104. El extraño diario de Zac

251 43 7
                                    

Por cada 1000 momentos importantes que había tenido en la vida, 100 eran malos. Tal vez poco más. Solía contar esas cosas. Me gustaba tener todo bajo control. Pensaba que si lograba sacar una estadística sobre eso, podría predecir el próximo momento malo. Sin embargo la vida no es predecible. Lo sabía bien pero de vez en cuando hacía cosas como esas para sentir que tenía un poco de control.
Pero no lo tenía porque apareció otro mal momento y no pude predecirlo.

Ese día caminé a casa con el corazón alborotado. Últimamente me sentía así cada vez que estaba con Will. No sabía porqué.
El clima era malo. Gris. Odiaba ese color. Me hacía sentir triste.
Llegué a casa. Vi el auto de papá afuera. Pensé en entrar por la puerta trasera para sorprenderlo. Se llevaría un susto de muerte.
Me fui entusiasmado hasta el jardín. Abrí la cerca y sigilosamente entré hasta la cocina. Estaba por dirigirme a la sala cuando escuché que alguien se acercaba. Pensando que era papá, me escondí debajo de la mesa. Gracias al mantel, él no me vería ahí.

Sorpresivamente, lo que ví desde abajo fueron unos zapatos de mujer. Reconocería esas botas en cualquier lugar del mundo. Mamá.

— Katherine— dijo papá, que venía detrás de ella—, no puedo creer lo irresponsable que eres.
— No lo soy— dijo ella, yo sólo veía sus pies, estaba confundido, no esperaba verlos a los dos ahí, mucho menos juntos—. Sólo soy alguien que quiere ser libre.
— Abandonaste a tu hijo— le recriminó papá-— . Zac te necesitaba. Mucho. No sabes por todo lo que pasó luego de que te fuiste...
— Pero se ve bien— dijo ella, tranquila—. En la televisión se veía muy atractivo.
— No puedo creer que seas tan cínica. ¿A qué has venido?
— Vi a mi hermoso hijo ganar en televisión. No sé qué ganó y la verdad no me importa pero pensé en venir a verlo y felicitarlo. ¿En dónde está?
— Aún no llega. Fue a la escuela y luego con sus amigos. Debe estar por llegar. Pero no creo que se ponga feliz cuando te vea.
— ¿Por qué no?— preguntó ella—, ¿Acaso no soy su madre? Él me ama.
— Lo abandonaste. Él tenía miedo de quedarse solo. En verdad no entiendo cómo pudiste hacer algo así. Debes ser la peor madre del mundo.

Papá parecía enojado. Yo estaba enojado. Quería levantarme y reclamarle a mamá pero decidí seguir escuchando.

— No elegí ser madre— dijo ella—. Así que no me culpes por descuidar a Zac. Es normal que aún existan cosas que sean más importantes para mí que él.
— ¡No es normal!— le gritó papá—, ¡No hay cosa que sea más importante para todas las madres que sus hijos!
— Para mí sí. Aún soy joven. Tengo sueños y metas. Además Zac es lo bastante mayorcito como para cuidarse solo.
— No hay un límite para tu egoísmo— dijo papá—. Jamás pensé que valieras tan poco como persona.
— Di lo que quieras. Vine a ver a mi hijo, no a ti. Tú deberías irte con tu novia. La vi en tu auto, así que debe estar esperándote ahora mismo.
— ¿Qué te hace pensar que Zac quiere verte ahora?
— Debe sentirse solo— dijo ella—. Ya que te odia. Tú jamás lo comprenderías.
— Las cosas han cambiado mucho desde que te fuiste— dijo papá.
— ¿Significa que ahora son mejores amigos? No, eso no es posible. Zac no es así. Él desconfía de todos. Desde ese día, él es así.
— Las personas pueden cambiar. Él intenta cambiar. Aunque de haber estado tú con él aquella vez, no tendría porqué estar pasando por todas estas cosas.

Oh no. Habían empezado a hablar de ese día. Yo no quería escuchar. No quería recordar. Me llevé las manos a los oídos, instintivamente y cerré los ojos.
Pero seguía escuchando todo aunque no quisiera.

— ¿Y ahora es mi culpa?— gritó ella.
— ¡Desde luego que lo es!— le gritó él—, ¡De haber estado ahí alguien nada le habría pasado a él!
— ¡Tú tampoco estabas con él!
— ¡Estaba trabajando!
— Además, ¿Cómo se suponía que yo supiera lo que pasaba?
— Si fueras una buena madre habrías podido sospecharlo.
— ¡Soy una buena madre!
— ¿Abandonaste a tu hijo y aún así te llamas a ti misma “buena madre”? ¡No lo eres! ¡Una madre está con su hijo en todo momento, incluso en los malos! ¡Sabías que Zac te necesitaba y te fuiste! ¡Sabías que él tenía una competencia y ni aún así regresaste! ¡Lo haces todo el tiempo, Katherine! Siempre te vas alegando cualquier tontería. Sólo piensas en ti. Y aún así dices ser una buena madre. Pues no. Tú no mereces ser llamada madre. Porque para Zac jamás lo fuiste.
— ¡Es que yo no elegí ser madre!— le gritó ella—, ¡Yo no quería tener hijos nunca! ¡Yo no quería tener a Zac! ¡Eso sólo arruinó mi vida! ¡Sólo lo tuve porque tú lo querías!

Aparté mis manos de mi cabeza. No me había dado cuenta pero en algún momento me había puesto a llorar.

— ¿Cómo no iba a querer tener a mi hijo?— dijo papá, sonaba afligido—, ¿Cómo tú no ibas a querer tenerlo?
— Yo no quería— dijo ella. Yo sólo escuchaba. No podía moverme. Mi cuerpo no me respondía—. En realidad iba a abortar si tú decías que no querías hacerte cargo del bebé. Estaba segura de que dirías que no lo querías. Venías de una buena familia y todos decían que tendrías un buen futuro. Lo más lógico es que te hubieras negado.
— Entonces no me conocías en lo más mínimo— dijo él—, porque yo jamás haría algo así.
— Debiste haberlo considerado. Si así hubiera sido, tu vida sería mejor— dijo ella—. Ahora serías muy exitoso. Te habrías casado con tu fantástica novia y no hubieras tenido que hacerlo conmigo sólo para cuidar las apariencias. No tendrías ningún hijo al que tendrías que convencer de nada. No lidiarías con ningún problema. Tu vida sería perfecta.

Me quedé mirando los zapatos de mamá en completo silencio. Siempre había pensado que ella no era la mejor madre pero no sabía que no quería serlo. Quería salir y decir algo pero no tenía ganas. Sólo quería seguir ahí y dejar que mis lágrimas cayeran al suelo, quizá si me libraba de ellas me sentiría menos roto.

— No— dijo papá—. Te equivocas. Mi vida no sería mejor. Porque Zac no estaría conmigo. Y si no soy padre de él, entonces no sé quién soy.

Rumores De PasilloDove le storie prendono vita. Scoprilo ora