¡Bienvenido!

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Allí continuaban mirándose el uno al otro con regocijo y felicidad, los corazones de Rose y Regulus latían como uno solo porque efectivamente guardaban el mismo sentimiento. Se acariciaban el rostro, se rozaban los labios y se sonreían todavía saboreando el sabor de los besos que se habían prodigado y disfrutando de la resonancia que había dejado su mutua confesión; hasta que la chica pelirroja rompió el silencio:

- No sé decirte a ciencia cierta cuando empecé a sentir esto pero... comencé a notarlo justo cuando - No pudo evitar reírse - Te vi con Madeline, ya sabes, poco antes del baile de navidad.

- Una estrategia premeditada debo confesar - Contestó Regulus también risueño mientras enredaba sus dedos en la melena de Rose.

- ¿Quieres decir que la utilizaste para darme celos? - Inquirió un poco escandalizada.

- Bueno... no exactamente, más bien ella me sugirió que lo hiciera.

- Como una especie de... ¿Cupido?

- Aja, eso creo, y ahora veo que funcionó, solo queda una pregunta por delante Rose...

- ¿Cuál? - Quiso saber la chica.

Él carraspeó la garganta.

- ¿Quieres ser mi novia?

A ella se le iluminó el rostro antes de responder y cuando lo hizo, fue con una voz efusiva, casi desesperada.

- Sí, claro que sí Reg.

Volvieron a besarse con la ansiedad de un sediento y al separarse volvieron a contemplarse el uno al otro con una sonrisa, sin embargo, la de Regulus se fue desvaneciendo poco a poco dándole paso a una expresión sombría, casi triste.

- ¿Qué sucede Reg? Ya todo pasó ¿No es así?

Él asintió pero mantuvo la expresión.

- Es... el tío Severus.

- ¿Qué sucede con papá?

- No creo que acepte lo nuestro, él es muy celoso y... bueno el tío Harry también lo es ¿Y si los dos se unen para oponerse?

Ella rió enérgicamente mientras negaba con la cabeza.

- De veras Reg, creo que todo lo que ha pasado te ha afectado más que a mí. Nos conocemos de toda la vida ¿En serio crees que papá o Harry se opondrían a lo que sentimos el uno por el otro? ¿O la tía Bella y el tío Rodolphus si lo harían?

- ¿Mamá y papá? - Inquirió el otro - Ellos estarían felices.

- ¡Ah! es que ya lo saben.

- Mamá me descubrió - Confesó Regulus - Y luego se lo contó a papá. Por ellos no me preocupo, te adoran.

- Y mis padres también te quieren mucho Reg.

- Aun así creo que sería conveniente esperar un poco a que pase este revuelo de... Ryddle para que todos se enteren... ¿Cómo te sientes Rose?

- Mejor - Respondió ella con sinceridad mientras recostaba la cabeza en el regazo de él - Ahora que sé qué fue lo que realmente pasó y que además te dije lo que sentía, me siento mucho más tranquila y aliviada.

- Pues, mañana veremos qué pasa ¿Sí? Por ahora, vamos a descansar.

Se despidieron con un escueto beso y ambos tomaron escaleras distintas para dirigirse a sus habitaciones.

Amaneció y con el alba todo Hogwarts se llenó de esperanza, de nuevo el mal había sido derrotado. El gran comedor estaba lleno de estudiantes ávidos de más información de la que habían recibido en el discurso de Dumbledore la noche anterior. Cuchicheaban unos con otros y algunos no podían disimular la curiosidad, echando furtivas miradas hacia la mesa de Slytherin donde permanecía Rose degustando su cuenco de cereales, sin importarle las miradas. Desde la mesa de Gryffindor, Madeline la miraba sonriente y complacida. Regulus acarició la roja melena de Rose, recostó la cabeza en su hombro, sonrió y posteriormente hizo una seña afirmativa con el pulgar hacia arriba. Rose también sonrió y le acarició el rostro a Regulus con lo que Madeline dedujo que ambos ya debían conocer sus mutuos sentimientos y por lo tanto les devolvió la sonrisa y el gesto afirmativo.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónWhere stories live. Discover now