En Peligro

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¡Hola a todos!
Bueno, éste capítulo va a ser un poquito fuerte (sexualmente hablando) así que, prepárense...

-.-.-

"¿Me extrañaste, Bonnie?"era lo último que había escuchado antes de desmayarse.

Despertó en una habitación oscura y algo siniestra. No había nadie mas que ella, atada con unas correas a la cama en donde estaba acostada.

-¡¡RICARDIO!! ¡¡DESAYUNO!! ¡¡DÉJENME IR!!

La Princesa se desgarró las cuerdas vocales gritando que la liberaran, pero nadie fue. Pasaron las horas y la Princesa se dio por vencida.

"¿Qué hago ahora, qué hago?" -se preguntaba, hasta que sus pensamientos fueron interrumpidos.-

-¡Oh, Princesa! ¡Veo que has despertado! Qué maravilla...

-¡Ricardio! Te ordeno que me dejes ir ahora mismo, y le cuentes a todo el mundo lo que pasó en realidad.

-Jaja... Princesa, ¡por favor! ¿En verdad crees que yo haría eso? ¿Y desperdiciar toda la diversión que tengo por delante? No. Desayuno es una gran amante... No quiero perderme de eso. Pero sobre todo... No me quiero perder el saber si tú eres igual que ella.

-¿Qué?... ¿Qué dices?

-Así es Bonniebel, también quiero probar tus habilidades en la cama; quiero hacerte mía. Y voy a hacerlo, con tu aprobación o sin ella.

-No te atreverías... -dijo la Princesa con voz temblorosa-

-¿No? Yo creo que sí. -le dijo mientras se acercaba a ella.-

-¡Alto! ¡No te me acerques más! ¡Te juro que te haré pagar por esto!

-¡Oh, Princesa! Créeme que no te tengo miedo. A demás, estoy seguro de que después de lo que vamos a hacer, vas a querer más.

-¡N-No! ¡Aléjate!

-Prepárate, Princesa.

Ricardio se abalanzó a la cama en donde estaba acostada la Princesa y empezó a quitar algunas de las correas, las suficientes para poder hacer lo que él quisiera con la chica, pero dejando las suficientes para que la misma no pudiera escapar. Quitó algunas prendas de la Princesa, la falda, los tacones y la blusa. Desabrochó el sostén y lo lanzo a un lado.

-¡No... No! ¡No me toques! ¡Déjame ir! -era lo único que decía la Princesa, mientras las lágrimas caían por sus mejillas.-

Empezó a besar el cuello de la Princesa y subio a sus labios, luego fue bajando poco a poco hacia sus pechos. La respiración de ambos era agitada.

-¡N-No! -decía la Princesa entre lloriqueos- ¡Te daré lo que quieras, pero déjame ir!

-No Princesa, lo único que quiero de ti es tu cuerpo.

Siguió besándola y tocándola, excitándose cada vez mas.

La besaba y le daba ligeros mordiscos en el cuello y el abdomen. Cuando iba a quitar sus bragas se escuchó un gran estruendo afuera.

-¿Qué demon...?! Marce... -dijo Ricardio, pero no pudo terminar la oración-

-¡¡ALÉJATE DE BONNIEBEL!! -le respondió la vampira, quitándolo de un golpe de encima de la Princesa, que estaba muy alterada.-

-Maldita... -susurró Ricardio-

-¡¡NO TE VUELVAS A ACERCAR A ELLA!! ¿ME ESCUCHASTE?

-¿Marcie? ¿Marcie eres tú? -preguntó Bonniebel intentando voltear hacia donde Marceline estaba.-

-Oh Bonnie... Aquí estoy linda, aquí estoy -le respondió la vampira olvidándose de Ricardio-

-¡Toma esto, perra! -le dijo Ricardio a la vampira asentándole un golpe.-

-¡MARCELINE!

-Estoy bien...

-¡Ya veremos! ¡Voy a acabar con las dos! -gritó Ricardio- ¡Tendré a Bonniebel y a ti te asesinaré lentamente!

-¡Ya lo veremos! ¡Ven acá y pelea contra mi! -le respondió la vampira-

Ricardio se acercó sigilosamente a Marceline que ya tenía un plan para acabar con esto de una buena vez.

Mientras el corazón se acercaba a Marceline y le lanzaba el primer golpe, la vampira se elevó y tomó uno de los brazos de su contrincante y lo arrancó. Después el otro y al final las piernas. Cuando ya no tuvo mas extremidades, lo tomó por la mitad y lo golpeó; él rogó misericordia pero la vampira no tuvo compasión y lo rompió por la mitad, haciendo que la habitación se llenara de sangre.

-¡Oh, Bonnie!

-Marceline... Marceline... Yo.. -la Princesa rompió en llanto.- ¡No sabía qué hacer! Estaba muy asustada... De no ser por ti, no sé qué hubiera pasado. -sniff- Pero... ¿Cómo supiste que estaba aquí?

-Mentita me lo contó todo. Fue a mi casa y me rogó que lo escuchara. Me contó que había oído todo lo que habías hablado con Desayuno en el Palacio, dijo que siempre estuvo escuchando atrás de la puerta, y que cuando Ricardio habló, supo que algo malo iba a suceder. Antes de que ellos salieran de la habitación, Mentita fue a mi casa. No sabía si era verdad o no, pero no quise arriesgarme... Perdóname por no llegar antes.

-¡Oh, Marceline! -dijo la Princesa entre sollozos- ¡Me salvaste! El quería... Quería...

-Se lo que quería, Bonnie. A partir de ahora no voy a dejarte sola nunca, ¿está bien?

-Yo... Yo...

-Shhh.

-Ma...

No pudo terminar la oración por el profundo y apasionado beso que recibió de la vampira.

Confusiones Reales (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora