Hola, bueno soy super nueva en esto, ¡así que veremos como sale!
Hace tiempo tenía ganas de escribir un fanfic sobre La Doña, he leído muchas versiones de la continuación que están geniales, pero mi idea en realidad es distinta. No es una segun...
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Quiero aclarar algo. Daniel Llamas ya sabe quien es Altagracia. Paso exacto como en La Doña, Rafael fue a hablarle sobre sus sospechas y hicieron sus investigaciones.
*Saul*
-¿Daniel pasa algo? - Le pregunto en cuanto veo como fijo su mirada sorprendida en Altagracia y quedo sosteniendo su mano.
-Em n... no nada. - Dice ¿Nervioso?. Le suelta la mano y baja la mirada.
-¿Seguro? - Altagracia me mira confundida.
-Si, solo me sorprende verla en persona. - dice sin dejar de verla.
-¿Como así? - le pregunto confundido.
-Mi amor lo debe decir porque ha de haber oído mucho de mi, en las noticias y eso. - Me dice Altagracia acariciándome el brazo hasta llegar a mi mano y entrelazar nuestros dedos.
-Si, por supuesto. He oído mucho de usted.
-¡Claro! A veces se me olvida que eres La Doña mi amor. -le digo mientras llevo su mano hasta mi boca y le deposito un suave beso. Ella sonríe. Comienza a sonar su celular y ella suelta mi mano para buscarlo en su cartera.
-Es de la empresa, necesito contestar, te espero afuera. -Yo asiento. - Un gusto conocerlo Daniel.- termina de decir y se retira. Cuando termina de salir de la oficina volteo a ver a Daniel y veo que quedo con su mirada perdida en el camino donde acababa de salir Altagracia.
-¿Daniel? - él me mira inmediatamente.
-Perdón, es que no salgo de mi asombro. No me la imaginaba así.
-¿Así cómo?
-Con todo respeto Saul, así, tan hermosa. - sonrío.
-Me paso lo mismo cuando la vi por primera vez. La imagen que había armado en mi mente de todo lo que me habían contado, no se acercaba mucho a lo que vi. No me la imaginaba tan joven y tan hermosa.
-Imponente. - termina de decir Daniel como perdido en sus pensamientos.
-Pero, ¿sabes qué? Altagracia es mucho más que La Doña, es mucho más que esa mujer hermosa, poderosa e imponente.
-Me imagino. - me dice y baja su mirada. Por alguna razón siento que hay algo más sobre su reacción frente a Altagracia, pero no entiendo que podría ser. - Bueno, ya termine todos los pendientes que teníamos para hoy, y quede de salir con Altagracia.
-Oh si, por supuesto. Espero que pasen muy bien. Nos vemos mañana Saul.
-Hasta mañana. - nos despedimos estrechando las manos y salgo de su oficina a buscar a Altagracia. Miro hacia todos lados y no la veo. De repente siento risas de niños, y entre ellos, la de ella, su inconfundible risa. Busco de donde proviene el sonido y es de una de las habitaciones donde generalmente juegan. Y ahí esta, jugando, sentada en el piso alrededor de una pequeña mesita con un grupo de niños a algún tipo de juego de mesa mientras se ríen, me apoyo sobre el marco de la puerta y me pierdo mirándola. Se ve tan suelta y divertida, parece una niña más. Una de las niñas, Juanita, voltea a verme.