Primera parte: Sombras

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Dentro del sueño

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Dentro del sueño



Forestville (Maine) EEUU En la actualidad.

Muerte. Se supone que todos estamos conscientes y preparados para cuando el momento llegase, sin embargo, cuando sucede nos invade una sensación de horror. Los ataúdes no tienen más de 76 cm de anchura, llevan el nombre completo del fallecido en la tapa y se debes llenar tantos formularios médicos y fúnebres. Se hicieron muchos pagos: la corona de flores, la funeraria, la ceremonia y el lugar de entierro. Incluso la muerte es mercenaria en medio de la confusión e incertidumbre.

Es como si estuvieran durmiendo, pero con la sola diferencia de que tú sabes que no es así. Son diferentes, en todas las maneras posibles: la piel se queda rígida y fría con un aspecto ceroso, los labios y el rostro palidecen por la ausencia de sangre, es por eso que se encargan de maquillarlos para la ceremonia.

Duele. Toda mi familia está aquí, me refiero a mi mamá, mi papá he incluso mi hermana gemela. Están todos aquí en esos cajones, durmiendo para siempre.

Se firmaron papeles, vistieron a mi familia con trajes elegantes y el seguro funerario contrató el auto fúnebre para que vayan a su destino final, dondequiera que eso sea.

En el funeral no paré de decir a todo el mundo «Simplemente ocurrió, un camión apareció de la nada y todos salimos lastimados» las personas no dejaban de hablarme sobre sus propias experiencias al perder a un ser querido, o los amigos de mis padres no dejaban de repetirme lo buenas personas que éramos todos. Solo me daban más ganas de llorar que de encontrar consuelo. No dejé de temblar desde que todo ocurrió. Me sentía como una niña pequeña nuevamente, miraba a mi alrededor sin saber a dónde ir, como si estuviera en un sitio nuevo y no supiera hacia donde pertenecer.

Mis padres no eran viejos. Todos gozábamos plenamente de salud. Mi familia se suponía que tenía que verme crecer y graduarme. Al final, sin haber tenido la oportunidad de decirles gracias y despedirme como es debido, mis últimos recuerdos de ellos eran los tamaños de los ataúdes y arreglos fúnebres.

Luego del accidente donde murieron, me trasladaron al hospital del pueblo de Forestville. Tuve varias heridas insignificantes, pero roturas en el brazo izquierdo. En el hospital permanecí inmóvil por dos días. Me habían informado sobre las pérdidas poco después de despertar, y en cuanto lo hicieron tuve que recibir varias dosis de drogas para tranquilizarme.

Lo único que quería era terminar con el funeral, tomar mis cosas e irme de Forestville, no podría seguir viviendo en el pueblo. Había pensado en mudarme a Boston junto a mi única abuela, empezaría de nuevo y terminaría la escuela lejos de los recuerdos de los que quería escapar.

Luego de la ceremonia final donde los ataúdes fueron enterrados, las personas comenzaron a retirarse del cementerio. El cielo estaba gris dándo una sensación de oscuridad aunque tan solo fueran las cuatro de la tarde. Yo, sin embargo, me quedé un momento más frente a las lápidas de mi familia.

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