Capitulo 12.

5.7K 270 2
                                    

Carlos se fue algo más tarde de lo que esperaba. Conversamos más de lo que estudiamos, pero me sirvió, nunca he tenido un mejor amigo o algo así, repito, conocidos hay muchos, amigos de verdad muy pocos. Pero si manteníamos esta buena relación, seguro que se convertiría en ello.

En cuanto se fue, Isaac volvió a mi cabeza, me pregunto por qué me siento atraída por el, no logro entenderlo, es guapo, se que lo es, pero ¿es solo eso? ¿o es el misterio que hay en el? ¿por qué los más idiotas son como imanes para nosotras? Sigo sin poder entenderlo.

Cuando baje con los vasos sucios encontré a papá ordenando sus papeles, no pude evitar buscar a Isaac con la mirada, pero no lo encontré.

-¿Se ha ido ya?- dije acercándome a papa el cual parecía estar muy metido en sus cosas.

-Si, hace un momento, estaba algo cansado, se nota que esto no es lo suyo – tomo sus papeles y apago las luces de la sala.

-¿Por que lo dices?¿no lo hace bien? - lo seguí

-No, es inteligente, pero no lo se, hoy estaba demasiado desconcentrado, por eso preferí terminar mañana, y a ti como te fue con ese tal ¿Carlos?

-Estudiamos y espero que mi ayuda le sirva para aprobar el examen – dije encogiéndome de hombros mientras papa me miraba moviendo las cejas. - Papa, solo somos amigos. Además tu sabes que no me interesan esas cosas, quiero viajar, estudiar y muchas cosas más antes que eso.

-Ya, ya, quiero escuchar lo mismo cuando el chico venga a pedir permiso a esta casa para estar contigo – subió las escaleras dejándome sola.

-Eso no va a ocurrir papa, y por supuesto que no te pedirá permiso – dije encaminándome a la cocina dejando los vasos. Quería ver si quedaban algo de dulces pero entonces recordé a Hugo, no es que me importara ni mucho menos, pero ahora que me miraba un poco más fijamente, creo que tenía razón.

Con Hugo fui novia un año, salíamos antes y bueno, era.. es guapo, caballero y todo lo que se puede pedir de una persona, pero supongo que el amor nos hace ciegos.

Después de perder a mama, comencé a subir de peso, solo quería dormir y bueno el hecho de comer me calmo durante un tiempo y no me di cuenta de que había engordado lo suficiente como para que mi novio dejara de quererme.

El día que terminamos, simplemente me dijo que era una hermosa persona pero que ya no sentía lo mismo. Luego me entere por sus amigos que hablaba sobre mi gran trasero y mis gorditas piernas. No me afecto o al menos eso quería hacer creer a todo el mundo. Nuria nunca me creyó pero simplemente evitaba el tema.

Nunca quise ser de esas chicas que cambian por los comentarios de la gente y mucho menos por un chico, y no comencé a perder peso por ello. Simplemente no me gustaba como me veía y empecé a comer más sano y hacer deporte y volví a ser la chica saludable que era antes. No es que ahora sea una chica de 90-60-90, pero si puedo decir que estoy cómoda conmigo misma y física y mentalmente y que no dejare que nada me afecte de tal manera de nuevo.

Termine por irme a mi cuarto. Ya comenzaba a preocuparme el hecho de que la ultima cosa en la que pensaba cuando me iba a dormir era Isaac.

(...)

Desperté tarde de la siesta. Mire el techo durante unos buenos minutos, hasta que decidí levantarme, tenia que comenzar el cuadro. Me duche y cepille mis dientes, no sacaba nada con desayunar a estas horas, así que baje buscando a papa, pero no estaba y ni si quiera dejo una mísera nota.

Estaba por marcar a su teléfono cuando sonó el timbre. Me encamine a abrir la puerta, odiaba estos shorts, mis muslos no estaban súper delgados por lo que no me gustaban como quedaban, además siempre acababa rompiendo la mayoría de mis jeans por esa zona, por lo que lo de los short era una tortura, solo me los ponía para pintar no para modelar por ahí.

La tentación vive en casa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora