Kylan Hooligans también tiene tres palabras para definirse a si mismo; jodido, destructivo, y un perfecto mentiroso. Por ello intentaba mantener a todos alejados, para no arrasar con nadie cuando eso lo lanzara al vacío.
Le funciono de revés. Se ena...
Me conduce por una zona bastante fría y casi oscura. Escaleras, escaleras y muchas más escaleras. Arriba, arriba, arriba, no paramos nunca, siento que no acabamos jamás de subir pisos.—¿Qué... te paso en la cara, y en todas partes? — pregunta sin voltearse a mirarme.Formo una mueca. —Digamos que se me ocurrió revolcarme en un Audi.—Con Kylan en los *Dealers*— no me está preguntando.—¿Lo sabias?—Muchos conocen a Kylan por eso— se toma una pausa. —Creo que es de las razones por las que los Titanes tomaron fama. Ya sabes... cuando Kylan era el otro Kylan— hasta Blake conocía las dos versiones de Kylan y yo no tenía idea. —Solían ir a verlo correr a los Begginers, hacían apuestas y todo eso.—Qué bonito— es lo que me limito a decir —Ya se dé donde sacaba dinero.Blake niega con la cabeza. —Él no recibía nada. Lo hacía solo por entretención.Decido no agregar nada más, simplemente lo dejo estar, porque cada vez que continuo con él tema, voy descubriendo más cosas que a este punto no estoy segura de querer descubrir.Finalmente nos detenemos después de lo que parecen horas de camino. Blake se para frente a una puerta y al menos sé que por ahora no seguiremos subiendo escaleras; por aquí no hay más.—¿Hemos llegado al final, o me vas a hacer seguir subiendo pisos?—Lo siento, es solo que pensé que entenderías todo mejor si te lo explico desde el principio— le estoy tocando las narices, por lo que me cuesta entender por qué se disculpa. Estoy acostumbrada a tratar con Kylan, el chico que me conoce más que nadie en el mundo, y sabe perfectamente que nunca digo las cosas en serio. Blake por otro lado no me entiende, y piensa que de verdad estoy enfadada. Y lo estoy, pero no con él, si no que con todo esto. Su reacción me causa ternura.—Estaba bromeando... no tenías que tomarme en serio.—Parecías enfadada.—Lo estoy. Pero no puedo estarlo contigo— confieso. —Es difícil mantener la seriedad cuando estas tratándome de manera tan delicadamente todo el tiempo.Blake tiene una manera tan sutil de hacer las cosas, que sientes como si flotaras; con sus palabras, con sus acciones. Te toca sin tocarte. De verdad me gustaría poder odiarlo, enojarme de la misma manera que lo siento por cada uno de los T5, pero Blake no era tan cercano como ellos, y me ha convencido con su discurso. Él si tenía intención de contármelo.Lo veo parpadear unos segundos, luego sonríe y agacha la cabeza, esconde su sonrisa de mí; me gustaría verlo, pero por parte se lo agradezco, porque sé que si me mira, reiré con él. Aún no estoy lista para pasar a esa emoción.—Cielos, eres increíble.Me lo dicen todo el tiempo. «Eres increíble tía, tienes un ingenio de mierda para hacer las cosas mal» las cago o estoy metida en problemas todo el tiempo. Y esa es la única forma en que soy increíble.—¿Comencemos?— él levanta la cabeza, y pestañea rápido, como saliendo de un pensamiento.—Claro.Miro al frente. Estamos en un gran espacio de metal rodeado de pantallas, computadoras y televisores; sin embargo no hay ningún asiento. Blake camina hasta la única puerta aparte de la que me dijo que era la entrada y por la que nosotros llegamos. La atraviesa y espera pacientemente a que lo siga. Del otro lado me encuentro con un barandal y solo dos caminos, uno hacia la izquierda y otro a la derecha.Camino hasta llegar a la baranda y miro abajo. El edificio subterráneo es verdaderamente enorme, cuento 6 pisos hasta el suelo. Esta construido en forma de cuadrado, por lo cual me es fácil ver qué en los pisos lo único que hay son puertas color caoba que contrastan fuertemente con el blanco de las paredes y los barandales negros. En el centro hay un tubo de vidrio transparente que sube hasta el techo y tiene salidas de izquierda a derecha en cada piso. Parece ser un ascensor. Está iluminado fuertemente, por lo que hace parecer muy pobre la iluminación de los pasillos de las habitaciones.—La que acabamos de pasar es la entrada, y esta es la fosa.Tiene un nombre aterrador. No alcanzo a distinguir lo qué hay en el último piso, ya que está completamente oscuro, pero el nombre hace parecer que allí solo arrojaran los cuerpos de los traidores y los imbéciles. Espero con ansiedad que siga hablando y me explique qué carajos es todo esto. Nosotros subimos por una puerta lateral, solo escaleras y escaleras. Si aquel tubo con brazos paralelos es un ascensor, voy a matar a Blake. Pudo haberme hecho subir por ahí.—Los seis pisos que ves, son solo habitaciones. Miles y miles de habitaciones— Aclara. Intentó contarlas, pero debe haber al menos unas treinta o cuarenta por piso, si es que no más. Me volvería loca si me pongo a sacar cuentas en este momento, así que repelo el comportamiento obsesivo que me suplica mi mente. —En la esquina derecha están las escaleras, y aquello es un ascensor— señala el tubo. —Solo tiene salidas hacia la izquierda y la derecha, por lo que si tu habitación está en el sector *Arcus* o *Beretta*, deberás caminar— se lamenta. Trato de sentir esa lástima que siente él, pero como entiendo tan poco de lo que me está hablando, apenas lo capto.Lo miro con el ceño fruncido. —Tienes dos opciones; comienzas a hablar en un idioma que yo entienda, o me explicas los términos raros que utilizan aquí.Se gira a mirarme y luego reacciona. —Oh sí, claro. Esta parte de acá, donde estamos parados es la zona A y la de en frente, la zona B. Así se llamaban originalmente, pero ahora les dicen *Arcus* y *Beretta*. No tengo idea por qué.Porque todo aquí tiene nombre de armas, ¿Quizá?—Por la izquierda está el sector *Colt*, y la derecha *Double*— Hace una pausa. —Con el tiempo te darás cuenta de que no son para nada difíciles— hago una mueca.—¿Que hay abajo?—Abajo está la fosa.Ya, ¿y qué demonios es la Fosa? Es lo que quiero saber desde que la mencionó.—Allí es la zona de lucha— comenzamos a caminar hacia el sector *Colt,* o *Double*, ya olvidé cuál es cuál, y luego entramos en el brazo que nos guía hasta el ascensor. Esta hecho de vidrio. Por la cual veo el suelo, miles de kilómetros por debajo de mí y parece que estoy caminando en el aire. Blake llama el ascensor y esperamos. —Está rodeada de salas de entrenamiento; corporal y de armas. Esta siempre llena, todos tienen una obsesión con entrenar a cada momento.—¿No tienen nada más que hacer?—Cuando no tienen trabajo, no— explica. Lo miro casi boquiabierta. No puedo entender su estilo de vida. ¿De verdad no hay nada más que hacer? —Escucha, Ty. La mayoría aquí son hombres que se criaron en esto y van a morir haciéndolo. No tienen más de que preocuparse, aparte de hacer bien su trabajo.—¿Y tú— le pregunto, porque habla de «ellos» como si no pertenecieran al mismo bando. Las puertas se abren, y él espera a que yo entre para pasar detrás de mí. Comenzamos a descender lentamente. —¿Qué hay de los Lobos del F.A?—Nosotros pertenecemos a grupos diferentes. Ellos se dedican a hacen entregas, pedidos, procesos de limpieza y cobranza, todo aquello que no se topa con otras instalaciones. Trabajo sucio, por así decirlo. Nosotros tenemos nuestro trabajo, pero nos encargamos de diferentes cosas. Una de ellas son los negocios en *Dreamsfield*. Debemos cuidarlos, y no hay mejor manera que estando implicados dentro.—¿Tu carrera es una mentira?—Por supuesto que no; me gusta la medicina y por eso la elegí, pero una vez que entre, no estaré solo para salvar vidas; yo seré un infiltrado. Mi trabajo ahora en *BlackHand* es cuidar de los negocios y terminar la carrera. El F.A y las fiestas son solo nuestras formas de pasar nuestro tiempo libre. Nosotros preferimos estar allí que aquí.—¿Por qué esa carrera?— Él se gira a mirarme un poco confundido. —Quiero decir, ¿Por qué medicina y no leyes, o algo relacionado con la policía? Ya sé que necesitan quien cure las heridas de batalla, pero, ¿Para qué te necesitan dentro de un hospital?—Muchos de nosotros son los que necesitan más que una atención médica, a veces necesitan amputación u operaciones— explica. —Además, también nos encargamos de veredictos, y logras mucha ventaja sobre cualquier persona.—¿Hablas de decidir sobre su vida?— él asiente.—Pero no la vida de cualquiera, sino que la vida de quienes nos interesan. El enemigo.Abro un poco los ojos, pestañeo y me tomo el tiempo de procesar la información. Entiendo que si Blake está en DF por esa parte de su trabajo, Kylan hace exactamente lo mismo. Estudia para ser un infiltrado. Me pregunto si todos estuvieron en clases especiales para mentirosos, porque lo hacen perfecto.Las puertas se abren y damos con la verdadera cara de la Fosa de lucha. No se parece para nada a la imagen que había creado en mi mente. Aquí es un poco oscuro debido a que las luces están apagadas y la única iluminación que entra es la del tubo del ascensor. El piso de arriba le hace sombra y tengo que esperar a que Blake encienda la electricidad para que todo tome sentido. El piso es una gran colchoneta roja, y lo sé porque al caminar doy saltitos. Hay cinco tarimas de boxeo y muchas zonas cuadradas delimitadas de un sucio blanco. Al final la colchoneta termina y da paso a un suelo de cerámica que rodea la gran sala cuadrada y permite la entrada a miles de puertas, que según me dijo Blake, son salas de entrenamiento.—Estás puertas llevan al otro sector— me volteo a ver dónde me indica, y comienza a caminar hacia una puerta más grande que las anteriores, y de un acabado en dorado que podría ser oro. Él las abre tranquilamente y comienza a ingresar.Lo siguiente que veo es el sector por el que me llevo *Glock* anteriormente, solo que por el otro lado. A la derecha tengo un ascensor, y siguiendo el camino recto al final hay una puerta y unas escaleras que solo suben. Blake camina por ellos y yo lo sigo.—*Glock* me dijo que te había metido en los cuarteles por error. Esta puerta lleva hasta la sala y posteriormente, los cuarteles— dice cuando llegamos al final, apunta la puerta negra qué hay junto a las escaleras.Ahora me ubico un poco. De ahí es de donde salí. Y las escaleras por las que subimos son estas. Me giro a mirar por dónde veníamos y me encuentro justamente con los tres caminos que había en cada piso. Blake me conduce a subir las escaleras. Más escaleras.En cada piso está exactamente lo que recuerdo. Los pasillos de izquierda, derecha y el centro. Los cinco pisos que subimos son exactamente lo mismo.—Todo esto son más habitaciones— explica. —Hay salas de reuniones, centrales, está el casino y algunas salas de entrenamiento más antiguas. Antes, solo existía esto. Si te metes por cualquiera de los pasillos de los lados encontraras pasillos rectos, paralelos a este— Me indica apuntando el pasillo del centro. —Aquí duermen los más antiguos. Este sector es mucho más tranquilo y silencioso que la fosa. No tiene nombres estúpidos ni nada.Casi se ríe de su propio chiste. Yo lo miro porque aunque me ubico aquí, sigo perdida.—El último piso es el de *Hellion*. Todo de él. Aquella sala en la que estuviste solo la conocen quienes él invita. Nadie puede subir si *Glock* no te lleva. Ya entenderás por qué no seguimos subiendo— se encoge de hombros. —Ahora caminaremos por el pasillo central y llegaremos al área de los ascensores, cuando bajemos al 1, te encontrarás con las mismas puertas que atravesamos desde la fosa.Y es exactamente lo que pasa.Blake atraviesa las puertas nuevamente y llegamos a la fosa de entrenamiento. Por aquí ya se comienzan a ver algunas personas que vagan entre los pasillos de los pisos, aún nadie llega aquí abajo, pero comienza a haber ruido y actividad. Subimos al ascensor y volvemos al piso uno, el más cercano a la superficie, aunque en el ascensor está marcado el uno como la fosa de entrenamiento y el seis como el último piso. Va desde abajo hacia arriba. Salimos al seis y atravesamos nuevamente las puertas de metal, volvemos al inicio, donde comenzamos el recorrido. Él enciende las pantallas y me deja esperándolo en el centro de la sala. Cuando termina, se acerca a una qué hay en el centro de la pared derecha y me hace una seña para que lo acompañe.—En esta pantalla esta toda la información de *BlackHand*, no así la de sus integrantes— comienza. Toca partes en la pantalla y esta abre carpetas. La pantalla es táctil; enseguida veo una gran lista de nombres, o más bien apodos. —Están solo los apodos, así que aquí puedes revisar si está ocupado el que quieras. Puedes utilizar un modelo diferente de la misma marca, eso da igual— Se encoge de hombros y tecla para que se abra un teclado en pantalla y comienza a escribir. Aparecen entonces en la pantalla todos los tipos de armas Colt. Me cuesta un poco adaptarme a la idea de que esos son personas y no objetos.—Está también el número de la habitación de cada uno, el sector y todo eso.Se aleja de la pantalla y comienza a caminar hacia una más grande. Esta está situada en la pared junto a la puerta que nos lleva hacia las habitaciones. La pantalla solo contiene un logo; es una mano negra que mira la palma hacia arriba, como si intentara tomar algo que cae del cielo. Tiene muchos cortes en blanco y también algo de brillo. Blake toca la pantalla y el logo desaparece.—Espera, espera— le pido. La pantalla ha cambiado a un intenso color blanco con un calendario. —Vuelve a la pantalla anterior.—No puedo, es solo el protector de pantalla— indica él frunciendo el ceño.—¿Qué era eso?— frunce aún más el ceño, extrañado.—Es nuestro logo— toca otra parte de la pantalla y el calendario se va. Abre una sección y aparecen miles de logos más, todos tienen un nombre bajo el. Imito su acción y toco la pantalla para comenzar a bajar en la lista. *Playback, marañas, Ragno, Machairia*, leo. Todas con algunos dibujos referentes; Atalas, cuchillos, sonrisas siniestras. —Allí están todas las organizaciones con las que hacemos tratos. Vendemos o compramos. Aunque es mucho más lo que producimos que lo que necesitamos.—¿Qué tipo de tratos hacen?Blake se encojo de hombros. —Intercambio de armas, drogas, suministros, información— forma una mueca. —y cosas... difíciles de conseguir.Evado en seguida las ideas que me traen sus últimas palabras, porque entonces tendré que preguntarlo, y sé que la respuesta a «¿Qué tipo de cosas difíciles?» no va a gustarme.—Son como una sociedad.—Dicho con otras palabras, sí.Cuando hablan de mafia, lo primero que se le viene a la cabeza a la gente, es muerte. Sicarios, hombres malos que solo saben de drogas y de muerte a cambio de dinero. Ver la mafia desde dentro es darte cuenta de todo lo que es y más allá. Manejan un mundo paralelo al tuyo, y lo manejan de la misma forma que tu conoces; con gente por todas partes, con toda clase de trabajos, e incluso, toda clase de personas. Pero es desconocido.—¿Por qué *Edén* no está aquí?—*Edén* no es un productor bajo, no hacemos tratos con ellos— cierra la pestaña de los logos y abre otra; al principio de esta sale el título «Competencias», de las primeras sale el nombre de *Edén*, y bajo ella, su logo.No puedo volver a abrir la boca después de verla, y es que comienzo a revivir un momento pasado de mi vida; un buen momento que acaba de arruinarse. Veo la cabeza de la primera serpiente, su cuerpo que se dobla formando una S, y entonces se pierde y comienza otra serpiente con la misma forma. En el centro de los espacios esta aquel ojo negro penetrante. Es igual de tenebroso que su tatuaje, aquella marca sobre la piel de Kylan.—¿Estás... estás seguro de que ese es el logo?— vuelvo a preguntarle sin poder despegar la mirada de la pantalla.—Claro. Sus mercancías lo llevan en todas partes— por el rabillo del ojo lo veo fruncir el ceño.—¿Ustedes se marcan el logo?—¿Marcado como un tatuaje?Niego. —Como una cicatriz.Blake se queda en silencio, e incluso creo que se pone más serio. —¿A qué te refieres?Me volteo a mirarlo. —Que si lo tienes como una cicatriz, como si te hubieran quemado el logo en la piel— Blake abre los ojos tan grande como dos platos, aterrorizado.—¡Claro que no!— se frota la cara y pasa una mano por el cabello, luego se acerca a mí y me toma delicadamente de un brazo para hacer que le tome más atención. —Tyee, *BlackHand* no es tan malo como parece. No torturan a ningún miembro. Y aunque lo hicieran, jamás dejaría que te hicieran daño. Nadie va a ponerte una mano encima.Quiero agradecerle por sus palabras, por su manera de intentar tranquilizarme, pero no es lo que yo estaba pensando, no es en lo absoluto lo que me dejó aterrorizada. Aunque la idea asusta, no fue lo primero que vino a mi cabeza, si no que en cambio, fue el hecho de que no es tan estúpida como parece. Porque el tatuaje que Kylan tiene en su cadera no es exactamente un tatuaje, es una marca de quemadura.En la antigüedad los grandes señores de asciendas ricas, calentaban a las brasas fierros calientes con algún tipo de logo que los identificara y luego con ellos marcaban a sus esclavos negros, de esta forma se aseguraban de identificarlos si se escapaban. Es justamente lo que creo que sucede con *Edén*.—Vale— le digo al final y vuelvo mi mirada a aquel logo.Él me observa un rato más antes de cuidadosamente, volver atrás la pantalla. Como si no supiera exactamente si está bien sacarme de mis pensamientos de manera tan brusca. —Creo que ha sido suficiente por hoy. Apostaría que has tenido que pasar por mucho esta noche y necesitas descansar. Veamos que habitación está disponible, ¿Te parece?No espera mi respuesta antes de comenzar a caminar hasta una de las pantallas principales.Comienza a buscar muchas pestañas; ve algunas y frunce el ceño, con otras ni siquiera se detiene, y sé que están libres porque el color del número está en verde. No podría significar otra cosa. Finalmente se detiene en una y sonríe al instante.—Verdaderamente tienes suerte— se voltea a mirarme. —Un tipo del piso seis murió hace algunos días y su habitación está completamente libre.—No sé si el hecho de ocupar la habitación de un muerto podría llamarse suerte.—Créeme que si— me sonríe. —No te preocupes, está completamente limpia.Teclea algo en la pantalla y mueve un par de cosas, y entonces el número pasa a ser rojo. Al pinchar la habitación se abre un menú desplegable donde aparecen líneas para rellenar la información, pero que sin embargo Blake deja en blanco. Caminamos por la salida hasta la puerta y seguimos por el pasillo de la zona izquierda, cuyo nombre mencionó hace menos de una hora, pero ya lo olvidé. Se detiene en la puerta 6.45. Junto a la chapa hay una pequeña pantalla que se ilumina en cuanto nos situamos al frente.—Llegamos— Blake toca la pantalla e ingresa un código, luego esta hace un sonido de desbloqueo. —Se activa con reconocimiento de voz. Es de alta seguridad y funciona muy bien, así que no tendrás problemas— busca algo en la pantalla y se detiene cuando aparece un icono que dice «Start». La máquina entonces habla.—Hola, mi nombre es Vi, porque soy una Voz inteligente. Bienvenida.Me pide que vuelva a gravar mi voz dos veces más para guardarla. También me pide ingresar un código de seguridad que reconoce mi huella dactilar en caso de que pierda mi voz, y finalmente me pregunta el nombre. Como aún no decido que es lo que haré con mi vida, decido saltarme ese paso.—Es una computadora inteligente, va a hablarte cada vez que entres o salgas, te avisara en caso de que te llegue una misión, te despertara o enviará lo que pidas. Funciona como un celular, o incluso aún mejor.—Espero que no me termine fastidiando— Blake se ríe.—Mi habitación está justo dos pisos más abajo, es la 3.45. Es un poco lejos, pero siempre estaré aquí cuando lo necesites— vuelve hacia la pantalla. —Vi, agregar un contacto de emergencia.—Solicitó permiso para agregar contacto de emergencia. ¿Está usted de acuerdo?— Blake me mira y me asiente con la cabeza para indicarme que diga que sí.—Si.—Entendido. Solicito nombre del contacto de emergencia.—Desert Eagle. Activar todas las funciones.—Todas las funciones para contacto de emergencia han sido activadas.Blake sonríe. —Ella responderá todas tus preguntas, pero no podrá ayudarte a llegar a lugares que no alcances. Pero para eso me tienes aquí. Puedes pedirle que me llame, llegaré enseguida.—Vale.—Venga, vamos a ver esas heridas y ya luego podrás hacer todo lo que quieras.—Tan solo quiero dormir. —él asiente.—Tus cosas estarán aquí fuera cuando despiertes— susurro un gracias y me obligo a mantener la boca cerrada, porque en estos momentos me han inundado un mar de ideas y no quiero ahogarme en ellas.
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