[[ L E T S F L Y ]]
One-shots de los personajes de haikyuu x lectora.
Si te gustan los adorables jugadores de voley ¿a qué esperas para pasarte?
| Anterior portada hecha por la preciosa de @erbluhen ❤ |
| Art credit;; kkumri en instagram |
⚠ Ningú...
Si, se que debería subir el de Teru pero tengo excusa y es que, hoy, 20 de Julio, es el cumple de la basurita más diva de todas y sinceramente me apetecía dedicarle algo por que se lo merece ♡
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– ¡t/n-chan~! – Oikawa se acercó a su novia abrazándola por la espalda.
La chica se mostró nerviosa, algo raro en ella ya que mantener la calma era algo que la caracterizaba. Rápidamente guardo su móvil en su bolsillo para que el castaño no viera nada.
– H-hey Tooru – se soltó de su agarre – No te esperaba tan pronto, ¿no tenías entrenamiento? –
Oikawa arqueó una ceja, el tono que utilizó le hizo sospechar que algo pasaba.
– Se suponía que sí pero el entrenador lo ha suspendido, tenía que ir al médico – colocó sus manos en sus bolsillos del pantalón – Pero mejor así, más tiempo para estar juntos –
– Oh... Ya veo, que bien – sonrió pero Tooru tenía más claro que algo pasaba – Lo siento cariño, tengo cosas que hacer, debo irme ya – se acercó a él, se puso de puntillas y besó su mejilla – Hablamos luego, adiós –
Sin dejarle opción a más se marchó como el rayo.
Oikawa se quedó mirando por donde se había ido, pensando en que demonios estaba pasando por la cabeza de su novia.
[*]
El castaño no podía sacar de su cabeza lo ocurrido horas atrás, desde entonces t/n no había contactado con él y ni siquiera le cogía el móvil, lo peor era que tampoco tenía respuesta de Iwaizumi, ni de Issei, ni de Hanamaki... Parecía como si todos los del equipo se hubieran compinchado en no contestarle.
El tiempo pasaba, ya eran las once y media de la noche, el castaño iba a dormirse cuando su móvil sonó, era un mensaje de t/n, era corto y directo " ven a mi casa, tenemos que hablar"
Cada parte del chico se congeló, el miedo que le dieron aquellas palabras fue indescriptible, si algo le enseñaban las películas era que esas mismas palabras no señalaban nada bueno. Aúnque estuviera aterrado de afrontar la situación decidió ir, contestó al mensaje una vez subido en el coche y se dirigió a su casa.
El sitio estaba más silencioso de lo normal, algo que tenía bastante sentido al ser casi las doce de la noche. Aparcó el coche frente al portón del edificio y suspiró. No voy a mentir, tenía miedo, su corazón iba a mil con solo pensar en el peor de los escenarios posibles, que cortara con él. Al conseguir calmarse salió del vehículo y entró en el edificio y seguido en el ascensor, marcó la quinta planta, dónde ella vivía, y esperó.
