Capítulo 32: Papá Louis

Start from the beginning
                                    

Después de tranquilizar a los pequeños les dio un beso de buenas noches y regresó a la cocina para limpiar los restos de la cena. Mientras lo hacía no pudo contener algunas lágrimas que rodaron por sus mejillas. ¿Y si Harry y él realmente se divorciaran? ¿Qué pasaría con los niños?

Ya casi estaba terminando de limpiar cuando oyó el sonido de las llaves al abrir la puerta. Escuchó como Harry dejaba sus cosas en la entrada y unos minutos después sintió como unos brazos rodeaban su cintura desde atrás. Un escalofrío recorrió su cuerpo.

—H-harry —titubeó nervioso.

—Hola, amor —contestó el chico de rizos besando su cuello—. Tengo algo para tí.

Louis sintió como Harry tomaba algo de la mesa y lo colocaba frente a él. Era una pequeña caja roja en forma de corazón y rodeada por un lazo dorado.

—¿Bombones? —preguntó sorprendido tomando la cajita.

—Algo dulce para el chico más dulce de todos —contestó Harry colocándose frente a él y dedicándole una sonrisa.

Louis tuvo que tragar saliva y pensárselo dos veces antes de contestar. Por lo general, Louis era bastante débil y solía caer ante los encantos de su marido cada vez que tenía un detalle bonito con él. La mayoría de las veces Harry no necesitaba más que un par de palabras bonitas, o incluso a veces un beso era suficiente para que le perdonara cualquier cosa. Pero esta vez era distinto. El ojiazul había llorado varias veces aquel día, e incluso Lucas había terminado llorando por la situación que sus padres vivían. No podía perdonar a Harry un día más y permitir que todo siguiera igual.

—No los quiero —dijo devolviéndole los bombones a Harry—. No antes de que me expliques porque no has venido a cenar cuando dijiste que lo harías.

El chico de rizos no se sorprendió mucho ante aquella situación. Era obvio que Louis le reclamaría por la hora, pero después le terminaría perdonando.

—Ya sabes que en una empresa siempre surgen cosas de última hora, cielo. Además, me he entretenido comprándote los bombones porque sé que son tus favoritos.

—¿Dos horas? ¿Te has entretenido dos horas comprando bombones? —reprochó Louis enojado.

—Había cola en la tienda y...

—Métete los bombones por donde te quepan.

A cada escusa que Harry ponía, los nervios de Louis se iban perdiendo. ¿Por qué no le contaba la verdad? ¿Qué tanto le tenía que ocultar?

—Amor... —comenzó de nuevo Harry, pero fue interrumpido.

—¡No me llames así cuando estoy discutiendo contigo! —se cabreó Louis—. Quiero que me digas la verdad de dónde has estado. ¡Merezco saberlo!

El ojiverde comenzó a sentirse acorralado. Ni los bombones, ni los apodos bonitos, ni las escusas calmaban a Louis aquella noche. Se le veía bastante decidido a forzarle a hablar, pero Harry sabía que no podía hacerlo. No debía.

—Verás, Lou... Es que había unos papeles importantes que debía terminar. Estamos apunto de firmar un nuevo acuerdo con...

—¡Mentira! —le interrumpió de nuevo Louis.

—Es verdad, amor, yo...

—¡Que no me llames así! —gritó Louis perdiendo del todo los estribos—. Sé que me estás mintiendo porque he llamado a tu despacho a las siete y tu amable secretaria me ha dicho que ya te habías ido. ¿Por qué me mientes? ¿Dónde has estado, Harry?

El chico de rizos se encontró definitivamente entre la espada y la pared y agachó la cabeza.

—Lo siento mucho, cielo —se disculpó sincero—. Perdóname por mentirte, pero es que hay cosas que... simplemente no te puedo decir.

El Secreto de Harry Styles (M-Preg) Larry StylinsonWhere stories live. Discover now