Chico Prohibido 3 |Amame|

Capítulo 2. "Felicitaciones"

*Everybody Talks — Neon Trees*

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Bajé con cuidado de no despertar a los demás por haberme levantado temprano. Aparte de que no quería que me vieran en bragas y una camisa de Joe que me quedaba grande.

Mi cabello era un desorden de verdad, pero no quería arreglarlo si mi plan era regresar a la cama con un Joe enredado de sábanas, dormido y con el cabello desordenado.

El timbre de la casa sonó, fuí a la puerta a ver de quien se trataba pero esta se abrió de golpe, así que me golpee en la frente con ella. Solté un gemido lastimero y después Becka comenzó a disculparse demasiadas veces, tantas se le hacían posibles.

—Ya pasó, no tienes porque disculparte tanto —soltó una risita adorable.

—Es que si te descalabro mi hermano me va a matar.

—Por ahora no, está dormido.

Cerró la puerta.

—¿Quieres desayunar algo? —Negó.

—Vengo a ir por ti y Jess de compras —sonrío. Tallé mis ojos y gritó de emoción.— ¡Por Dios! —Agarró mi mano izquierda de manera rápida.— ¡Te lo ha dado! ¡Es hermoso de verdad! —No entendía de que hablaba hasta que me acordé que ayer por la tarde Joe me había propuesto matrimonio.

—Ah, sí —dije sin importancia alguna.— Nos casaremos.

—Es hermoso, pero ¡vaya mujer! Tienes que arreglarte, verte más contenta, ¿no te emociona que te vayas a casar? —Asentí aún aturdida.— Pues no se te vé. Así que vamos a comprar ropa, quizás eso te quite lo despistada.

—Y yo pensaba en seguir durmiendo —murmuré.

Me di la vuelta para subir las escaleras, Mike bajó en bóxers y el cabello desordenado. No me iba a imaginar la cara que pondría Becka. Aunque no me constara sabía que ambos se atraían de manera vaga pero algo era algo.

Tenía que observar esto, pero también tenía que darme un baño.

(Mike)

Después de una noche alocada, me había despertado al escuchar el maldito timbre. Así que cubrí bien a Jesse con las sábanas ya que la colcha estaba en el suelo. Su cabello desordenado me hacía sonreír, era un buen inicio del día.

Besé su frente y después su vientre.

Esperaba demasiado la llegada del bebe, aunque no sabía que sería porque Jesse no me lo diría así que me enteraría hasta el momento del parto.

Me puse mis bóxers y salí de la habitación. Escuché una voz demasiado aguda que me hacía querer regresar a la cama, no podía creer que tan temprano y ya estaba aquí.

Bajé las escaleras sin tomar importancia de mi atuendo. Maibys pasó a mi lado sólo con una camisa de Joe, la ví nerviosa pero después la perdí de vista.

—¿Tan rápido? —Preguntó la rubia.

—¿Tan rápido qué? —Se volteó a verme y abrió su boca al recorrerme la mirada.

Tragó pesadamente y vi sus mejillas enrojecerse, oh. Que si pensaba que me había puesto bueno era poco, cuando me había quitado mi virginidad estaba todo flacucho y ahora no había nada de ese Mike sin forma.

—P-p-pensé q-q-que e-r-as M-ai-bys —tartamudeo. Sonreí de lado.

—Pues no creo que Maibys tenga la voz tan gruesa.