De papel cebolla

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El señor Puigthelove se levantó sudoroso. A decir verdad, y de un tiempo a esta parte, todos sus despertares eran repentinos y húmedos. Y llenos de ideas, también.

«De papel cebolla ─pensó─. Las pondré de papel cebolla» Cogió el móvil y marcó el número del mayor Trap.

─¿Digamelón?

─¿Trapi?

─¿Es la CIA?

─Redimonis!, què dius ara?

─¿President?

─De papel cebolla, noi!

─¿Lo qué, el email?

─Collons, les urnes!

─Ah, pues vale, pues molt bè, pues adiós.


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