Epilogo

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Eran las una y media de la madrugada, hace una media hora exactamente

-Se acerca- me dice ella con la voz apagada

-No...- digo mientras empiezo a llorar

-Sabes que es así

-No, por favor...

-Sabes? Fui muy afortunada al conocerte

-Por favor...- no hay nada que hacer, solo llorar

-Me gustaría poder pasar más tiempo aquí con tigo

-No te vayas por favor...- Ella me interrumpe

-No hay nada que yo pueda hacer

-...me prometiste que no te irías de mi lado

-También te prometí que estaría esperando por ti del otro lado

-...- no digo nada, solo rompo en un llanto más fuerte

-Te amo- me dice con una voz muy apagada

-Yo también te amo- le contesto entre llanto

-Estaré esperándote. Adiós

-No es un adiós, es hasta luego

Cuando termino mi frase, su respiración empieza a entrecortarse, haciéndose cada vez mas pesada, hasta que en un punto

-Por... favor... ol... vi... da... me...

-Nunca

Estoy seguro de que me pudo escuchar, pero en cuanto murmuro su última palabra, Ella dio un último profundo respiro y cerro sus ojos.

-Oye

-...

-Vamos

-...

-No juegues con migo- cada vez mi llanto se hacia mas incontrolable

-...

-No- lo dije quebrándome por completo

-...

-Por favor, despierta

-...

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- me arrodille al lado de Ella y llore y llore y grite.

Estuve unos diez minutos, llorando por la partida de la única persona a la que ame en este mundo.

Pero recordé nuestra promesa, y el último cabo suelto que debía atar

*llamaste a mi consultorio y no te he atendido, por favor deja tu mensaje y te llamare en cuanto lo escuche*

-Disculpe el horario en el que lo llamo doctor, solo quería informarle que hoy a las 1:32 de la madrugada, su corazoncito dijo basta. Quería pedirle si puede venir a retirar los cuerpos y hacerme un último favor. Estará todo detallado en la mesa de la entrada. Y no trate de saltarse la nota de la mesa. No habrá nada que hacer para ese entonces.

Llame al doctor y le deje un mensaje, solicitando que viniera

Estimado doctor

Supongo que gracias por hacernos saber que Ella iba a morir. Gracias por haber sido tan franco con nosotros y en especial con Ella. Y gracias por la silla de ruedas.

Le dejare dos copias de un registro, en el que lleve el día a día estas últimas tres semanas.

Uno es suyo. Haga lo que crea conveniente. El otro es para sus padres. Le adjunto su dirección y suficiente dinero para los gastos de envío. Y necesito que escriba en papel la siguiente nota

"Lamento no haber podido cuidar bien de Ella, pero donde estaremos ahora la cuidare por toda la eternidad"

Hágales saber también sobre la alianza que cuelga de su cuello, la cual es un símbolo de nuestra unión formal en matrimonio.

Para nuestro lugar de reposo final, me gustaría que fuese en la parcela donde están mis padres, le adjunto abajo dirección y numero de parcela, estoy seguro de que usted puede hacerlo, yo a la izquierda de mi madre y Ella a mi lado, como mi esposa que es.

Estoy seguro de que puede hacerlo, en esa parcela solo están mis padres.

La llave a la habitación de huéspedes que esta al final del pasillo esta en la cocina. Pero siga leyendo por favor. No hay nada que usted pueda hacer.

Investigue que su enfermedad es muy rara, pero no. Como su esposo le estoy negando que tome muestra alguna para análisis. Ella se ira completa con migo.

Espero sepa comprender.

Ah, lo olvidaba. Gracias por los calmantes para mí. Me impedirán sentir dolor cuando lo haga.

Para finalizar le describiré la escena que encontrara, así no se sorprende.

Estará Ella, sin sus extremidades, las cuales ya enterré en el patio, espero y se puedan quedar allí, y luego estaré yo, acostado a su lado, con dos heridas cortantes en ambos antebrazos y una en el cuello a la altura de la aorta.

No quiero que comprenda mi decisión.

Solo quiero que la acepte como es.

Dar la vida por esa persona si es necesario.

Para mí, eso es lo que significa el amor verdadero.

Estas ultimas palabras estarán escritas a mano al pie de esta carta como puede leer mi buen doctor, se las dejo para que sepa exactamente que va a suceder.

Termine de revisar los papeles y los deje arriba de la mesa. Fui a la cocina a buscar un cuchillo y un poco de agua.

Cerré la puerta de su habitación por dentro –usted ya sabe donde esta la llave- y me acosté a la derecha de Ella. Le di un último beso en sus ya fríos labios y me tome un puñado de esas pastillas.

Por que calmantes si me voy a matar?

No lo se. Supongo que tengo miedo del dolor del cuchillo rebanándome la aorta. Pero el miedo desaparecerá por completo cuando este a su lado otra vez.

Le deseo a usted y a su pequeña compañera felicidad eterna, como la que a nosotros dos nos fue arrebatada

Amor VerdaderoWhere stories live. Discover now