CAPÍTULO 9

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"Te acabo de salvar la vida"

Me encontraba en la cafetería de la Universidad tomando un capuccino no muy bueno a mi parecer. ¿A caso todas las cafeterías de las escuelas son asquerosas?

Jugueteaba con el popote mientras recordaba todo lo que había pasado ayer con Ian, la verdad es que no me sentía mal, al contrario, me sentía feliz. Sonreí al volver a imaginarme todo lo sucedido.

-¿A caso pensabas en mí? -una voz preguntó al lado de mi oído y sonreí.

-No tendría motivos para pensar en ti, Ian -negué con la cabeza y él rió.

-Soy muy irresistible, no lo niegues -se sentó a mi lado y besó mi mejilla haciendo que éstas se tornaran rojas.

-No lo eres -lo miré. El alzó una ceja y se acercó demasiado a mi.

-¿Ah, no? -sus labios estaban tan cerca que me empezaba a poner nerviosa, sonreí levemente, lo miré a los ojos, y él dirigió su mirada a mis labios, relamiendo los suyos.

-No -susurré.

-Entonces te haré cambiar de opinión -suspiró.

-¿Como planeas hacer eso?

-Así -tomó mi barbilla y pegó sus labios con los míos, su otra mano la colocó en mi nuca pegándome más a él. Yo puse ambas manos en sus mejillas hasta que nos quedamos sin oxígeno.

-No debiste -dije pasando una mano por mi pelo, observando a algunos que nos miraban curiosos.

-Era necesario -sonrió acercando su mejilla a la mía, yo pasé mis brazos alrededor de su cuello, su perfume no tardó en inundarme y suspiré por ello. Mi sonrisa fue borrada cuando a unos metros de mi vi a Damián. Él observaba la escena detenidamente, esquivé su mirada y decidí cerrar los ojos.

A los pocos segundos nos separamos y yo ya estaba sonrojada.

¿Por qué te pones así, Kahlen?

-Nos están mirando demasiado - comenté apenada. Ian sólo rió y lo miré mal.

-Déjalos -intentó volver a besarme y me aparté.

-Oye, no somos nada, no intentes besarme cada vez que me veas sólo porque ayer pasó eso -su cara demostró asombro.

-Tal vez, pero tampoco es secreto que me gustas desde hace mucho, y que te quiero demasiado.

Me quedé congelada.

-Tengo que irme a clases -me levanté y tomé mi bolso -te veré pronto -pasé por enfrente y me tomó del brazo, me jaló hacia él y me besó, me separé y lo miré roja.

-¡NO LO CREO! -esa voz la reconocería hasta muerta.

-Nathalie -miré el suelo -te explico luego ¿sí? -pasé por su lado y me gritó:

-¡OH POR SUPUESTO QUE LO HARÁS!

Mierda
Mierda
Mierda

₩₩₩

Salí corriendo de la Universidad, empujando a todo aquel que se atravesara en mi camino, ahora mismo no quería encontrarme a Nathalie, o no me la quitaría de encima en todo el día.

Para mi fortuna llegué a mi auto y me fui lo más pronto posible, llegué a mi casa y comencé a hacer todos mis deberes. Me iba tirando en el sillón cuando la puerta sonó. Un quejido brotó de mi garganta y me levanté. Cuando abrí la puerta una Nathalie apresurada entro hasta el fondo, mirándome indignada.

DAMIÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora