- No lo creo, papá está allí, ya está almorzando y no creo que fuese capaz de dejar solas a esas dos - Dijo Osiris señalando a su padre en la mesa de los profesores.

- Quizá esté en la sala común cambiándose la túnica, estará llena de tierra y no querrá presentarse al almuerzo así - Aventuró Molly.

- ¿Qué sucede? - Inquirió Madeline Wilson atreviéndose a inmiscuirse en la conversación al ver los rostros preocupados.

Regulus y Ted le explicaron lo sucedido.

- Entonces creo que tienen que buscarlo en la zona del séptimo piso que fue donde ustedes lo vieron chicas - Dijo la rubia muchacha - Y desde luego informar de esto a los profesores Snape que son sus abuelos ¿No lo creen?

- Yo no quería alarmar a nadie pero... - dijo Regulus.

-Yo mismo se los diré - Espetó James levantándose de su asiento como impulsado por un resorte.

- Pero al menos espera a que termine el almuerzo - Le sugirió Madeline presionándole el hombro para obligarlo a sentarse de nuevo.

- Si, así darás tiempo a que Rose regrese de la sala común - Dijo Regulus - Quizá ella sabe algo

Cuando los restos de la comida habían desaparecido al fin de los platos de oro,James no lo pensó dos veces y se encaminó hasta la mesa de los profesores entretanto Scorpius, Lotti y Peter se unían a los Gryffindors, Lily y Severus lo miraron un poco extrañados ya que él jamás solía visitar esa zona del gran comedor y además jamás lo habían visto tan preocupado y mucho menos con una expresión de culpabilidad en su rostro tan parecido a James Potter, su abuelo.

- ¡Santo Dios! ¿Por qué Rose no baja? - Expresó Molly.

- ¿Acaso ella también se encuentra perdida? No, no lo creo - Soltó Ted negando con la cabeza - La vimos está mañana antes de su castigo con Highwall.

Al decir esto todos giraron el rostro hacía la izquierda, y allí en la misma mesa Brenda se secaba los labios con una servilleta luego de dar un último sorbo a su jugo de calabaza, pero casi instintivamente Madeline Wilson volvió a girar su rostro esta vez hacia la mesa de Slytherin y no pudo evitar buscar con la mirada a Tom Ryddle Junior, comprobando con un extraño escalofrió que Rose y Albus Severus no eran los únicos ausentes ese día.

- ¿Qué sucede mi cielo? - Preguntó Lily a su adorado nieto al verlo acercarse.

- Abuela, es Albus, no sé dónde está.

- Peter, Lotti y Scorpius dijeron que no se sentía muy bien, debe estar en su sala común, de hecho le estaba comentando a tu abuela que iba a ir ahora mismo para allá para ver si se encontraba bien - Dijo Severus.

- No, no abuelo, los chicos te dijeron eso para no alarmarte pero la verdad es que no han visto a Albus desde anoche.

- ¿Qué? - Inquirió Lily bastante alarmada levantándose de su asiento como minutos antes lo había hecho su nieto.

En la sala de los menesteres Rose lloraba con desespero y desasosiego mientras intentaba en vano liberarse de las ataduras que la mantenían sujeta a aquella silla similar a la de los acusados del Wisengamont. A unos pasos de ella se encontraba Albus Severus sentado en el piso pero con sus muñecas encadenadas a la pared, su rostro también estaba surcado de lágrimas aunque la expresión de su rostro era de odio, en su nariz habían restos de sangre seca señal de que el chico había dado la pelea y su cabello tan alborotado como el de su padre y su abuelo estaba más revuelto que nunca.

- Déjalo ir Tom, al menos déjalo ir a él ¿Estás loco? Nos encontrarán ¿Qué lugar es este? - Gimoteaba Rose.

- No supliques Rose - Le ordenaba su sobrino que pese a ser más pequeño parecía tener más temple o al menos haberse acostumbrado a su cautiverio.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora