Gaseosa ^^

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Narra Pablo
Ya han pasado bastante años desde que mis padres me recibieron en su contenedor, ahora ya soy mayor de edad, y por eso mis padres me han obligado a buscar un trabajo con el que poder conseguir una casa en condiciones y algo de comida.


Estuve buscando durante bastante tiempo, pero la única oferta que encontré en la que me pagaban lo suficientemente bien como para sobrevivir ha sido en el cine  llamado Namjin que es el establecimiento más próximo a mi humilde morada.



Tras presentarme a la entrevista que me concedieron fui a tomar algo para relajarme, a los pocos minutos me llamaron del cine anunciándome que había conseguido el trabajo y que empezaría la semana que viene.

Trabajaba yo solo como camarero por lo que me aburría demasiado en el transcurso de mi horario laboral por lo que decidí preguntarle a mi jefe el Sr. Fernandosio si se podía permitir otro empleado.
Me acerqué silenciosamente a la puerta del despacho de mi superior y llamé no demasiado fuerte.

- Adelante - escuché la voz de mi jefe al otro lado de la puerta por lo que me dispuse a entrar y sentarme en una de las dos sillas que había enfrente de su gran escritorio.

- Me preguntaba si podía contratar al algún empleado más ya que este puesto de trabajo para mí solo se me hace demasiado agotador y cansado - comencé a explicarle a mi jefe todo lo que se me había ocurrido.

- Me parece bien - finalizó la conversación Fernandosio con tono convincente por lo que salí de su despacho con una sonrisa en la cara.


Al transcurso de dos días Fernandosio ya había conseguido una nueva empleada, se llamaba Alexia, o eso había oído por ahí.

Ya éramos tres los empleados que
trabajamos en aquel pequeño cine, contándome a mí, claro: Alexia, Adriana y yo.
Adriana llevaba trabajando con nosotros mucho tiempo ya que era la novia de mi jefe Fernandosio. Prácticamente era como mi jefa pero más cercana a mí.

Vi como Fernandosio le pedía a mi compañera Adriana que le enseñara las instalaciones del lugar junto con sus cuidados. Empezaron por las salas de cine, donde había que estar limpiando constantemente. Seguidamente fueron a los baños, lugar donde Alexia se negó rotundamente a limpiar. Finalmente llegaron al mostrador, donde le enseñó a poner las palomitas en las cajas sin que se cayeran, y a poner las bebidas y el hielo.
Adriana le pido que lo intentara, y eso hizo, tenía a Alexia delante a punto de rellenar un vaso con gaseosa, y unos cuantos cubitos de hielo. Al acabar de llenarlo me dijo:

-Pareces sediento, toma.- Su voz no podía ser más dulce, me disponía a cogerlo cuando unos nervios me invadieron provocando que se me cayera todo el liquido por encima, haciendo que manchara todo mi uniforme, este ya no era de un color azul, ahora era de un tono más oscuro debido al líquido derramado.

Me quedé helado, estático en mi propio sitio. No podía mover ni una sola parte de mi cuerpo debido a la vergüenza que estaba pasando por mi inoportuna torpeza.

Adriana insistió en acompañarme al baño y ayudarme a limpiar todo el desastre que yo mismo había preparado con mis meteduras de pata.
Me cogió del brazo y me llevo hasta donde se encontraban los productos de limpieza. Comenzó echándome un producto quitamanchas sobre la bebida que ahora estaba impregnada en mi uniforme y después empezó a frotar con un trozo de papel que ella misma había arrancado de un rollo enorme. Estábamos demasiado cerca podía sentir su respiración cerca de mi, vi como cada vez se estaba acercando más hasta que selló nuestros labios en un profundo beso el cual yo no podía corresponder ya que mi corazón cada vez le pertenecía más a Alexia, la cuál me enamoró desde el primer momento que la ví.



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