantasma, hasta que lo escuche presentándose con el chico de alado, creo que es algo simpático y loco.

Entrando al salón empezaría con mi plan sentarme en la primera fila enfrente del escritorio, pero alguien más también tenía esa idea, parecíamos dos desquiciadas tratando de conseguir el lugar. Ella es como de mi estura, de piel blanca y cabello negro, sus facciones no eran finas pero sabía cómo resaltar su belleza.

-Creo que tuviste la misma idea que yo.-dije.

-Sí, la verdad es que es mi lugar favorito, así pongo atención y si tengo dudas pregunto al profesor, pero viendo las circunstancias me sentare en la silla de alado, todavía está al frente y cerca del escritorio. Me llamo Giana por cierto.

-Valeria, mucho gusto

Giana parecía una niña muy linda de esas que son perfectas, sin vicios, dedicadas al estudio y como parte de mi plan creo que la consideraré para mi nuevo círculo de amigos.

En todas las clases lo único que hacíamos era presentarnos y actividades para socializar, a pesar de que a muchos les aburría la idea a mí me parecía fantástica, tenía que saber con quién me iba a juntar.

Muchos ya empezaban a formar grupitos yo solo había conseguido hablarle a Giana porque en todas las clases nos peleábamos por el lugar, algunas veces yo cedía y en otras ella.

No me había equivocado con Giana, cuando íbamos hacia la salida, después de la última clase, me conto sobre ella.

-Tengo un novio llamado Raúl, es muy lindo, es como el novio perfecto.

-¿Perfecto?

-Sí, no sale sin en el permiso de sus papás, algunas veces cuando vamos a comer o al cine su hermana nos acompaña junto con su novio.

-¿Como una cita doble? ¿No es molesto?

-A veces, pero sé que está bien, porque así mis papás saben que estoy siendo responsable. ¿Y tú tienes novio?

-No, nada eso, ya sabes a veces con la presión de la escuela, queda muy poco para la vida social.

Sabía que estaba mintiendo, pero no quería asustar a Giana diciendo, "no tengo novios, porque soy una zorra, salgo cada noche a emborracharme para después acostarme con el primer baboso que se me atraviese".

-Entiendo, a mí me pasaba igual.

-Nos vemos mañana Giana ya llegaron por mí, cuídate

-Sí, ¡nos vemos mañana!

En el trayecto a casa no dije ni una sola palabra, solo podía pensar en todas las mentiras que dije hoy, como que era una niña estudiosa, que no me gustaba salir de fiesta y que mis pasatiempos favoritos eran leer y salir a caminar. ¿Qué montón de mentiras?, pero no tenía opción, además el Instituto Cedrus es una escuela de prestigio, era muy fácil que me creyeran.

Llegando a casa subí a mi habitación, para descansar un rato, revise mi celular y solo tenía un mensaje, era de él, ¿Por qué tenía que arruinar este día?

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De: Luca

Nena, esta tarde estarás sola?, quiero hacer muchas cosas malas contigo.

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Luca era un amigo de mi hermano Harry. Antes de que se fuera a la universidad al extranjero, él y Luca se llevaban muy bien, supongo que si mi hermano se entera de lo que Luca y yo hemos hecho, lo mataría.

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Para: Luca

Tengo cosas que hacer, creí que ya había quedado claro que no te quiera volver a ver.

De: Luca

Vamos, sabes que te encanta, nadie sabe cómo hacer que te mojes tan rápido como yo.

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Luca tenía razón, con él fue con quien perdí mi virginidad, el me dio a probar el alcohol, pero sobre todo él sabía que con morderme en el lugar correcto yo gemiría de placer, que si me nalgueaba mientras tiraba de mi cabello pediría más, así como dónde meter los dedos para que yo gritara extasiada pidiendo que ya estuviera dentro de mí, él me conocía de pies a cabeza, pero por más que mi cuerpo lo desee yo tenía que ser fuerte, no quería caer en lo que había decidido dejar. Así que decidí ignorarlo por el resto de la tarde, luchando contra mis deseos, hasta que en la noche tome el celular.

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Para: Luca

Adiós Luca.

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Deje el celular en la mesita de noche apague la lámpara, cerré los ojos deseando que mañana sea un mejor día, cayendo rendida ante el sueño.