Levanté la mano con la cámara y la agité en el aire. - ¿Quieres verlas?

- Claro.

¿Cómo? ¿De verdad quería verlas? Lo miré con sorpresa. No esperaba esa respuesta, la gente generalmente no quería ver evidencias de su culpabilidad. Pensaba que mi cámara sería suficiente para demostrarle que tenía fotos suyas. Dio unos pasos para acercarse y se quedó a pocos centímetros de mí, haciéndome sentir muy incómoda.

- ¿Entonces? – inclinó su cara más cerca y tuve que dar un paso atrás. - ¿Me vas a enseñar esas fotos?

Maldita sea, era un oponente fuerte y definitivamente mejor mentiroso de lo que pensaba. Parecía que sabía que le había contado un farol, ¿qué debía hacer? Lo cierto es que no tenía otro plan. De hecho, en principio no tenía ningún plan, sólo estaba improvisando, demasiado intrigada por el nuevo Walter para dejarlo y volver a casa.

Pero entonces me acordé. Debido a esa estúpida mentira sobre tener novio terminé aquí, tomando fotos de chicos al azar. Tenía problemas más grandes que tratar con Walter y debería irme a casa y prepararme para lo que vendría mañana. Miré la cámara que tenía en las manos y luego fijé mis ojos en Walter, quien logró enderezarse mientras luchaba con mis pensamientos.

Y entonces algo hizo clic en mi cerebro, haciéndome sonreír como una persona mentalmente enferma. Una idea brillante se materializó en mi mente y me divertía lo creativa que podía ser a veces. No queriendo perder otro minuto, agarré la cámara y apunté directamente a la cara de Walter.

- ¡Di patata! – traté de no reírme y antes de que pudiera alejarse le saqué una foto. Haciendo caso omiso de su mirada confundida, eché un vistazo a la foto. – Genial, todavía te ves guapo.

- ¿Qué mierda estás haciendo? – su voz era fuerte y llena de ira. Bueno, la verdad es que no podía culparlo, yo también estaría así. Estiró su mano e intento quitarme la cámara, pero logré apartarla detrás de mí. - ¡Dame eso! – frunció el ceño y casi solté una risa al ver una nueva mirada en su rostro.

- ¿Por qué finges ser amable en clase? – di dos pasos para evitar que cogiera mi cámara. Las luces del coche que tenía detrás se encendieron y alumbraron a Walter, antes de que el conductor las apagara pude ver un pequeño rastro de pintalabios rojo en su cuello. – Actúas diferente. ¿Por qué mientes a todo el mundo?

- No es asunto tuyo – replicó, frustrado.

Parecía que no era una persona paciente. Debería empezar a poner en práctica mi plan antes de que explotara. Quién sabía de lo que era capaz.

- Está bien, este es el trato – lo miré, tratando de sonar firme y valiente. – No se lo diré a nadie. Con una condición – me envió una mirada aterradora. Tomé una respiración profunda. – Por favor, sé mi novio.

Oh mierda.

Lo había dicho.

Realmente lo había dicho.

Nunca me había sentido tan avergonzada en toda mi vida. Pedirle a alguien que saliera conmigo era humillante y pude sentir mi cara ardiendo después de soltar aquello. Walter me miraba intensamente y no podía ni imaginar lo que pasaba por su mente. Tuve que girar mi cabeza para evitar su mirada.

¿Por qué no decía nada? De repente me sentí como la idiota más grande del universo.

- Escucha... - traté de arreglarlo después de decir esas palabras tan embarazosas.

Pero cuando lo miré, estaba sonriendo. Dejé de hablar y permanecí totalmente aturdida por su cambio de humor.

- ¿Quieres que sea tu novio? – finalmente habló con voz baja, dando unos pasos más cerca de mí.

No pude evitar comenzar a caminar hacia atrás para mantener la distancia entre nosotros, y pronto sentí la pared fría del edificio detrás de mi espalda. Mierda, parecía que estaba atrapada.

- ¿Tanto deseas salir conmigo? – cambié mi atención del edificio pero, bloqueando mi camino para escapar estaba la cara de Walter; definitivamente demasiado cerca.

- Sólo quiero que finjas... - solté, oyendo mi voz agrietarse.

¿Qué estaba pasando? No estaba asustada de él, ¿verdad? Colocó su mano izquierda en la pared cerca de mi cara e inclinó su cabeza con interés.

- Sólo fingir, ¿eh? – sus ojos se volvieron oscuros y fríos.

Por un segundo, él estuvo mirando mis labios y eso me hizo tragar de miedo. Estaba preparada para empujarlo lejos de mí cuando se enderezó un segundo después. Tomé una respiración profunda, feliz de ver una mayor distancia entre nosotros.

- Bien – habló finalmente y no pude ocultar mi sorpresa. – Fingiré ser tu novio.

Mi corazón dejó de latir por un segundo mientras me daba cuenta del significado de sus palabras. ¿De verdad que estaba dispuesto a ayudarme?

- ¿De verdad? – le pregunté, no creyendo en mi repentina suerte.

Él asintió y yo grité por dentro de emoción. Incluso ignoré la voz tranquila en mi cabeza gritándome por tomar la decisión más estúpida de mi vida. ¿Cómo en el mundo salir con Walter Clark sería estúpido?

- Pero recuerda que en este mundo nada es gratis – se volvió hacia mí y vi una sonrisa en sus labios. – No te arrepientas más tarde, querida novia.

   ▬▬▬▬❀▬▬▬▬ 

Hola Playboys! Cómo han estado? Espero que bien; yo ando un poco ocupada porque fue el comienzo de clases (de nuevo) y la verdad, pensé que tendría algo más de tiempo, pero el tener clases por la tarde me está quitando media vida... así que ahora mismo ando con mucha desorganización, pero espero de aquí a unos días poder llegar a organizarme; de momento les dejo el segundo capi de la historia, que espero les guste :3 De hecho aprovecho ahora por la mañana para subirles porque creo que más tarde no podré, y este fin de semana lo tengo en duda, así que... mejor prevenir :3

Qué opinan del capi? Tienen miedo por lo que pueda llegar a suceder? Aria ha tomado una buena decisión, o no? Espero sus respuestas!

Por cierto, gracias por todos sus votos y comentarios, son increíbles<3

Nos vemos pronto! Disfruten de la lectura!

Cheeky Love, xx


El Playboy tiene un Secreto, [SP#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora