Los usados y los abusados

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Cuando se despertó, a la mañana siguiente, la puerta de la habitación de Renjun estaba cerrada. Para su vergüenza, se había quedado dormido, así que, rápidamente, Jeno corrió hacia el baño para darse una ducha, escuchando voces al final de la escalera, mientras pasaba. Ese día, se dijo a sí mismo, mientras cogía una toalla del montón que había, se dedicaría única y exclusivamente a descubrir lo que pudiera del pasado de Renjun. Normalmente, no se entrometería en asuntos ajenos, pero estaba demasiado intrigado por la fría despedida que le había dado el chico a su padre, como para no buscar las respuestas. Seguro que la esencia del asunto tendría que ver con él.

Su teléfono móvil sonó y el rubio suspiró, cogiéndolo del montón de ropa. Seguramente, Mark no supiese que Jeno estaba en una zona del país cuyo horario era diferente, pues la primera ronda de mensajes llegó sobre las seis y se ignoraron, hasta que se despertó totalmente. Por lo visto, Mark había pillado a Haechan con otra persona, aquella mañana, y se dedicó- de acuerdo con las palabras de Taeyong, que había escrito a Jeno pidiéndole que tranquilizara a Mark- a despertar a todo el edificio, con sus gritos histéricos. A Jeno le dio pena habérselo perdido y, naturalmente, por ser uno de los mejores amigos de Mark, tendría que hablar con él, para disuadirle de que matara a alguien.

No te preocupes. En cuanto vuelva, me encargaré de él personalmente- escribió en un mensaje, antes de meterse en la ducha. A diferencia del suave colchón, que le había dado dolor de espalda, la temperatura del agua era perfecta. Suspiró con tranquilidad. Eran las diez de la mañana en Jilin, lo que significaba que los Lee se levantaban temprano. Sin embargo, tendría que haberse dado cuenta antes, considerando que Renjun nunca estaba en el apartamento, cuando se despertaba.

Y ese día descubrió, según terminaba de ducharse y bajaba las escaleras, que no sería distinto.

- Se ha marchado hace unas dos horas, con mamá y Eunji- le informó Joy, tendiéndole la caja de cereales- ¿Quieres?

- Gracias- Jeno la tomó y se detuvo en busca de los boles. Hmm… A pesar de estar en un sitio totalmente diferente, ¿dónde pondría los boles, si fuera Renjun? Había muchísimos cajones y armarios en la cocina, lo que dificultaba las cosas. Finalmente, se acercó a uno que estaba cerca de la despensa y lo abrió; ahí estaban, por supuesto. Jeno sonrió triunfalmente. Mientras se acercaba a Joy, Allegro y Caprice remolonearon por sus pies, tratando de parecer lo más simpáticos y adorables posibles- No- los riñó- los perros no pueden comer cereales- ellos movieron las colas, esperanzados- No- repitió.

- ¡Allegro, Caprice, dejen tranquilo a Jaeno-sshi!- Joy los apartó y ellos se marcharon, a molestar a Andante, seguramente. Jeno sonrió- Lo siento. ¿Has dormido bien?

- ¡Claro!- mintió- Muchas gracias por haberme acogido tan bien; me siento muy raro por… haber llegado en un momento como éste- Aceptar a intrusos en su casa era una cualidad típicamente "Renjunniesca". Jeno vertió los cereales en el tazón y aceptó la leche que le ofreció Joy, deslizándola sobre la mesa. Entonces, tomó un par de cucharadas, antes de volverse hacia la mujer- Oye… ¿Puedo preguntarte algo personal?

Soo Young pestañeó, sorprendida.

- Claro. ¿De qué se trata?

Jeno se fijó en sus azucarados cereales, sin levantar la mirada.

- ¿Cómo era Renjun en el pasado? Cuando lo adoptaron, quiero decir.

Joy esbozó una amable sonrisa.

- Uf… ¿Por dónde empiezo?- reposó la barbilla en la palma de su mano- Yo tenía seis años cuando lo conocí por primera vez, aunque no recuerdo demasiado bien ese día. Había un concurso de talentos o algo así y mamá y papá decidieron quedarse a verlo, porque habría una exposición artistica. La academia artística de papá era muy pequeña, entonces.

Muse (NoRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora