Capítulo 22

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Principio.

-Han sido días tranquilos. - Dijo papá. - ¿No crees?

-Si... Desde que mamá se fue hay más paz en casa.

Mi padre hizo una mueca y asintió. Sé que Ferdinan, mi Padre, no quiere que yo me lleve de esta forma con mi madre. Pero no es mi culpa. Blanca Nieves es responsable de esto. Desde aquella primera vez cuando tenía 10 años.

FlashBack.

-¡Papá papá! ¿Me trajiste el dulce que me prometiste?

Mi padre me miró y negó con la cabeza ayudando a mamá a sacarse el abrigo.

>>Pero lo prometiste. - Dije con voz baja y frunciendo el ceño.

-Zafiro, tu madre creyó mejor no traer ninguno.

-¿Por qué?

-Porque tú eres una princesa, y debes cuidar tus dientes y tu figura. - Argumentó mi madre con voz dulce. - Nadie va a quererte si estás gorda, nena. No tienes tantas cosas a tu favor, por lo menos debes ser flaca.

-Blanca Nieves. - Advirtió mi padre.

-Es cierto Ferdinan, ella no es la princesa más linda del Reino, ella no es como Audry, debe entender que no es tan bella.

-¿De qué rayos estás hablando?

Ellos comenzaron una discusión. Y yo me quedé viéndolos. ¿Princesa? ¿No soy bella?  ¿Nadie va a quererme?  o ¿Nadie me quiere?

Comencé a sentir un sensación nueva, extraña, era como algo que subía desde mi estómago hasta la garganta. A medida que ascendía un hormigueo se apoderó de mis manos. Y ahí fue cuando vi por primera vez la luz que mis manos emanaban.

Y ante los ojos sorprendidos de mi padre y la mirada llena de horror de mi madre. Una ventana estalló.

FindelFlashBack.

-Cuando ella vuelva debes intentar mejorar esa relación, Zaf. - Pidió dulce. - Ella es tu madre a fin de cuentas.

-Sabes papá, a veces dudo que ella sea mi madre. - Dije tomando mis libros. - Las madres no te tratan de esa forma.

Mi padre me dedicó una mirada profunda, llena de cosas, esas miradas extrañas que tienen un brillo que desaparece al instante.

>>Te amo, ya me voy.

-También te amo, princesa.

Caminé hasta la esquina de mi calle para esperar a Isaac que pasará por mi hoy. A penas vi su auto agité mi mano.

-Suba, princesa, la llevo.

-Está bien, príncipe.

-Sabes que no soy un príncipe.

-Pero te comportas como uno.

Isaac ha estado encaprichado con una muchacha del pueblo hace meses, de mil formas a intentado que lo mire. Pero ella mira a Jay de la Isla.

-Si, los villanos tienen algo. - Asentí con la cabeza mirándolo.

-Lo dices por experiencia.

Aparcó frente a la casa de mi tío Tontin. Y mi primo favorito subió.

-¡Doug!

Me silenció con la mano porque hablaba por teléfono.

-No, no, no, Ivie. Te dije que debías estudiar un poco antes, es demasiado contenido... Si... Si... Claro que te ayudaré.

¿Y qué? Descendientes. [Carlos De Vill]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora