Capítulo 4.

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Al día siguiente, Karl se despertó hasta ya entrada la tarde, después del sueño de la noche anterior le había costado mucho trabajo tranquilizarse por lo que al fin concilió el sueño hasta casi al amanecer y realmente sentía que no había descansado nada en las horas que durmió y el persistente dolor de cabeza no dejaba de molestarle. El aún podía recordar vívidamente el sueño que tuvo, a pesar de la neblina él la había visto y reconocido sin ningún problema, era Hedy la que le hablaba y se le había aparecido, había regresado de la tumba a torturarlo. Después de este suceso su ánimo decayó tanto al grado de que comenzó a no desear recibir visitas ni de amigos, ni de conocidos, ni siquiera del personal médico, le pidió a su familia que lo dejaran en paz por algunos días rechazando todo intento de contacto que quisieran tener con él y sólo deseaba permanecer a solas; incluso llegó al extremo de rechazar cualquier tipo de alimento que le llevaron, no ayudaba en nada a su ánimo el sentir que se estaba volviendo completamente loco pues los extraños sueños continuaban atormentandolo.

- Sino estoy loco entonces, es que Hedy también cree que soy el culpable de su muerte.- suspiró tristemente-. Y esa es la razón por la que viene desde el más allá a recriminarme.- se decía constantemente.

Con el paso de los días, Karl continuó con la misma o quizás una peor actitud, seguía culpándose de la muerte de Hedy y no quería hablar con nadie al respecto; se había vuelto, más frío e indiferente que nunca con quienes le rodeaban e incluso no quiso ver más a su familia y amigos. Los médicos, al ver el estado anímico del alemán, sugirieron que sería buena idea que tuviera algunas sesiones con el departamento de psicología pues claramente mostraba tener depresión post-traumática que podría poner en riesgo su integridad sino era tratada a tiempo. Él sólo suspiró al escuchar la indicación médica, no le agradaba la idea de ver un psicólogo y contarle sus sentimientos o peor aún sus sueños, pero por otro lado, ¿no creía ya que estaba loco?

- Y si tenías dudas al respecto, creo que con ésto terminas por confirmar tus sospechas.- se dijo a sí mismo.

- Hablaré con el jefe del departamento de Psicología para que te hagan un espacio lo más pronto posible.- comentó el galeno mientras escribía en el historial médico.

- Como guste.- respondió el joven rubio sin mucho interés al respecto-. A decir verdad, prisa no tengo, no creo que vaya a ir a ninguna parte.

Rato después de que el médico se había retirado, Karl se disponía a ver las noticias deportivas en la televisión cuando escuchó que alguien tocaba a la puerta y acto seguido entró a la habitación una hermosa chica trigueña, de larga y sedosa cabellera castaña, de ojos color café y con una dulce sonrisa; quién además al parecer era doctora pues llevaba la vestimenta médica es decir, filipina y pantalón quirúrgico.

- Buenas tardes señor Schneider.- saludó la doctora de forma muy cortés-. Soy la doctora Lily Del Valle y estoy aquí para hablar con usted.

- ¿Conmigo?.- comentó el alemán muy extrañado-. ¿Sobre qué? La verdad no creo conocerla.

El joven miró a la joven detenidamente durante unos instantes, a pesar de ser muy guapa no tenía ánimos de conversar con nadie ni mucho menos de andar coqueteando, lo único que deseaba era que la chica en cuestión dijera lo que tenía que decir y lo dejara en paz.

- No me conoce.- respondió la doctora-. Pero créame cuando le digo que me conocerá lo suficiente como para saber quien soy.

- No estoy seguro de eso.- respondió Karl con desconfianza, comenzaba a pensar que podría tratarse de alguna fan disfrazada y por eso quería deshacerse de ella de una buena vez-. Mire, la verdad es que no me interesa hablar con nadie y mucho menos conocer a nuevas personas, así que por favor, ¿podría dejarme solo?

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