cap 15

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No me gustó la forma en la que me fui de casa de Bryan, pero necesitaba hacerlo. Necesitaba salir de ahí y olvidarme un poco de él.

Cuando el taxi al que llame me dejó en la puerta de mi casa, vi que no había nadie dentro y enseguida me alegre. Necesitaba estar sola. Me descalcé como pude, lancé mi chaqueta al sofá, me metí en mi cuarto y lloré. Lloré por Matt. Bueno, en realidad no por él, sino por la persona en la que me he convertido por su culpa. Desde que rompí con él, nunca he sentido nada por un chico. Nunca había tenido ganas de estar con alguien. Hasta que apareció Bryan. Por él siento cosas, muchas cosas. Pero tengo miedo de enamorarme de él, porque, ¿y si me pasa lo mismo que me pasó con Matt? Con él también empezó siendo todo genial, todo perfecto.

Odio pensar así. Odio pensar que Bryan podría hacerme lo mismo. Pero sobretodo, odio a Matt por hacerme pensar que ya no puedo estar con nadie.



—Eli—dice quienquiera que este en el umbral de mi puerta.—Vamos Eli, ¿se puede saber que haces dormida a estas horas? Tenemos que comer.

Un momento... ¿que? Mierda. Me he quedado dormida.

En cuanto Alex sale de mi cuarto, me dirijo al baño y rápidamente me quito con agua el maquillaje que se me ha corrido mientras lloraba. Me miro al espejo y sonrio. Alex no puede saber que he estado llorando.

Cuando acabamos de comer, Alex me dice que tiene que irse a entregar un trabajo y que volverá tarde, a la hora de cenar.

—Llámame para lo que quieras, ¿está bien?

—Sí, Alex—le digo mientras me siento en el sofá y enciendo la televisión.

—Si vas a salir de casa, avísame y llévate las llaves—me dice mientras se pone la sudadera. En cuanto está listo, abre la puerta de casa.—Hasta luego. Te quiero.

—Adiós, te quiero—sonrio y él cierra la puerta de un portazo.

Cojo el mando de la televisión y cambio de cadena. Aburrido. Vuelvo a cambiar. Anuncios. Vuelvo a cambiar. Aburrido.

—Mierda. No hay nada interesante para ver.

Al final, apago la televisión y cojo el móvil. Miro la pantalla y marco su teléfono. ¿Debería llamarle? Sí, definitivamente debería llamarle, pero no puedo. En el momento en el que estoy a punto de decidirme, me sobresaltó cuando veo que quien me está llamando es él. Me levanto del sofá de un golpe y empiezo a caminar nerviosa. Tengo que contestar, maldita sea. ¡Tengo que contestar!

—¿Quien?—susurro. Me aclaro la garganta y repito.—¿Quien?

Se ríe.

—¿Quien? Ya sabes quién soy.

Mierda, tiene razón. Me río con nerviosismo. Es absurdo que me siga poniendo nevuosa cada vez que hablo con él.

—Iba a llamarte yo—le digo segura.

—¿Y por qué no lo has hecho?

—No lo sé—suspiro—Siento haberme ido así de tu casa, solo que... estaba...

—Olvídalo. No te llamaba por eso—me relajo enseguida, aún que no sé por que.

—¿Entonces por qué?

Tarda unos segundos en responder, pero al final lo hace y mi corazón empieza a latir más deprisa.

—Quería verte.

Me ruborizo al instante. Yo también tengo ganas de verle.



Una cosa, chicos. ¿Preferís que haga capítulos cortos pero más seguidos, o capítulos largos? Que sepáis que lo mejor de la historia está por venir, aún que también es un poco triste!!

No te gusto. No me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora