Hanna no hizo nada para evitarlo, Ella sabía esa visita no molestaría a Ehan. Pero su cuerpo, seguía tenso. Ver al famoso Alexander Ambrosetti junto con Nick Dolce fue algo inesperado. Le hicieron recordar las épocas de la universidad, Donde Ehan y ella se escapaban para estar juntos y entre semana lo veía con sus amigos.

Sacudió su cabeza y decidió que necesitaba un descanso. Se puso en pie y camino a la cocina de la empresa. Necesitaba un café.

Un café muy cargado.

Pero de saber quiénes estaban ahí, tal vez Hanna habría preferido quedase en supuesto.

Cuando llego a la entrada de la cocina vislumbro a varias de las chicas.

—El departamento de Ehan es increíble — Escucho a Sarah decirle a unas chicas.

Ella solo rodo los ojos al escucharla. Era ridículo que alardeara sobre eso. Todos sabían que Ehan y ella estaban saliendo y no era necesario que presumiera todo eso.

Entro en la cocina de forma silenciosa, no quería que la incluyeran en la conversación ya que sabía que no lograría morderse la lengua y no soltarle alguna fresca.

— Que envidia Sarah. No puedo creer que te llevara a su departamento. De seguro es una bestia en la cama—dijo Carly haciendo rodar los ojos de nuevo a Hanna mientras todas reían.

—Ehan es un caballero y me ha respetado pero les juro, que me muero por estar con ese hombre. De seguro es un toro en la cama.

Si Hanna hubiera estado tomando algo está segura que lo hubiera escupido por completo. Imaginar a Ehan y Sarah juntos... en una cama...

¡No podía!

No entendía por qué Sarah se comportaba de esa forma tan... tan...

¡Ahh! Ni decirlo podía. No entendía como la que se supone es que era de sus mejores amigas.

—Pero me imagino que pronto caerá. Al señor Hilton se le nota que esta coladito por ti chica— dijo Vanessa aumentando el ego de Sarah.

—Lo sé. Me confeso que soy por la única mujer que ha decidido romper la regla de nunca salir con una empleada. Pero déjenme decirles chicas que salir con el jefe es genial.

Hanna apretó los dientes; le molestaba escuchar tantas sandeces juntas saliendo de la boca de una persona. Trato de ignorarlas mientras preparaba su café pero no todo podía ser perfecto...

—¡Oh Por Dios! Chicas— dijo Emile de contabilidad entrando por la puerta— no saben lo que se perdieron. Alexander Ambrosetti y Nick Dolce están en la oficina del jefe.

— ¡¿Qué?!

— ¡¿Cómo?!

— ¡¿A qué hora llegaron?!

Preguntaros las tres al mismo tiempo.

—Hace un par de minutos ¡Dios Chicas! Esos hombres están como un tren. Son como un desfile de pectorales enfundados en trajes de Armani.

— Pero... ¿Qué hacen aquí? — pregunto Sarah sin creerlo.

—De seguro han venido a ver al jefe, recuerda que son amigos.

— ¿Serían cercanos? — pregunto Carly con curiosidad.

—Sí. Según la revista Cover Uk son mejores amigos esos tres. ¿Acasos no lees noticias?

—Noticias sí. Farándula no.

—Como sea... la cosa es que estos adonis están en la empresa y ya que Sarah está saliendo con el jefe tal vez nos consigue presentar a sus amigos.

Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: NYC N° 3Where stories live. Discover now