5-¿Por qué se me hace tan especial?

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*Saul*

Me despierto a causa de los rayos de sol que ya entran desde la ventana de la habitación, acostumbro mis ojos a la luz y volteo la vista buscando a Altagracia y ahí esta ella, dormida, su rostro tiene tanta calma, parece un ángel; tiene algunos mechones de su cabello en el rostro y sé los acomodo detrás de su oreja con suavidad - Eres realmente hermosa mi amor - susurro mientras suavemente le acaricio su mejilla; ella comienza a despertarse lentamente, comienza parpadear hasta que abre sus ojitos - Buenos días bella durmiente - le digo con una sonrisa mientras la miro.

-Para que sea la bella durmiente un príncipe tendría que despertarme con un beso- me contesta sonriendo

-Eso te lo arreglo inmediatamente- y me acerco a besarla mientras la tomo por su rostro, un beso dulce pero intenso - Buenos días mi amor - le digo cuando me separo, ella sonríe.

-¿Hace mucho despertaste?

-Hace un ratito- le respondo mientras apoyo mi codo en la almohada y mi cabeza en mi mano.

-¿Me estaba usted espiando licenciadito? - me pregunta arqueando una ceja y sonriendo.

-Por supuesto, no todos los días se despierta con semejante mujer al lado, y encima, semi desnuda- le respondo pícaramente

-Eres un pervertido- me dice riendo- ¿Tienes hambre?

-Mucha- le digo mientras me acerco y me coloco encima de ella- Siempre tengo hambre de ti- con la yema de mis dedos acaricio desde su labio inferior pasando por su mentón y cuello hasta llegar a su pecho y voy bajando la fina sabana que la cubre. Ella se ríe.

-Estoy hablando de comida Saul.- me responde mientras vuelve a levantar la sabana.

-De comida también

-Bueno vamos vistete y bajemos a desayunar- me dice mientras se zafa de mí y se levanta de la cama aun cubriéndose con la sabana. Yo me quedo recostado observándola mientras ella camina a su armario. - Generalmente mis asistentes son quienes se encargan de arreglar mis atuendos de cada día- me dice mientras toma unas prendas y las apoya sobre una silla.

-Tú te ves hermosa con lo que sea, incluso así, con esa sabana, eres toda una diosa- le respondo mientras me levanto de la cama y camino hacia ella. Intento tomarla por la cintura pero ella se aparta toma su ropa y se va al baño.

-Ya deja de provocarme y vistete- me dice entre risas mientras cierra la puerta del baño.

Sonrío. Esta mujer me tiene loco. Comienzo a vestirme y en unos minutos ya estoy listo. Recorro con la mirada la habitación. Todo es tan ella, imponente, elegante, hermoso. Escucho la puerta del baño abrirse y la veo salir, lleva un vestido azul sin mangas que le llega encima de sus rodillas muy justo a su cuerpo, resalta todas sus curvas, su cabello suelto cae en sus hombros con sus ondas. Luce espectacular. Me quedo mirándola embobecido y ella sonríe.

-Me ayudas a subirme el zipper- me dice mientras se voltea y me pierdo viendo su espalda descubierta. Trago saliva mientras apoyo una mano en su cadera y con la otra lentamente subo el cierre de su vestido; cuando termino la pego contra mi cuerpo y acarico su brazo - Me va a gustar más cuando esta noche te ayude a bajarlo- le susurro en su oído y siento como se estremece y la volteo quedando frente a frente -Estás hermosa- beso castamente sus labios- Eres hermosa- tomo su rostro en mis manos y la beso, ella abre su foca profundizando el beso; mis manos pasan ahora a su cintura atrayéndola mas hacia mi y ella pone sus manos en mi nuca; nuestras lenguas se mueven y se complementan a la perfección; cada beso suyo es como mi primer beso. Nos separamos unos milimetros por falta de aire.

-Si seguimos así, no voy a querer irme a trabajar, así que mejor bajemos a desayunar- me dice aun con la respiración acelerada y con la mano en mi mejilla.

Iron RoseWhere stories live. Discover now