En el pensadero de Dumbledore

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Septiembre dio paso a octubre y con él llegó el otoño...

Todos despertaron con gran júbilo y alegría aquella mañana, pues el hecho de haber entrado en octubre, significaba que dentro de una semana sus padres estarían con ellos para compartir una experiencia inolvidable, ya que de nuevo correspondía el torneo de padres e hijos. Los alumnos parecían más entusiasmados que nunca, sólo Ryddle lucía tranquilo, miraba todo aquello con indiferencia, como si no le importara.

- ¿No estás emocionado por la llegada de tu padre?– Le preguntó Rose Eileen mientras estaban en la sala común.

- Lo estoy pero... es sólo que no le veo nada de especial a ese mentado torneó.

- Tal vez es porque no sabes de él – Respondió ella con amabilidad – Mira, papá y mamá me contaron que es algo súper divertido donde hay pruebas de destrezas...

- Si, suena interesante – Respondió él con voz monocorde.

- ¿Subimos? – Le preguntó Regulus a su amiga tomándola del brazo en ese momento.

Ella accedió con un ligero encogimiento de hombros mientras Tom se quedó allí mirándola alejarse con aquella enigmática sonrisa en los labios y con una sola idea fija en la mente ¿De verdad vería pronto a Harry Potter, el asesino de su abuelo?

Algunos alumnos de primero también bajaban las escaleras de los dormitorios muy entusiasmados...

- ¡Cielos! Dentro de una semana Mamá y papá vendrán al castillo y también vendrán mis abuelos – Decía Scorpius maravillado – Ya los extrañaba.

- Si, será extraño ver a papá aquí – Añadió Peter Dursley, el hijo de Dudley - Ya saben que es muggle.

- Pero mamá dice que él vino al castillo con tus abuelos en más de una ocasión – Saltó Charlotte Malfoy (La hija de Eileen y Jean Baptiste) risueña.

- Creo que vinieron para la boda de los abuelos Snape y para otros eventos – Intervino Albus Potter.

- Si, eso es cierto – Confirmó Peter – Pero yo no estuve presente en esas ocasiones.

Todos rieron y emprendieron la marcha al gran comedor. Como les daba pereza subir las largas escaleras de caracol que salían de las mazmorras hacia un pequeño vestíbulo, de allí al viaducto, posteriormente al patio central y finalmente a la entrada al castillo, decidieron tomar un atajo, de modo que se acercaron al retrato de una mujer muy altiva vestida con ropajes victorianos que los miró con una ceja alzada hablándoles con vehemencia...

- ¡Contraseña! – Exclamó.

Charlotte miró a sus amigos con una expresión de suficiencia.

– ¡Los Slytherins son superiores! – Exclamó la niña levantando la nariz y posteriormente el retrato se abrió como lo hacía el retrato de la dama gorda del séptimo piso.

Los demás la miraron con asombro antes de cruzar por el estrecho pasadizo que no era muy largo.

- ¿Cómo sabías de este pasadizo? – Inquirió Scorpius maravillado.

- Sí que nos hemos ahorrado un buen trecho – Añadió Albus cuando salieron del pasadizo encontrándose con el montón de escaleras móviles encima de sus cabezas y los cientos de retratos colgados de las paredes de piedra –Eres estupenda Lotti.

Ella rió por toda respuesta.

- No es eso chicos, es que recuerden que he vivido aquí toda mi vida a excepción de los veranos, como mi querida sobrina Rose Eileen – Respondió ella.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónWhere stories live. Discover now