Día 15 - Tu eres mi motivo

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No debería de sorprenderme. Ya me lo había dicho el medico, que cada día que pasara, la condición de Ella solo empeoraría. Que no habría mejora alguna. Que iba a morir.

Pero aun así, me despierto todos los días esperando que milagrosamente Ella este sana, que este con su bolso en el hombro esperando por mi para ir al instituto, que este llena de alegría y ganas de vivir, esa misma alegría y ganas de vivir que me contagio y evito que me colgara cuando apenas contaba doce años.

Hoy me levante temprano, Ella estaba dormida todavía, gracias a que le aumente nuevamente la dosis de los calmantes y a que el día de ayer la agoto realmente.

Espere un poco, una media hora mas o menos, y me dirigí a la habitación con las tazas en la mano

-Buen día- le digo mientras veo como despierta

-Buen día- se ve y se oye como si no hubiera descansado nada

-Aquí esta tu taza

-Gracias- cuando toma su taza, Ella empieza a sollozar, y pronto están rodando lágrimas de sus ojos

-Que sucede?- le pregunto asustado –Te duele algo? Esta muy caliente?

-No, nada de eso- empiezan a rodar mas y mas lagrimas –solo quiero pedirte perdón por mantenerte a mi lado en una situación como esta- me dice mientras me mira a los ojos

-No hay nada que perdonar. Ya te dije que estoy aquí porque quiero estarlo- le dije con una sonrisa, tratando de ocultar un ligero enojo

-Si te sientes obligado a quedarte por algo que hayan hecho yo o mis padres por favor, vete y déjame sola- me dijo con una mueca de tristeza en su carita ya marcada por su enfermedad

-Quieres que me vaya?- le pregunto con cierto enojo mientras dejo mi taza a un lado –Es eso lo que en verdad quieres?

-No. Pero si te sientes obligado, no puedo retenerte aquí- me dice mientras agacha un poco la cabeza

-Quieres saber por que motivo me quede aquí contigo?- empecé a levantar el tono de mi voz

-Vas a decírmelo?- levanta un poco la cabeza para oírme mejor

-Quieres oír mi motivo? Te diré mi motivo- me detengo y me siento cerca de ella par evitar alterarme mas de lo que ya estaba –Tu eres mi motivo- ella me mira sorprendida –Tu y tus contagiosas ganas de vivir fueron mi motivo para quedarme. Aquella tarde que tomaste mi mano para que te acompañase a la estación, yo me dirigía al parque que esta mas lejos del centro para colgarme de un árbol- abre mas grandes los ojos y se tapa la boca en sorpresa –No podía soportarlo mas, todos en la escuela me ignoraban, mi Tío me golpeaba a diario y mis padres murieron en un incendio casero, y la mejor parte es que los bomberos llegaron casi seis horas después, por lo que pude deleitarme con el horrible olor a carne quemándose de mis padres. Esa soga que vi en el gimnasio se había convertido en mi única amiga, la única que me sacaría de ese infierno y me llevaría de nuevo a la seguridad de mis padres, así que la tome prestada y me dirigía hacia allí cuando te encontré peleando con aquel gusano. Y luego de lo que sucedió en la estación, debatí en mi interior por sobre que debía hacer. Si me colgaba, todo mi sufrimiento se iría, volvería a ver a mis padres y seriamos los tres felices por el resto de la eternidad, pero haría sufrir a alguien que estuvo tratando de hablarme durante mucho tiempo, alguien que buscaba acercarse a mi. Si no lo hacia, ese infierno continuaría, con la diferencia de que había alguien que estaba dispuesta a caminar por el a mi lado, haciéndolo menos doloroso. Pero tú ya sabes cual fue mi elección

Ella se quedo sin palabras por un rato. Cuando me retire de la habitación para traerle sus medicamentos la escuche llorar un poco, pero cuando volví, rápidamente se seco sus lagrimas y me pregunto

-Y tu como saliste del fuego?

-Papa me saco de ese infierno- le digo mientras le acerco sus pastillas

-Y como fue que solo tu te salvaste?- me pregunta con curiosidad

-El me saco, pero mama quedo adentro. El me dijo "Quédate aquí fuera, iré a por tu madre. No entres", lo vi entrar en la casa en llamas, escuche un fuerte estruendo, y papa nunca volvió a salir. Por lo que asumo que algo les cayó encima y los atrapo.

Ella se vuelve hacia mí, y estira sus brazos. Yo le respondo con los míos, y en ese fuerte abrazo me dice

-Por favor, no te apartes nunca de mí. Tengo miedo- podía escuchar como sollozaba

-Nunca me iré de tu lado. Siempre estaré aquí para cuidarte, sea en esta o en la otra vida

Después de nuestro pequeño momento para recordar, notaria que su pie izquierdo se separo de su pierna a la altura del tobillo, ella nunca lo noto debido a los calmantes. Estaba algo asustada, pero después de lo que sucedió ayer, se veía algo mas tranquila.

Tome su pie y lo envolví en una bolsa, que enterraría de noche al pie del árbol del patio.

Ya entrada la noche, antes de tomar sus calmantes me dice

-Me alegra que estés a mi lado. Me hace inmensamente feliz- dice con una pequeña sonrisa en los labios

-Yo también soy muy feliz a tu lado- le contesto con una sonrisa

-Gracias por entrar en mi vida- me dice y luego le doy los calmantes, que la duermen casi al instante

Aseo los platos del día, le acomodo sus sabanas, pongo mis correspondientes alarmas, preparo mi futón y me tomo otra de esas condenadas pastillas

-Gracias por salvar la mía

Amor VerdaderoWhere stories live. Discover now