Capítulo Final

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-Hmm... Buenos días, Marceline.

-Hola hermosa. ¿Cómo dormiste?

-De maravilla, tú estas a mi lado.

-Haha Bonnie, eres tan linda. -dijo la vampira y besó los dulces labios de su princesa.-

-¿Quieres desayunar algo, Marcie?

-A ti.

-¡M-Marceline! Estoy hablando en serio -dijo algo apenada-

-Me encanta cómo te ves sonrojada.

-Marceline...

-¿Qué? ¡No es mi culpa que seas tan bonita!

-...

-De acuerdo, de acuerdo. ¿Puedes pedirle algo a Mentita?

-¡Si, claro! ¿Qué quieres?

-Hmmm... Tal vez un poco de jugo y unas manzanas.

-¡Claro! Llamaré a Mentita.

-De acuerdo.

-.-.-

Cuando acabaron de desayunar, la Princesa se fue al laboratorio a hacer "algunas cosas".

-"Algunas cosas".... ¡¿Qué se supone que significa eso?! -Pensaba Marceline.-

Llegó la noche y la Princesa y Marceline se vieron por primera vez desde la mañana.

-¡Bonnie! ¿Qué has hecho todo este tiempo? Quería verte.

-Ah, Marceline, no estoy de humor ¿de acuerdo?

-¿Qué te pasa, es algo malo...?

-¡Venga, Marceline! ¡¿No puedes dejarme en paz?!

-De acuerdo... De acuerdo. Lo siento

Se cambiaron y se acostaron para dormir.
Marceline estaba preocupada, ¿qué había pasado?

"No pasa nada, mañana seguro estará de mejor humor y me contará con detalle qué sucedió."

A la mañana siguiente, cuando Marceline despertó, vio que Bonniebel ya no estaba en la cama, ni en el baño, ni en el vestidor, ni en el comedor.

¿Qué demonios estaba pasando?

Así pasaron varios días, hasta que Marceline ya no pudo más. Buscó el laboratorio por todo el palacio y cuando lo encontro, entró.

-¡Marceline! ¡¿Qué haces aquí?!

-Bonniebel, ¡YA NO LO SOPORTO! ¿Qué se supone que haga todo el día? ¡No puedo estar contigo, me aburro!

-Ma-Marce... -dijo la Princesa a punto de llorar.-

-¿Bo-Bonnie? ¿Qué te sucede?

-Perdóname, tienes razon, pero esto es muy importante para mí.

-Oh, Bonniebel... ¿Qué es? ¿Quieres contarme?

-No, yo... Quiero que sea una sorpresa.

-Está bien. Sólo quiero que pasemos más tiempo juntas.

-Si... ¿Marcie?

-¿Si?

-¿Me besarías?

-Claro que sí, tontita.

Se acercó delicadamente a la Princesa. Saboreaba sus labios mojados con las lágrimas que se habían resbalado de sus preciosos ojos. Fue un beso tranquilo, pero fue aumentando de intensidad.

-Marcie... Perdóname.

-No tengo nada que perdonarte.

-Te amo.

-Yo te amo a ti.

Se besaron cada vez más intensamente, se acariciaban y Marceline decidió que después de tantos días alejada de Bonniebel, era tiempo de dar rienda suelta a la pasión. Se besaron y Marceline fue despojando a la Princesa de la ropa. Cómo la amaba.

La puso encima de la mesa del laboratorio cuando estaban ya las dos desnudas. Se besaron y amaron hasta el amanecer.

A la mañana siguiente, Marceline despertó primero y decidió explorar un poco el laboratorio. Cuando vio el experimento en el que trabajaba Bonniebel, no pudo contener las lágrimas.

-¿Marcie? ¿Qué te pasa? -le preguntó la Princesa, alarmada y saliendo de su sueño.-

-¡Oh, Bonniebel! ¡Tú... Tú! ¡Ahora veo por qué estabas aquí todo el tiempo!

Solo intentabas... Formar una familia conmigo.

Confusiones Reales (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora