Algo por encontrar, nada que perder.

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~Seis meses después~

-Harry, tenemos que apresurarnos o cerrarán las tiendas.- Dijo Niall poniéndose el abrigo rápidamente.

Harry miró al irlandés con curiosidad. Nunca había entendido porqué era tan importante para él los regalos en navidad, cuando podías hacerlos en cualquier día del año.

No rechistó sin embargo, cuando Niall le metió prisa. Se puso el abrigo como había hecho Niall minutos antes y se metió en el coche, sentándose al lado de Liam, al otro la fría ventanilla.

Llevaban escasos cinco minutos en el coche, y Zayn y Louis ya estaban bailando las canciones navideñas que Niall intentaba modernizar con su voz.

Harry, por su parte, tenía la cara apoyada en la ventanilla mientras observaba cómo caía la nieve sobre Londres. Pronto estaría en casa.

Sintió que alguien a su lado tenía un escalofrío y Harry se giró para ver su compañero medio tiritando.

Harry no estaba extrañado de que tuviese frío, iba con una camisa de cuadros que tanto le gustaban a Liam y unos pantalones que no eran de invierno.

Ni si quiera llevaba chaqueta. Solo el abrigo.

-¿Tienes frío?- Preguntó Harry al final.

-No.- Liam miró hacia otro lado. Estaba claro que algo tenía en la cabeza.

Por toda respuesta, Harry se quitó el abrigo, y después una chaqueta que llevaba debajo, quedándose él con un jersey de lana y el abrigo, y se lo dio a Liam.

-La próxima vez, aprenderás a no olvidarte ropa de abrigo cuando sabes que está nevando y hace frío.-dijo riendo mientras le pasaba el abrigo.

-Ya.- Harry se sorprendió por el tono de voz que Liam usó, él nunca hablaba así.

-Harry...-Liam empezó a hablar.

-¡Fuera todo el mundo del coche y a hacer regalos navideños!- dijo el conductor cuando hubieron llegado al centro comercial.

Niall fue el primero en bajar, seguido de Zayn y Louis, los cuales se habian hecho cada vez más amigos.

Después bajó Liam y echó a andar hacia el centro comercial, sin esperar a nadie.

Por último, Harry salió del coche, el frío de la nieve heló sus dedos y deseó haber cogido guantes nada más salir de casa. Se metió las manos en los bolsillos, como era costumbre en él, y anduvo detrás de Liam, confuso por su forma de ser en estos días.

-Bueno chicos, para que no pase nada, nos vamos a dividir, ¿entendido?-dijo un guardia de seguridad cuando llegaron a la puerta del centro comercial.

-Yo iré solo. Siempre que voy con alguno de ellos, no termino de hacer las compras que quiero.- Dijo Niall con su acento irlandés burlón.

-Yo iré con Louis. Queremos comprar las mismas cosas.- Louis empezó a reírse abiertamente en cuanto Zayn dijo eso.

-Yo iré con Harry, pues.- Dijo Liam todavía en un tono sin sentimiento.

Harry miró a Liam con una cara de interrogación, pero éste ni siquiera lo miró.

-Esta bien, os seguirán a cada uno dos guardaespaldas y....

-¡NO!- Gritó Harry de repente. Todos lo miraron.- Quiero decir, por favor no. Déjanos tener un día sin que alguien nos siga, nos lo merecemos. No pasará nada.

-Harry tiene razón, Paul. ¿Qué puede pasar? Lo peor es que el pequeño Harry se quede sin el pelo rizado que lleva. Y nos harían un favor, necesita un corte de pelo.- defendió Louis.

En otras circunstancias, Harry hubiese seguido la broma. Pero en ese momento, él se limitó a asentir y sonreír sin ganas.

Esta vez era Liam el que lo miraba con cara de preocupación.  Aunque Harry lo ignoró.

Harry y Liam llevaban entrando en tiendas desde hacía una hora, y solamente habían hablado sobre lo que iban a comprar a sus familias.

-¿Ya has decidido lo que le vas a comprar a Danielle?-Preguntó Harry intentando entablar conversación.

Liam se paró, agachó la cabeza, e hizo como que buscaba algo en una de las bolsas.

-A Danielle le compraré el regalo más tarde.

Harry decidió que sería mejor dejar a Liam en sus pensamientos hasta que él dijese algo. Él, simplemente, iba a aprovechar las horas de libertad que les habían concedido.

Apenas se habían encontrado con fans, mientras que los demás no se acercaban, tan solo los miraban, preguntándose dónde habrían visto esa cara tan familiar.

-Llevas unos meses muy raro, Harry.- Liam paró a Harry con la mano, y lo giró hacia sí.- ¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras, no?

Harry sonrió, agradecido de que Liam no fuese a presionarle a contarle lo que le pasaba, aunque él sabía que era la persona que podía aconsejarlo en esos momentos.

-Sí, Liam.

Liam sonrió satisfecho, y siguieron andando, intentando relajarse y no pensar en sus temores.

-Harold, vamos a parar un rato.-dijo Liam sentándose en un banco.- Estoy cansado de tanto andar por cosas sin sentido. ¡Mira! Hay una tienda de donuts, iré a comprar. ¿Tú quieres alguno?

Harry le señaló los que quería y le dio el dinero que costaba, y Liam se fue corriendo a hacer cola.

Una risa familiar empezó a entrar por sus oídos, una voz que no había escuchado en mucho tiempo.

Se levantó de donde estaba sentado, y vio que la risa provenía de la tienda enfrente de la los donuts, donde Liam se encontraba.

Se acercó a ella con cuidado, temiendo lo que pudiese encontrarse.

Dos chicas estaban haciéndose fotos, y estaba seguro que ya había visto a una de ellas.

Se atrevió a dar un paso más, su corazón latía desenfrenadamente. El mismo pelo…

-Disculpe, ¿podría hacernos una foto, por favor?- dijo la chica de pelo moreno rizado.

El mismo acento inglés españolizado…

Harry se acercó más rápido, esta vez a unos pasos de ellas pero lo suficientemente lejos como para que ella no pudiera verle.

-Harry, ¿qué haces en una tienda de lencería?- Liam estaba detrás con los donuts.

Pero Harry no le escuchaba. Lentamente, una sonrisa se formó en su cara. Sabía quién era esa chica.

En ese momento, la tienda, e inconscientemente su propia vida, brillaron con más luz.

Algo por encontrar, nada que perder.Where stories live. Discover now