Capítulo veinticinco.

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Louis se sintió observado y juzgado en todo momento pero intentó actuar con naturalidad pues sus hermanos estaban felices comiendo su pizza y sus hamburguesas y eso era lo importante.

El único que le interesaba de aquella mesa era Harry y este permaneció todo el rato con su cabeza mirando la bandeja con su comida, así qué la opinión de los chicos demás le daba totalmente igual.

Doris era la más habladora pues no paró de contar todo lo que se había divertido en la piscina de bolas y luego en el castillo junto a Ernest.

Luego habló Daisy nombrando algunas de las canciones que había cantado en el karaoke, entonces el móvil de Louis vibró pues estaba recibiendo varios mensajes de Danielle.

No respondió a ninguno de ellos, ya que si lo hacía esta descubriría su mentira de que estaba trabajando en la cafetería pero se sintió mal pues no quería causarle un disgusto.

Cuando todos terminaron su comida, los pequeños quisieron regresar un rato más a los juegos, Daisy y Doris les dieron un beso a su hermano y a su hermana Lottie y siguieron a Ernest.

...-Hey, ¿qué te parece si jugamos nosotros también a algo?-preguntó Louis animando a su hermana, la cual se encogió de hombros.

Acto seguido se levantaron y fueron de nuevo donde estaban las máquinas, entonces se percataron que detrás de la de los dardos había un futbolín.

-¿Qué tal una partida hermana?.

-Te patearé tu lindo trasero-dijo ésta riéndose.

-Eso ya lo veremos perdedora.

-Ahora verás, yo nunca pierdo... morderás el césped-volvió a decir su hermana picandolo a un reto.

Louis se remangó, se cambió la gorra hacia atrás y se puso en posición, Lottie lo imitó por lo que el ojiazul se echo a reír.

-Hermana... pareces una marimacho así de picada, me recuerdas a cuando jugabamos de pequeños...Estabas muy graciosa.

-Ja...ja...ja-se burló su hermana haciéndole una mueca-...estás muerto.

Echaron la bola en el tapiz y cogieron los mandos, Charlotte gritaba y reñía consigo misma cada vez que Louis le marcaba gol, así estuvieron hasta que luego de varias partidas, esta se dio por vencida pues Louis la había machacado.

..-Voy a ver a los chicos y vuelvo enseguida Lotti.

Doris seguía en la piscina de bolas, junto a su hermanito y Daisy seguía con el karaoke muy entretenida, así que no les dijo nada.

De repente le entraron ganas de ir al lavabo, así que fue y cuando se estaba lavando las manos luego de hacer sus necesidades, Harry entró.

-Emm..siento no habértelo dicho-soltó sin más.

-Tranquilo, no tienes que darme explic...

-Pero quiero hacerlo- interrumpió rápidamente al ojiverde-... Respeto a lo del beso, quiero que sepas que no lo siento.... Lo hice porque en ese momento no pude resistirse, me gustas pero no pued...

-Déjalo Louis- lo cortó entonces el rizado-... como te dije, no me debes explicaciones, tú tienes tu vida hecha y a fin de cuentas el que se entrometió entre ella y tú fui yo.

El ojiazul chasqueó la lengua.

-No... eso no es así...tú menos que nadie tienes culpa de nada, Harry, lo siento pero si yo estuviese en otras circunstancias, ten por seguro que no dudaría en pedirte para salir pero no puedo-se explicó finalmente Louis bastante apenado.

El ojiverde asintió entristecido y acto seguido se metió en uno de los cubículos, entonces el mayor salió de allí con un nudo en la garganta pues rechazar al ojiverde había sido lo más duro que había hecho en años.

Ver tan triste su preciosa cara, esculpida por dioses y tan llorosos sus hermosos ojos verdes, era la peor de las visiones y se odiaba a sí mismo por haberle causado ese dolor.

Él también estaba sufriendo por tener que dejarlo ir pero no podía corresponderlo como se merecía, Danielle estaba enferma y no podía dejarla y además acababa de darle el mejor regalo, a su hijo William.

Louis llegó junto su hermana Lottie, la cual rápidamente se dio cuenta que a su hermano le había pasado algo pues éste tenía la cara desencajada y parecía que se echaría a llorar en cualquier momento.

...-¿Qué pasa Louis?, ¿los niños están bien?-preguntó preocupada-...¿Acaso le ocurrió algo a Danielle o a mi sobrino?.

-No, no -Negó éste-...no pasa nada, no te preocupes, estoy bien.

-Si quieres nos vamos ya-dijo entonces su hermana soltando los mandos del futbolín.

-Si Lottie, vámonos ya... Cojamos a nuestros hermanos y regresemos a casa, estoy cansado y mañana hay escuela.

De camino a casa los pequeños iban contando todo lo que hicieron a Felicite, mientras que Lottie no dejaba de mirar a su hermano desde el asiento de copiloto pues aunque Louis le sonreía, ella sabía que algo no andaba bien y su hermano estaba sufriendo.

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10. El chico nuevo-Larry Stylinson  (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora