Ella es solo mía © || Vegetto || BORRADOR

Capítulo 20

— Pensemos con la cabeza fría. —musitó un nervioso Pedro al abrazar a su esposa por la espalda porque realmente Lili se encontraba temerosa, su hermana no aparecía, la luz no volvía y luego estaba Naomi con su terrible miedo irracional por la oscuridad.

Aunque los tres individuos se encontraban aterrados.

La de cabellos celestes por otro lado estaba llegando a un punto de locura, negro, sus ojos celestes veían todo negro y se sentía aprisionada en aquella habitación.

— No puedo respirar... —titubeó nerviosa al sentir como las manos le empezaban a sudar y su cuerpo a temblar.

— Tranquila Naomi, respira por favor... —trató de relajarla Lili, acercándose a ella de forma tranquila y acariciar su rostro, dejando caricias leves para así poder calmar a la chica.

Sin embargo, la rubia no pudo hacer nada, Naomi se moría por dentro, era como si una bomba de tiempo en su interior empezará con la cuenta regresiva, el pasado es tan terrible, demasiado oscuro como el miedo de ella, entonces sollozó, algo desgarrador y doloroso para quien lo escuchará, sus ojos se cristalizaron y se volvieron rojos por el llanto y de cierta manera era como escuchar a un bebé.

— ¡¿Y ahora qué hacemos?! —consultó histérica Lili al ver a su novio quien se encogió de hombros.

— ¿Pongámosle una papa en la boca? —propuso, no obstante recibió una mirada fulminante de la rubia.

— No ayud... —pero saben que fue lo que rebalsó el vaso, simple y sencillo, como que estaban robando la C. Cápsula, un hombre armado abrió la puerta de golpe, los dos rubios gritaron a excepción de la chica que lloraba y lloraba.

— Agárrenlos y llevenlos con la embarazada. —ordenó el hombre con una máscara que solo dejaba a la vista la boca y los ojos.

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— ¿Oye imbécil, sabes quién va a conocer mi maldito puño? Vas a ser tu y tus malditos amigos insectos. —gritaba rabiosa la Srta. Bulma, ya que estaba hirviendo por la rabia que la consumía poco a poco. — ¡Cuándo venga mi esposo te romperá toda la cara, imbécil! —exclamó al ponerse de pie e ir hacia aquel hombre armado.

Todos estaban en la sala, la pareja de rubios que mantenía un semblante serio, la de cabellos celestes lloraba en silencio con los ojos cerrados aun estando en su burbuja de oscuridad aislada de la realidad y bueno, luego estaba Bulma que es una fiera tanto así que estando embarazada se puso de pie para golpear al hombre.

Había alrededor de seis asaltantes y todos con armas y bolsas llenas de cosas robadas de la casa, no obstante, le daba gracia como aquella mujer embarazada podía tener tanto coraje.

— Cierre la boca señora estúpida. —se burló el líder al acomodar su arma y darle un golpe a la mujer con carácter fuerte, sin embargo aquel golpe jamás llegó.

La joven tosió haciendo que la sangre que ahora había en su rostro caiga al suelo, esta sonrió de lado sabiendo que lo que había hecho era una locura.

— Naomi... —balbuceó Bulma con sorpresa al agarrar a la chica pero ella al instante fue separada de la niña.

— Idiota. Al parecer te gusta recibir el daño de lo demás. —de manera perversa este la miró tirada en el suelo, ella es bonita, tanto así que había despertado cierto deseo en él.

— Prometí cuidar de ella y eso haré. —refunfuñó a regañadientes al ver de reojo a su jefa quien ahora tenía una mirada preocupante.

— ¿Cuánto tiempo tenemos? —preguntó el líder de los asaltantes a lo que uno de sus ayudantes hizo un ademán indicando que le quedaba una hora.

¿Qué es el dolor? Y no sólo estamos hablando del que te lástima por fuera haciendo que tu piel se raspe y deje una cicatriz horrenda, estamos hablando del que te mata psicológicamente.

— Suficiente. —admitió él al agarrar a Naomi de esos hermoso cabellos celestes y arrastrarla hacia el pasillo.

— ¡Naomi! —gritaron al unísono todos los presentes tanto asi que Pedro se puso de pie golpeado a uno de esos asquerosos que querían robarles, no obstante lo agarraron entre dos prohibiéndolo de sus movimientos y empezándolo a golpear.

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Ella no se atrevía hablar, no porque no quisiera sino porque las palabras sinceramente no eran necesarias, observó a él de máscara y volvió la vista hacia el techo de los pasillos, al parecer él deseaba buscar un lugar para llegar hacer lo que tanto quería, pero eso no pasó, ya que escuchó la risa de ella haciendo que parará en seco y girará a verla.

— ¿De qué te ríes? —interrogó este al ponerse de cunclillas y agarrarla de una manera brusca haciendo que ella gimiera de dolor.

— No tienes ni idea de lo qué es el dolor, sabes cuál es la diferencia que note en ti. Que te crees superior, piensas que eres fuerte porque tienes un arma y un grupo a tu disposición, no tienes respeto, porque apuesto que al salir de aquí dejaras de ser un líder... —prosiguió a decir con sequedad al sonreír con maliciosa viendo como los ojos de este mostraban sorpresa, entones una cachetada término por sentir en su pálido rostro.

— Cállate perra. —exclamó, pero otra vez esa risa malévola que hacía que la piel de él se erizada llegó a sus tímpanos.

— Estarás muerto. La diferencia que tienes tu es que sabes tu origen pero yo el mío no, no lo se y eso de alguna forma me hace fuerte, porque se hacer cosas que un estúpido ser como tu no haría. —susurró con seriedad al acercarse al rostro de él y sonreír.

Y por primera vez, aquel hombre supo lo que era el miedo al ver cómo los ojos de aquella angelical chica cambiaban de un celeste a un morado.

"Nunca subestimes, nunca desafies y mucho menos te atrevas a decir que eres fuerte, porque en el momento menos indicado puede que los roles se inviertan."

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N/A: ¿¡Realmente qué es Naomi!? Pueden dejar sus conclusiones en los comentarios :)