Su Corazón

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Minho despertó con una gran sonrisa en el rostro y se levantó de su ataúd bastante animado, la noche anterior había sido la mejor en mucho tiempo, tuvo experiencias que no se imaginaba antes aunque se sentía algo extraño, cómo una pequeña molestia en todo su cuerpo. Pero no le dio mucha importancia y siguió como siempre lo hacía.

-Al parecer alguien está muy contento -Bacon se encontraba acostado encima de una telaraña que su amiga le había hecho desde hace unos días.

-¿Se me nota demasiado? -Minho dio un suspiro y cepilló su cabello intentando arreglarlo un poco, cuando el duendecillo le dio el visto bueno, tomó su copa con sangre y bebió todo limpiándose los labios con la lengua, en ocasiones se manchaba la ropa y si iba a ver a Key lo que menos quería era no estar presentable.

-¿Qué tienes planeado hacer ahora? Me intriga saber si le dirás a tu buen amigo Jinkinstein lo que hay entre tú y Key, ¿Crees que te exponga al sol?

-No pienso hablar con él de eso... Por ahora -Minho le guiño el ojo a Bacon y salió de la casa como normalmente lo hacía. En esa ocasión le llevaría unas paletas de calabaza con un agradable olor a muerte, estaba completamente seguro de que causarían muchísima felicidad al muñeco cuando las probara.

Su caminata fue normal cómo cualquier otra noche, saludó a los zombies que pasaban como siempre por la plaza principal, le sonrió a las brujas y ayudó a una momia con sus vendas que se habían enredado en la ventana de una casa. Todo estaba bastante tranquilo.

Luego de ser recibido en el castillo por Kratos y subir las escaleras de caracol que ya se sabía de memoria, llegó al laboratorio del Doctor y lo saludó con una gran sonrisa, para su sorpresa el recibimiento fue muy bueno. Intentó no quedarse mucho tiempo hablando con él puesto que el monstruo al que sus ojos querían ver estaba detrás de una grande y gruesa puerta de metal que se encontraba a sólo unos cuantos pasos de él.

En ese momento una gran emoción lo invadió y cuando lo vio, todo en él se removió.

Key tenía la cabeza acostada en una pequeña mesa que su padre le había colocado en la habitación, veía con detenimiento su cajita musical mientras escuchaba su melodía, apenas si llegaba a parpadear. Minho sonrió al verlo de esa forma y dio dos pasos hacía él silenciosamente, quería sorprenderlo.

Pero no tuvo mucho éxito porque el oído del muñeco lo pudo percibir y desvió la mirada a dónde estaba parado el vampiro. Cuando lo vio instintivamente sus labios se curvaron mostrando así una pequeñita sonrisa, Key se levantó de la silla en la que estaba sentado y cerró la cajita para dirigirse a Minho y recibirlo con un abrazo, deseaba bastante estrechar a su monstruo favorito y pasar el resto de la noche queriéndolo un poco más que la vez anterior, pero apenas comenzó a caminar un fuerte dolor se le instaló en el pecho, se detuvo a mitad del camino cerrando los ojos por malestar. El vampiro levantó un poco sus manos confundido por lo que le pasaba a Key.

Todo comenzó a darle vueltas y el fuerte dolor en su pecho fue expandiéndose de prisa por sus hombros, cuello, la espalda y todo su cuerpo hasta que comenzó a perder el equilibrio, Key sentía que el aire le comenzaba a faltar y lo único que pudo hacer fue extender su mano en dirección a Minho e intentó dar un paso al frente en busca de su ayuda, pero no pudo aguantar por mucho su peso y dejó que su cuerpo cayera. El vampiro al ver esto soltó su bolsa que traía en la mano y fue gracias a sus rápidos movimientos que logró atrapar el cuerpo del muñeco antes de que se impactara contra el piso, lo acostó con cuidado en el suelo mientras sostenía su cabeza, veía como Key se retorcía débilmente mientras que su única mano se agarraba con fuerzas el pecho, casi enterrándose las uñas.

-¡Jinkinstein!

Fue lo único que pudo gritar mientras la desesperación y frustración lo comenzaban a invadir.

-Tranquilo, tranquilo, la ayuda ya viene.

Minho se impacientaba, justo en el momento en que el Doctor debía entrar a la habitación para vigilarlos, había decidido ir a quién sabe dónde.

Cuando Jinkinstein llegó, fue de inmediato con ellos apartando a Minho y presionando el pecho de su hijo con ambas manos. De repente Key dejó de moverse y sus ojos se quedaron abiertos mirando al vació perdiendo todo el brillo que tenían. Algo muy dentro de Minho estaba siendo torturado al ver esa escena, ya no escuchaba nada de lo que el Doctor decía, veía que todo se movía despacio, los lacayos iban y venían con quién sabe qué cosas en las manos, el Doctor les gritaba y seguía presionando el pecho de Key. Un sudor frío resbalaba por la frente del vampiro, quería cerrar los ojos para no seguir viendo, pero era cómo si su cuerpo lo estuviera obligando a observar cada acción e impedir que se moviera.

Se quedó de rodillas en el piso con la mirada fija en el lugar dónde Key había estado acostado, no se dio cuenta del momento en que el Jinkinstein lo tomo en brazos llevándoselo de la habitación, no sintió el aire que lo estaba despeinando y tampoco el choque eléctrico que un lacayo le dio para que reaccionara. Fueron unos minutos que se convirtieron en años muy pesados.

-Minho... -el científico estaba frente a él y le puso una mano en el hombro esperando una respuesta- Necesito hablar contigo.

Pasaron tal vez tres segundos para que reaccionara, puede que cuatro, entonces se levantó y siguió al Doctor. Key se encontraba acostado en la misma cama dónde le habían cosido su mano, pero a Minho no le gustaba cómo se veía. Sus ojos estaban cerrados y tenía una larga aguja clavada cerca de su hombro, se acercó un poco solo para poder observar su rostro, estaba tan tranquilo... Pero Minho no lo quería ver así, quería que sonriera.

-Su corazón está fallando. Todo iba tan bien que no me di cuenta del tiempo... -Jinkinstein se pasó una mano por la cabeza y luego se cubrió los ojos soltando un suspiro- Esto ha sido mi culpa, no lo vigilé lo suficiente.

-Amo... -Kratos puso una mano en la espalda del Doctor intentando consolarlo.

-Él... Se pondrá bien, ¿Verdad? -Minho acarició con delicadeza la mejilla del muñeco, logrando percibir la frialdad de su piel que era mayor a lo habitual.

-Haremos todo lo que sea posible.

Tanto el Doctor como su asistente y los pocos lacayos que estaban en el laboratorio salieron de ahí dejando al vampiro a solas con el muñeco. Jinkinstein tragó saliva y le ordenó a Kratos que fuera a buscar un nuevo corazón lo más pronto posible. Esperaba que su hijo pudiera resistir lo suficiente hasta que encontraran uno que fuera compatible con él.

Lamento haberme ausentado mucho tiempo pero andaba de un lado a otro, tengo la oportunidad de participar por una beca de movilidad OoO Ojalá este capítulo no sea tan corta venas para ustedes(?) pero como diría Luisito Comunica: Ahora si se viene lo bueno xD ¡Nos vemos pronto!

Atte: blingangel_

Envenéname el Corazón - MinKeyUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum