Capítulo 33 |Gracias y perdóname

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(P.O.V - Anastasia)

-¿Cuándo se lo dirás? - escucho la voz de Bob algo difusa en medio de mi somnolencia, trato de abrir los ojos pero siento que no hace mucho los cerré. Me siento jodidamente débil.

-No lo sé - la voz de Christian sale un poco ahogada y con cierto temor. Noto por su tono de voz que teme a algo, que algo va mal ¿pero qué? ¿A qué le teme? - quiero que Flynn me ayude hacerlo, ya sabes él es Psicólogo y confió en él, es un gran profesional, su ayuda me vendría bien. No es un tema fácil de asimilar y mucho menos después de lo que ha pasado - hace una pequeña pausa y luego escucho como absorbe aire y luego lo expulsa sonoramente - Creo que son demasiados cambios para ella en poco tiempo... además de sus recuerdos sobre lo que paso. - Puedo sentir su voz triste y molesto al mismo tiempo - Sé que está mal ¿recuerdas su reacción cuando las enfermeras entraron e intentaron acercarse a ella? - Es palpable la amargura en su voz - ¡Dios! Bob, eso mismo lo sentí yo por muchos años... aun me cuesta el contacto de otros que no sean ellas... y sé que Ana probablemente está pasando por algo no tan extremo, pero si doloroso y similar. Y no soporto saber que esta lastimada de esa forma - me muevo con poco hasta que logro abrir mis ojos.

Él estar aquí sobre esta camilla me hace sentir tan indefensa e insegura, y escucharlo hablar de esa forma simplemente me hace cuestionarme de nuevo nuestra relación, quizás lo estoy dañando aún más y eso inevitablemente me duele. Me duele enormemente ser la causante de su tristeza y del dolor que se siente en cada una de sus palabras y aquella angustia que desprende su cuerpo, puedo palpar sus inseguridades porque son el reflejo de las mías. Tal vez se llegue a cansar de tanto drama que cargo a mis espaldas, se replantee el estar conmigo y su vista se aclare, y se entere de una buena vez que solo estoy llenando su vida de más sombras.

Trago grueso y parpadeo varias veces para que las lágrimas no afloren, no puedo evitar la punzada de tristeza y de agobio que me abrazan, el sentimiento que en este momento atraviesa mí cuerpo, es un sin sentir, es como estar sin estar, es como mirar a la nada, es como estar a la deriva en medio del gran océano.

Muerdo mi labio tratando de calmarme un poco, tal vez al infringirme un poco de dolor pueda sentir algo más que no sea esta desazón que amenaza a mi buen juicio. Debo pensar y volver al aquí, por Amy, por él... por mí, pero no puedo evitar recordar los momentos más horribles que viví a manos de... mi madre quien junto a esas personas estaban cavando mí tumba. El dolor punzante en mis costillas, en mi cara, me recuerdan cuan real fue todo aquello, son el recordatorio de lo ruin y despiadada que es ella. ¿Rencor? No, en lo absoluto siento rencor hacia ella, a pesar de lo que vi, cuando estuve allí, descubrí que su vida esta tan vacía y llena de soledad que simplemente busca y se aferra a algo que le dé el poder que pretendió tener y que es evidente que nunca tuvo. Entendí que se dejó seducir por ese mundo oscuro y vacío, buscando nuevas experiencias, emociones intensas que la llevaran a perder la razón. Lo logro, no por mucho tiempo, entendí que no nació para ser madre y que solo resulte ser un accidente que la ato a un hombre que aunque bueno, no era lo que ella quería. Gracias a esa mujer estuve a punto de ser solo una sombra en el mundo, casi estuve a punto de extinguirme como una lucecilla en medio de la noche oscura. El miedo a todo aquello, me hace sentir insegura donde estoy, siento que ningún lugar es seguro para mí.

Las imágenes de aquellos rostros tras el cristal, la sonrisa malévola de Elena y aquella fusta que impactaba contra mi cuerpo sin descanso una, otra y otra vez se recrean en mi cabeza de forma fotográfica, sin darme tregua de sentirme a salvo. Trago grueso al luchar con las náuseas que se apresuran por mi garganta, cierro los ojos y para colmo de males ahora le debo sumar un nuevo fantasma a mi vida o como lo llamaría él una nueva sombra. No me importa mucho lo que pase conmigo, pero indirectamente, por ser menos realista, a Christian le afecta esto tanto como a mí, la vida se ha ensañado con ambos de maneras tan inmundas que simplemente llegamos a un punto de sentirnos desfallecer. Debo continuar por ellos ¿pero, él querrá?

TÚ MI CURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora