Love Instructor (CANCELADA)

Capitulo 2

Llegué a casa y ordené todo lo que estaba fuera de lugar. Acomodé las camas y limpié todo el pasillo de las habitaciones para luego seguir con la sala de estar hasta finalmente terminar en la cocina.

Cambié la falda negra de trabajo por unos pants grises cómodos que solía usar siempre que iba en modo limpieza. Encima una camiseta blanca y finalmente recogí mi cabello en una torta despeinada. Puse un poco de música y comencé a limpiar la cocina al tiempo que cantaba y bailaba. Poco después de terminar mi celular comenzó a sonar a lo lejos así que troté hasta él. Cuando contesté me encontré con la voz de mi vecina.

– Hola, ______. – dijo la voz de la señora de edad avanzada.

– Hola, Señora Harper.

– Dime Emily, ______. – me pidió.

– ¿Necesitas algo, Emily?

– Es bueno que lo preguntes. Llamaba para pedirte que fueras por mí al supermercado. Necesito unas cosas para la cena y Nicholas no me ha dejado las llaves del apartamento. Esperaría hasta que regresase, pero no tendré lista la cena. Sé que es muy atrevido de mi parte pedirte esta clase de favores, _____, pero mi hijo John vendrá hoy desde Atlanta y quería sorprenderlo. – me pidió.

– Por supuesto que sí, Emily. No hay problema. ¿Qué necesita?

– Toma nota.

Después de que la señora Harper me dictó todos y cada uno de los ingredientes para su cena supe que era lasaña. Me puse unos tenis y salí casi disparada de mi casa al auto. Me metí a este y conduje hasta el supermercado a donde solía hacer mis compras. Aprovecharía para comprarle algunas cosas a Jacob.

– Disculpe... ¿Tienen especias? – le pregunté a una chica que estaba vestida con un delantal con el logo del supermercado.

– Sí, ¿gusta que le ayude a encontrarlos? – me preguntó con voz amable.

– Por favor. – dije con un suspiro largo y reconfortante al final de la oración.

La chica me encaminó por los pasillos donde se montaban incontable número de frascos acomodados en orden.

– ¿De qué tipo de especias necesita?

– Al parecer azafrán y algo de romero.

La chica asintió con la cabeza y buscó ágilmente los frasquitos con las especias y me los tendió.

– ¿Necesita algo más? – dijo mientras se acomodaba el delantal perfectamente al ras de su rodilla.

– Nada más. Muchas gracias. – le sonreí delicadamente y eché los productos finales de mi compra al carrito que se posaba frente a mí.

Di vuelta para dirigirme a las cajas registradoras cuando sentí como algo impactaba en mi costado. Solté un gemido de dolor y mi cuerpo calló al suelo con fuerza para posteriormente sentir un duro golpe en mi cabeza. No supe si era el suelo o alguna otra cosa hasta que giré levemente mi cabeza encontrándome con una lata de atún a unos centímetros de mi. Al parecer lo que sea que me golpeó me hizo chocar contra una estantería y esta lata había caído en mi cabeza.

– ¡Demonios! Dime que te encuentras bien, por favor. – dijo una voz varonil que se acercaba a mi para posteriormente ver unas manos que se movían en torno a mi frente. – ¿Puedes escucharme?

– S-Si. – Gemí de dolor mientras me levantaba del suelo con la ayuda del brazo del hombre que había sido la causa de mi accidente.

– Por favor, discúlpame. Intentaba alcanzar a mi hermano cuando saliste de la nada, no pude detener mi carrito a tiempo. – se excusó mientras me levantaba del suelo.