27. Hija mia.

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Me revolvía en el asiento del auto, no entendía lo que pasaba. Solo sabía lo poco que el hombre me dijo, la corte mandó que no puedo quedarme con los Thompson. Por orden, así que el oficial junto a un abogado y una trabajadora social vinieron a buscarme y llevarme a una casa de vivienda, aunque no entendí mucho, me dijeron que ahí llegan a niños en procesos legales. Casi hago tengo 16, pero legalmente soy una menor de edad.

Me mantenía en el asiento trasero abrazándome a mi misma, estaba llorando y ni había parado de llorar desde que subí al auto. Parecía María Magdalena, pero no me importaba.

— Déjenme estar con mis hermanos, por favor —chille.— ¿porque me hacen esto?

— Cariño, por más que quisiera que regreses con ellos no puedo hacerlo —me miró con lastima la trabajadora social.— los juicios ya son más insistentes, en el juicio pasado el juez ordenó que no te quedes con ninguna familia.

— Pero ellos son mis hermanos, los Thompson —casi grite, sentía las lagrimas en mi cara.

— Ella es la familia que te adoptó, pero...

— ¿Pero que?

— Los papeles al parecer no son legales —dijo la señora.

No dijo nada más, continuó hablando con el oficial mientras yo lloraba.

No se cuanto tiempo llore, lo único que se es que después de un rato no sentí lo que pasaba y caí dormida.


(...)

Vinnie es un niño muy amigable, tiene 15 años y vive en esa casa de acogida desde hace un año. Sus padres fallecieron en un extraño asesinato y el se quedó solo, ya que no conocía a ningún familiar cercano y sus vecinos no se quisieron hacer cargo.

— Te traje galletas —me tendió el chico sentándose en mi cama, afortunadamente los chicos mayores compartimos habitación, ahora solo somos Vinnie, Ginger y yo, pero Ginger se la pasa más con sus hermanitos gemelos.

— Gracias, Vin —tome una galleta.

Después de que me dejaran aquí, la encargada de la casa; La señora Karen, me explico las reglas que consistían en no hacer nada que ella no autorizara.

Había recibido llamadas de mis hermanos, preguntándome donde estaba para venir a verme, después de unas largas charlas y cuando porfin le tocó a hablar a Travis este me confesó que, aunque quisieran, no podrían venir a verme, que romperíamos la ley y sería malo para nosotros, Tobías también me lo confesó así que después de un rato entendí que tenían razón.

— Déjame lo recuerdo una ves más, Tobías es el mayor —repitió Vinnie.— de ahí siguen... ¡Trent y Tate! —asentí sonriendo y este siguió.— haber, luego esta Travis el intelectual y al ultimo el Taylor y Tyler ¿como los llamabas? ¿Duo Idiota?

— Duo imbecil —solté una risa.

— Eres cruel con ellos —este se recostó alado de mi.— es agradable tener una amiga; aunque sea por corto tiempo.

— Pronto encontrarán a tu familia—le dije sonriendo.

— No lo creo, Fran. Soy demasiado mayor, no tengo a nadie, me desecharán —se encontré de hombros.— mírate a ti, tienes dos familias peleando por ti.

— No es tan genial como lo haces creer, yo viví toda mi vida como Francesca Thompson, y ahora resulta que mi nombre es Jane Charlotte Hudson, que me robaron los enemigos de mi padre para matarme pero al final no pudieron hacerlo y me botaron en una casa hogar —hable triste.— ahora, me quieren hacer dejar toda mi vida como si fuera tan fácil, como si pudieran cambiarme de perspectiva así de sencillo, como si los últimos 16 años no hubieran sido nada.

— ¿Jane? —habló alguien atrás mío.— ¿Eres mi Jane?

Me giré para ver quien hablaba, una mujer muy elegante, con una falda y saco a juego, tacones altos y cabello rubio... como el mío. Junto a ella estaban los hermanos Hudson y un hombre también rubio.

— Llegó tu familia 2 —habla Vinnie yéndose.

— Llámeme Francesca, por favor —pedí, me gire bien para mirarlos. — Hola Lisa, Dustin, Duncan y Sam —intente sonreír.

— Hola Fran —saludó Sam.

— Si eres tan perfecta como me decían —toma un mechón de mi cabello acariciandolo.—lo siento, que mal educada soy. Soy Marie Anne Drew, tú madre.

Respire hondo conteniéndome.

— Y yo soy Robbie Hudson-

— Mi padre —complete.— mucho gusto en conocerlos... emm ¿No que no podía tener visitas?

— La corte nos dio un permiso para poder verte hoy, así que venimos a ver si querías ir por algo de comer o de compras —habla Lisa.

Estaba dudosa... ¿si voy con ellos no sería traicionar a mis hermanos? Pero también otra parte de mí decía que no puedo no darles la oportunidad de conocerme si me arrebataron de su vida.

— Estaría bien —me levante.

Tenía puesto un pantalón negro, con una camisa blanca y mis tenis Nike.

— Grandioso —sonrió Marie Anne, ella y Barry me tomaron por los hombros y comenzamos a caminar, la encargada de la casa acogida anotó mi horario de salida, al estar con los Hudson no habría podría lema en la hora que llegará, claro, sin llegar muy tarde.

Salimos de la casa.

Recordé la conversacion que tuve hace una semana con los chicos Hudson, así que me encamine hacia Dustin.

— ¿Que iremos a comer, Dus? —sonreí acercándome a él. El sonrió de vuelta.

— Lo que tú quieras Francesca, tú decide —parpadeo varias veces, me giro a ver a Marie Anne y a Robbie y ellos asienten.

— Me gusta la comida China —hable.

— Comida china será —habla Robbie.

Estaba sentada entre Dustin y Lisa, con mis manos juntas sintiendo como se llenan poco a poco de sudor.

— Cuéntanos algo de ti, Francesca —hablo Robbie.

— No se que podría contar —dije mirándo abajo— soy porrista, practique ballet y artes marciales de pequeña y eso me ayudo mucho a entrar al equipo de porristas, bueno, también porque mis hermanos son miembros del equipo de fútbol americano, Tobías es el capitán y que su hermana esté en el equipo ayuda mucho, y bueno, también porque Trenton es presidente estudiantil-

— Queremos saber de ti, no de los Thompson —dice Marie Anne con una sonrisa, aunque puedo notar claramente que esta enojada.

— Soy una Thompson —afirme. — así que si quieren saber algo de mi, también sabrán de ellos porque son mi familia.

— Nosotros somos tu familia —dijo Marie Anne.

— Son mi familia Biológica, si, pero ellos son mi familia... las personas que me criaron, los que me abrazaban cuando le tenía miedo a las tormentas, los que estuvieron conmigo cuando mi madre nos abandonó, los que me curaron mi primer corazón roto y se que dirán que pudieron ser ustedes porque me arrebataron de sus vidas, pero por esas circunstancias no estuvieron, pero puede estar sin alejarme de ellos.

Respire rápido ante todo lo que dije.

— Para ser alguien pequeña, piensas como una chica adulta —habla Robbie. — nos entenderemos bien, hija mía.

Los Hermanos T©Where stories live. Discover now