—Quien compra mi droga sabe que no cambia quién la venda, a vos nadie te conoce, de esta forma no sólo aumento mis ganancias, también puedo ver quién es capaz de no cumplir las reglas... bueno no la estarían rompiendo porque sigue siendo mi mercadería, pero no lo sabrían.

— ¿Esto es lo que querés que haga, que te ayude a saber quién es capaz de traicionarte? —pregunté y pensándolo un minuto hizo una mueca. — ¿Es sólo eso?

—No, no es sólo eso, pero tampoco lo había pensado de esa forma, es una estrategia que me sirve y a vos también, la ganancia de quien te compre es tuya, vas a tener que soportar las cómodas cuotas pero sólo por bancarte eso, te la dejo.

— ¿En serio?

— ¿No fue tu propósito desde que me conociste?

—Algo así, pero no me convence del todo, no sos tan fácil, no ganas nada a nivel financiero y obvio no te conviene, ¿Qué vas a sacar?

—Ya te dije, veo quién cumple las reglas y quien no, puedo sacar un porcentaje pero lo demás te lo dejo, en este caso mi propósito no es la plata y tampoco esperaba que vos al proponérmelo tu propósito no lo fuera, ¿o no? —preguntó con obviedad y asentí porque lo era desde el principio. — ¿entonces cuál es el problema?

—No pensé que ibas a decir que sí, pero no estás muy alejado de la idea.

—Si vos haces las cosas bien, yo voy a hacer las cosas bien, ¿qué más querés?

—Saber qué más querías de mí, dijiste que no es sólo esto.

—Si mal no recuerdo fuiste vos la que pusiste en clausula que fuera con el tiempo, no confiábamos el uno en el otro ¿no te acordas? Dijiste que se iba a dar con el tiempo conocernos y recién vas a pasar una etapa, miralo como un juego de postas, más postas saltás, más puntos sumás.

— ¿Y el trofeo se supone que sos vos? —pregunté con una ceja levantada y él se rió, se acercó más a mí y me agarró del mentón para acercarme a su boca, no me negué y miré con atención sus acciones, miró mi boca, conectó sus ojos con los míos y volvió a mirarme la boca.

—Me muero por comerte toda, sos hermosa, pero no exactamente soy yo el trofeo. —dijo dándome un pico y me soltó para volver a su lugar. —es algo mucho mejor, ni yo puedo soñarlo todavía pero lo voy a hacer real, así que relajate que a mí me vas a tener en el camino.

— ¿Cuándo me vas a decir qué es?

—Cuando sienta que valga la pena hacerlo, aparte yo quiero respetarte y es algo que me pediste, es casi un deber tenerte en cuenta.

—Usas todo lo que digo en mi contra, eso no se hace. —bufé y él sonrió extendiendo la mano para tocarme la mejilla. —sos injusto.

— ¿Sabes qué quisiera? Volver y que me dejes tocarte, me queman las ganas de hacértelo.

— ¿Dónde te vas?

—Tengo que arreglar unas cosas con mi viejo, allá en Panamá, pero vuelvo el domingo, ¿cuántas posibilidades hay que me dejes ir a buscarte?

—Depende de cómo te portes, no me importa con quién te metas allá pero no vengas creyendo que podes seguir conmigo y volver a irte con otra.

— ¿Y si te digo que no voy a tocar nada, espero a volver a verte a vos?

—No te voy a creer. —le dije, me causaba gracia que lo intentara pero al menos lo hacía.

—No haría nada si sé que al volver me vas a esperar, sino sería muy frustrante considerando que interrumpís cada oportunidad que tengo, lo que deberías recompensar de alguna forma.

Un cambio al Mal.Where stories live. Discover now