RIOT VAN ; joshler TERMINADA

II

Josh bajaba de mala gana de la patrulla, tenía unas esposas en su mano izquierda y una porra en la derecha. Su ceño estaba terroríficamente fruncido y azotó la puerta del auto.

Lo primero que vio al entrar a la pequeña tienda de abasto fue a Tyler sentado sobre el mostrador hablando con el encargado de la tienda. Pobre hombre, pensó Josh, pero sintió más pena por sí mismo.

—¡Josh! —Tyler gritó en cuanto lo vio, aventó todas las cosas del mostrador—. ¡Al fin llegas! Ya quería verte, mi amor.

Josh y el anciano detrás de la caja registradora hicieron una mueca al mismo tiempo, el castaño bajó de un salto de donde estaba y fingió emoción.

Esa había sido la rutina de Josh los últimos cinco días, en cuanto escuchó que alguien estaba perturbando la paz en esa zona ya sabía de quién se trataba, bufó y dijo que él se haría cargo, eso había estado haciendo esos días.

Ya sabía la costumbre, Tyler llegaba a cualquier tienda y decía algo cómo: "llame a la policía, tengo una cita importante" y perturbaba el orden hasta que se hartaban de él y llamaban a la policía. Josh tenía la suerte de siempre estar por ahí cuando pasaba, y era lo mejor, no sabía qué sería capaz de hacer Tyler si no llegaba quién él quería.

Entonces, Josh lo arrestaba y se repetía el proceso los demás días.

Josh se fue acercando hacia él apretando con fuerza las cosas en sus manos. Tyler sonrió más grande y más burlonamente, eso sacaba de quicio al mayor. Trató de abrazarse a Josh —como siempre intentaba—, él lo ignoró y lo miró con dureza. Tomó sus manos con firmeza y lo puso contra el mostrador para esposarlo. Tyler siempre se aprovechaba de eso.

—Oh, ¿estamos agresivos, como la otra noche? —arrastró las palabras con cinismo, pegó su trasero a la entrepierna de Josh y lo movió, Josh hizo una mueca y apretó más las esposas de Tyler, quien se quejó—. ¡Ouch! Eso duele, apenas se estaban quitando las marcas que hiciste en mis muñecas.

Tyler también hacía esas cosas, además de molestar a las personas en la tienda, hacía ese espectáculo. Josh lamentaba que las personas tuvieran que ver eso, afortunadamente la tienda estaba vacía.

—¿No rompió nada? —preguntó Josh al anciano encargado de la tienda, que miraba la escena boquiabierto, él negó lentamente con la cabeza.

Josh incorporó a Tyler y lo tomó de sus muñecas esposadas, lo empujó fuera de la tienda. Él sólo reía y hacía comentarios indecentes hacia Josh. Él lo arrojó, sin importarle cuánta fuerza usara, en el asiento trasero de la patrulla, cerró la puerta con fuerza y se fue a su lugar, el asiento del piloto.

Josh empezó a conducir de mala gana, seguía con el ceño fruncido. Tyler golpeaba la ventanilla que conectaba la parte de atrás del auto con la de adelante.

—¡Josh! Mierda, sabes que odio que me metas aquí, desde aquí no te puedo tocar —hizo un puchero—. Quítame esto y sácame de aquí... Bueno, no me tienes que quitar las esposas si no quieres —sonrió coqueto, el mayor no estaba de humor para eso—, pero déjame ir junto a ti.

—Cállate —pidió Josh tratando de no desesperarse.

—Yo sólo quiero verte, bebé —respondió burlón, volvió a hacer puchero y siguió golpeando la ventanilla.

Josh ya no soportaba más eso, lo peor, sin duda, era que no podía hacer nada. Tenía que aguantar hasta que a Tyler se le pasara el capricho de molestarlo, o tendría que encontrar otra forma de solucionarlo.

—Te he arrestado cinco veces esta semana, Tyler —rompió el silencio, ya no perdía su tiempo diciéndole sus derechos al menor, él no los tomaba—, te he arrestado todos los días hasta ahora, ¿sabes lo que es eso? ¿Sabes que puede arruinar tu vida?