CAPITULO 2

515 48 0
                                    

Capítulo 2

El espíritu zorro, no podía sacarse de la cabeza a la linda y tierna Chuuya.
¿Qué podía ser lo que estaba sintiendo en esos momentos? ni él sabía que era lo que sentía quería ¿Protegerla o Poseerla?
Estaba tan intrigado de lo que podía llegar hacerle a la pelinaranja de bellos ojos azules como el océano y el cielo juntos.
Mientras vagaba en sus pensamientos, no se había percatado que la chica lo estaba mirando de una manera demasiado adorable, aún tenía 17 años no podía pedirle que se suicidara con él, espera ¿Suicidarse con él? Estaba bien que la chica no pudiera divisar su destino o futuro, pero él no era no era nadie para arrebatarle lo que le quedara de vida, por más que él lo intentara desde que la maldición cayo en el nunca llevo a cabo uno de sus tantos suicidios.
- ¿En que piensas mientras me miras de esa manera, mi bella dama? -Pregunto el zorro moviendo sus largas colas.
- Solo miro que aún no te has sacado los vendajes que te puse cuando te encontré, a todo esto ¿de quién estabas escapando? -Pregunto la chica con la mirada puesta en el de una manera inquietante.
- La verdad, pensé que podría hacer algo por este Santuario ya que me di cuenta de que no emitía ninguna señal de que tuviera un familiar fuerte y confiable como yo. -Respondió el zorro.
- Tienes razón y porque todas esas marcas en tu cuerpo ¿A que se deben?
- A eso, es debido a la maldición que llevo conmigo, por eso no puedo morir. -Respondió el castaño con un pesar en su rostro.
- Veo que no te gusta hablar de ello verdad. -Susurro la chica sin que el castaño lograse escuchar, o así pensaba ella.
Sin más demora la chica salió rumbo a ponerse un lindo kimono para salir con su Familiar de compras.
Uno hermoso Kimono negro con pequeñas flores de sakura en los costados, un lindo adorno para el cabello y un haori blanco con dorado con unos diseños de flores.
La chica sinceramente se veía hermosa.
- Dazai, acompáñame a comprar unas cosas que necita el Santuario por favor. -Pidió la chica.
- Tiene que ser ahora, estoy un tanto ocupado limpiando el Santuario. No creo tener tiempo. -Respondió el familiar, pero en ese momento sintió que su pecho le ardía, la chica al ver que este sufría le pregunto que le sucedía a lo que el zorro dio un fuerte quejido de dolor. -Apártate de mí, podría hacerte daño y yo no quiero eso. -Le suplico el espíritu ya en el piso agarrándose el pecho por el dolor que tenía, pensaba que podía ser un efecto de la maldición al haber encontrado un nuevo amo/ama a quien servir.
- Bueno Dazai yo me voy yendo ¿Estás seguro de que no quieres venir conmigo? -Pregunto la chica nuevamente esperando que el castaño le dijese cosa que no hizo lo cual la preocupo mucho.
- Es…Esp…Espe…Espera… si te acompañare. -Respondió el familiar con su toda la disposición de ayudar a su nueva ama.
- ¿Estás seguro, ase un momento te encontrabas super mal? Me asustaste. -Contesto la chica preocupada.
- Te he dicho que yo te acompaño o no. -Respondió el espíritu de zorro con un tono que dejo a la chica congelada.
- Está bien, vamos. -Respondió la joven de cabello anaranjado. -Pero con una condición si te sientes mal me dirás inmediatamente.

 -Pero con una condición si te sientes mal me dirás inmediatamente

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

-Está bien. -Se resigno el castaño.

Ya de compras.
Chuuya y Dazai recorrieron las tiendas en las cuales la pelinaranja se detenía con una sonrisa en su rostro a la cual este no le podía negar nada.
*La Chica comenzó a probarse diferentes trajes todos con múltiples diseños como el Kimono que andaba trayendo.
Morados, rosados, verdes y uno azul con delfines, todos eran hermosos, aunque el castaño no se lo dijera de la manera en la que la miraba era suficiente para saber lo que él estaba pensando de ella. 
Paso el tiempo y comenzó a oscurecer a lo que el castaño le pidió a la joven que regresarán al Santuario, la chica se negó a lo que a el castaño le volvió el dolor en el pecho que había sentido antes de acompañarla y negarse a ir con ella, esta al verlo accedió a volver al Santuario.
Al llegar vieron luces prendidas en la casa detrás del Santuario lo cual les llamo la atención a ambos, puesto que la chica vivía sola en ese lugar.

La Sacerdotisa y El Espiritu Zorro TERMINADA Où les histoires vivent. Découvrez maintenant