—Cambiando de tema. Supe que ya elegiste tu nombre.

—¿Quién te lo dijo?— me siento lentamente y acomodo mis brazos para que soporten mi peso.

Se encoje de hombros. —Eso de igual— A mí no me da en lo absoluto igual, me encantaría saber quién anda pendiente de cada paso que doy y porqué; aunque creo que ya se la respuesta. —Es muy interesante cuando un miembro deja de ser "El nuevo", todos comienzan a correr la voz— sonríe y se acuclilla a mi lado. —¿Cual has elegido?

—Creí que ya te lo habían dicho.

—Si, pero quiero escucharlo de ti— lo pienso por unos segundos. No es como si pudiera ocultarlo por siempre, así que decido soltarlo.

Smith & Wesson— él murmura un largo "Mmm" que no hace más que volver a recordarme a Kylan y las primeras veces que hablamos.

—¿Por qué?

—¿Por qué, que?

—¿Por qué Smith & Wesson?

—¿Por qué Heckler?— me suelta una sonrisa de medio lado, y posteriormente se encoge de hombros totalmente despreocupado.

—¿Quién sabe?— ahora su sonrisa es completa. —Son solo marcas de armas. En ese entonces me pareció buena idea.

—El nombre real es Heckler & Koch.

—Ningún nombre es real aquí— ruedo los ojos. —Además cuando yo llegue, aquel idiota ya había cogido la mitad del nombre para él.

—Que poca imaginación tienes.

—¿Me lo dice una chica que tomó un nombre de chico?

—¿Quien dijo que es así?— se ríe.

—El dueño anterior de ese nombre era un fortachón de ciento cincuenta kilos.

—¿Estoy usando el nombre de un muerto?

—El sistema lo deja disponible una vez que mueres— se encoje de hombros totalmente tranquilo, pero a mí me incomoda la idea de que alguien vaya a utilizar el apodo que elegí para mí una vez que muera, y que todo siga normal, como si jamás hubiera existido; porque todo de mi va a desaparecer. Trago saliva e intento concentrarme en otra idea.

—Admira a la nueva dueña.

—Bienvenida a BlackHand— se pone de pie nuevamente. —¡Anda ya, anímate!— me inquiere, y no sé porque sabe que estoy completamente desanimada. Alguien por ahí me dijo qué hay un componente en la luz solar que necesitamos para ser felices, y que estar mucho tiempo sin el produce tristeza. No sé si es verdad, pero el hecho de estar encerrada aquí abajo me está produciendo más desesperación y odio del que jamás sentí en mi vida. —Vamos a poner en práctica lo que te he enseñado estas últimas semanas. Ahora vas a pelear de verdad.

Casi espero que me lleve fuera y me arrojé a uno de esos ring con alguno de los fortachones llenos de músculos, sin embargo cuando por la puerta entra la pequeña rubia, quiero echarme a reír. Y no porque crea que ella no va a golpearme, sé que va a hacerlo y le va a doler a lo profundo de mi orgullo, el tema aquí, es que ella exhala una rivalidad a la cual yo todavía no le sigo el juego, y sé que cada golpe que me dé, va a gozarlo. Realmente creo que prefiero a uno de los musculitos.

Me golpea, no una ni dos veces, sino que incluso una quinta y luego una sexta. Tapa cada movimiento y me arroja al suelo como si la pequeña aquí fuera yo. El porte no es un obstáculo e incluso parece que le favorece; no estoy ni siquiera agotada, pero aun así no puedo hacer mucho, y para cuando me tira al suelo por segunda vez, me niego a volver a levantarme. ¿Para qué?, si va a patearme y lanzarme al suelo nuevamente. Es pequeña, pero tiene mucho más cuerpo que yo, y siento que me quiebra un hueso cada vez que me da.

Perfecto Mentiroso | Titanes II |Where stories live. Discover now