- Debemos averiguar donde están o cómo están -quise sentarme pero ese maldito dolor punzante en mi vientre me lo impidió, al igual que la indolencia de despertar por completo...

- Cuidado, tranquila. Aún no ha sanado completamente.

- ¿Cómo fue que sucedió? Yo no... Jamás había visto sangre brotar de mí... Yo... -estaba perturbada.

- Lo siento, fue mi culpa. Te dispararon con una de sus balas especiales para Portentos de piel gruesa o invulnerable como la tuya y estúpidamente no sé en qué momento pude permitir que ocurriera. Debí haberla detenido pero... Perdóname. Llegamos aquí de inmediato y por suerte pudimos sacarla de tu interior, estaba envenenada y continuaba haciéndote daño.

- Desactivó mis poderes... -murmuré y él asintió levemente.

- La buena noticia es que, una ves que la quitamos, tu piel cicatrizó de inmediato y ahora no posees ninguna marca que pudiera molestarte. Tu piel continúa siento tan suave como siempre -me guiñó un ojo y procuré ignorar su tono medio travieso.

- Pero tengo un horrible morado -observé mi abdomen una ves más y maldije.

- No te preocupes por ello, te dolerá, pero en poco tiempo cuando menos lo esperes desaparecerá...

- Perdóname por haber dudado de ti -le pedí sinceramente. Él se acercó para besarme y ésta ves sí pensaba permitírselo, pero un fuerte estruendo nos hizo dar un salto del susto, obligándonos a separarnos.

- Yeaah, yeaaah, yeaah, que no pare la fiesta DON'T STOP THE PARTY! -Leyla irrumpió en la habitación cantando lo mismo que oían abajo. Estaba usando un corto vestido de verano, sandalias, lentes de sol y tenía un vaso en la mano. Por lo visto a ella no le remuerde la conciencia ni le afecta la situación en la que estamos...

- Epaaaa corazoncitos en el aire y besitos por la mañana -dijo divertida al vernos y yo quise lanzarle lo primero que tenía a mano- Veo que ya despertaste. ¿Cómo te sientes?

- Al borde de la muerte -mentí y ella le hizo fondo blanco a su trago antes de tirar el vaso descartable al diablo.

- ¡Genial! -dijo-Edmund, creo que deberías ir a intervenir con tu amigo el idiota. Está buscando pleitos por coquetear con la novia del primo de Logan.

Edd suspiró pesadamente fastidiado y me miró.

- Nos vemos en un momento, Reina -besó mi mano y se retiró de la habitación. Una ves que definitivamente no había señal de que pudiera escucharnos, Leyla me miró y abrió la boca muy grande por la emoción pero sigo sin comprender "de qué".

- ¿A ti qué te sucede? -le pregunté y ella se lanzó sobre la cama haciendo que rebotara y mis dolor aumentara un 40% más de lo que ya era. Maldije y quise golpearla por eso pero voy a desperdiciar la poca energía que a duras penas he podido acumular hasta el momento.

- Te he pillado con las manos en la masa. ¿Porqué nunca me dijiste que estaban saliendo? Oye, si llegan a terminar... ¿Puedo quedármelo?.

- ... ¿Ah? No estamos...

- Ese chico vale oro. No se ha despegado de esa puerta desde que llegamos y además es bastante bueno con los primeros auxilios. Él fue tu doctor sexy mientras estuviste inconsciente -me guiñó un ojo y luego me apretó los brazos debido a que no podía resistir la emoción. Seguramente es el alcohol.

Katastrophe 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora