The Dance Room In Baker Street [Johnlock] Songfic

*?*

Disclaimer: Sir Arthur Connan Doyle, y basado en la versión de la bbc.

Advertencia: Soy un asco en hacer One-Shots, (y en escribir) y más cuando tienen que concordar con una canción, perdón, perdón, perdón. :/

Recomendación; Poner la canción de Elvis Presley - Can't Help Falling In Love . La de TOP también puede ser.

Palabras: 618

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Dance

—¿Cómo es posible que esto estuviera confiscado tanto tiempo? ¡Esto es realmente increíble!­­­— Trato de agarrar la aguja para ajustarla en  el disco, mientas unos pasos que con pesadez subían las escaleras. No solamente se escucharon unos pasos, sino que también una melodía trataba de surgir en el departamento.

—... ¿John?—

—Solo vine a recoger algunas cosas de la bebé que se quedaron la última vez, sólo ignorame.—Caminó por el salón hasta el sofá que antes, era de él, para comenzar a buscar debajo de los viejos cojines.

// Wise men say, Only fools rush in. But I can't help falling in love with you. //

—John. Sé que no es prudente, ni que es el momento quizás, si quieres puedes uhm...—...¿Quieres bailar?—

John se detuvo, levantó su cabeza y se giró hacia él.

Sherlock bajó su cabeza y cerró sus ojos esperando un golpe que nunca llegó.

John al mirar la acción del detective recordó lo que le hizo aquella vez, los golpes y su rabia de los dos años sin él, absolutamente todo.

Y más que nada, su rabia, hacia al Detective y sintió como si todo lo acontecido anteriormente hubiera pasado solamente ayer.

“Shall I stay?, ¿Would it be a sin? ... ¿If I can't help falling in love with you?”

—¿Estás loco acaso?—Te dije que vine por los juguetes de la bebe. No seas idiota.— carraspeó moviendo su cabeza de un lado a otro en signo de negación.

“Like a river flows. Surely to the sea, darling so it goe... Somethings are meant to be. ”

Se acercó a John, con una pizca de esperanza.
Y seguido de esto trato de tomar su mano, él la aparto de un golpe con recelo.

-—John... Por favor,  perdóname. —John miró con desprecio, pero su mirada no pudo soportar tanto tiempo mirándolo, su detective consultor. A su compañero de años. A su mejor amigo. A una parte de su todo.

“Take my hand... take my whole life, too ”

—Agh, una... Una sola canción... cómo aquella vez antes de mi boda...—Tal como le enseñó antes de su boda. Sherlock sonrió, y ambos se acercaron poco a poco, formando la más clásica y ambigua pose de baile, la del vals.

/For I... can't help falling in love... with you/

John nervioso y a la vez muy desconfiado, tomo la cintura del detective consultor quién a su vez dejó reposar su mano en el hombro del doctor.
Y Con nerviosismo comenzaron a dar ligeros pasos y combinarse con el ambiente musical que sonaba por todo el salón del 221B.

John, aunque fuera más pequeño que Sherlock, era quien llevaba las riendas del baile y  en cierto momento dejo de estar tenso, se acercó más al cuerpo de Sherlock ya que de verdad lo necesitaba. Enfadado y decidido era como se sentía ahora, por la forma de ser tan dócil que sentía. De un seco y enfadado hombre pasó a ser ese John Watson sumiso quién acataba todo los que decía su colega... Ya no le importaba, dejó caer su cabeza sobre el pecho del detective.

Siempre lo ha querido hacer, tal cómo lo imagino sintió que estaba protegido,
que ya nada malo les iba a pasar, que nadie los iba a separar. Que siempre serían, ellos dos.

“Like a river flows... surely to the sea, darling, so it goes
some things are meant to be...”

Sherlock le susurró en la oreja a su ex-compañero de piso —John...—

—¿Mhnm?— Se estremeció por la repentina brisa caliente en su oreja.

—Take my hand... And Take my whole life, too... — El doctor se separó un poco del pecho del detective para mirarle a los ojos, lo necesitaba, necesitaba acompañarle y al unísono cantó con el detective.

—For I can't help falling in love with you...—John levantó su cabeza para unir su boca con la del contrario, para comenzar un dulce y tranquilo beso.

—For I can't help falling in love with ... You—El doctor le dio una mirada y nuevamente recostó su cabeza en el pecho del único detective consultor del mundo.

Siempre y por siempre, ellos dos.

Fin