Su conversación con Sebas había sido perturbadora; no sabía que hacer o que pensar. Su moral estaba en juego; él no podía permitir que algo así sucediera.

Los pequeños obedecieron y se despidieron de todo; pero Stephen se mantuvo al margen en todo momento, sabía que no era bienvenido y debía alejarse.

Ehan los acompaño a la puerta y se despidió de sus hijos con un abrazo; los pequeños le dieron las gracias por todo.

Sebas los tomo y se alejaron un poco dándoles a Hanna y a Ehan algo de espacio.

—Gracias por la invitación— dijo Hanna con una sonrisa— Yo... ¿Estás bien? — pregunto sin poder esperar más.

— ¿Por qué lo preguntas? — dijo con voz neutra.

—Sé que no estás bien Ehan. Yo estaba ahí cuándo Dony corrió hacia Sebas...

—Eso no importa...

—Claro que importa. Sé que te dolió escucharlo decirle...

—No lo digas— la interrumpió— Eso ya no importa...yo... adiós Hanna— se acercó para darle un pequeño beso en la mejilla pero Ehan se lo dio en la comisura de sus labios— cuida a nuestros hijos— su voz sonaba como un ruego.

Hanna lo observo con preocupación, Ehan estaba peor de lo que creía pero no podía hacer nada, se giró para caminar hacia su familia. No estaba muy segura sobre qué había pasado pero esa despedida de Ehan no le gustó nada. Era como si...de verdad se estuviera despidiendo.

Ehan observo a su chica caminar con sus hijos lejos de él sin poder hacer nada, todas sus ideas de conseguir a su familia ahora le parecían inútiles. Los miro por última vez y decidió entrar a la casa. Camino directamente al mini bar y saco una botella de Coñac.

Necesitaba alcohol con urgencia.

La conversación con Sebas se repetía una y otra vez en su cabeza.

Cuando el cerro la puerta del estudio; esperaba cualquier cosa del padrastro de sus hijos...cualquier cosa menos...

— ¿Sabes que significa un desahucio? — le pregunto Sebas cuando estaban solos, él estaba apoyado en el escritorio de Stephen con la mirada puesta en Ehan, el cual lo observo con confusión — es la denominación que recibe el aviso de terminación de ciertos contratos, tales como el arrendamiento y el contrato de trabajo.

Sebas lo observaba de forma tranquila mientras explicaba esos tecnicismos pero Ehan notaba como su cuerpo estaba en tensión a pesar de la paz que proyectaba.

—El desahucio moral es perder toda fe y esperanza sobre un cambio en una persona. Pero... — dijo caminando por el estudio hasta detenerse en frente de la ventana— pero el desahucio en medicina es posiblemente el más difícil de aceptar y entender.

Ehan se puso alerta; no le gustaba nada hacia donde iba esa conversación.

— ¿A qué te refieres?

—Hace años sufrí de Cáncer Ehan. Exactamente sarcoma de Ewing — giro y lo encaro— fue ahí donde conocí a Hanna, ella siempre acompañaba a su madre y casi siempre coincidíamos con las quimioterapias.

Sonrió de forma triste como recordando esa época.

—Yo... yo pensé que se habían conocido en la empresa— reconoció Ehan.

—No; ya nos conocíamos desde antes pero no habíamos mantenido el contacto; ella estaba embarazada y yo no era más que un enfermo que suspiraba por ella. Pero llámalo milagro o suerte yo... yo lo logre sobreviví al cáncer. En mi familia existe un gran historial sobre esta enfermedad, mi madre, dos de mis tías y mi bisabuelo, no es algo genético pero...predecible.

Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: NYC N° 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora