Sashay

Soon

Habían pasado dos semanas desde que cancelé mi boda porque no estaba enamorada de Hudson, es increíble ¿no? Enamorada de Shay, Shay Mitchell, bueno ¿quién podría culparme? ¿Quién podría culparme por imaginarme una vida a su lado? Es hermosa y vamos, sería una excelente y sexy madre...
–Hey buen día – Dijo aquella morena mientras depositaba un beso en mis labios y se sentaba en la mesa para acompañarme a desayunar. Dios, es hermosa. –¿En qué piensas? –
—En que serías una mamá muy sexy — Cabe mencionar que lo dije con la voz más sensual que pude
–¿Ah si?
—Si amor— “Amor” Ella no tiene idea de como me encanta llamarla así
–Entonces ¿estás embarazada?
—Si Shay, debimos cuidarnos
–Lo siento mi vida, no encontré condones que se amoldaran a mi lengua y a mis dedos– Ambas soltamos una carcajada. Era hermoso cuando Shay se quedaba a dormir, aún no lo hacíamos oficial, es decir, ella no me pidió ser su novia, ni yo le he pedido ser la mía, sólo sabemos que nos pertenecemos la una a la otra, con eso estamos bien, por ahora, porque en unos meses, quizá días, le propondré matrimonio. Las chicas me están ayudando a organizarlo todo, cada vez que lo pienso me pongo muy nerviosa.
–Rápido te pierdes en tus pensamientos cielo, ¿pasa algo?– Preguntó
—No amor, sólo estoy pensando en lo afortunada que soy por tenerte a semejante mujer a mi lado— En ese momento me acerqué y le di un beso, comenzó lento pero fue subiendo de tono y bueno, ahí estaba el postre.

*Una semana después*

—Vamos Ashley, será algo románico, no erótico
–Eso es lo que crees Troian, pero ellas dos estarán comiendo después de la propuesta y no exactamente comida– Estallé en risas porque bueno, Ash tenía razón
–Suficiente, seamos serias– Añadió Lucy y después de tres segundos todas reímos porque era algo difícil de hacer.
¿Saben? Las chicas son increíbles, no sé que haría sin ellas.
–Entonces Sasha ¿Ya viste que lencería comprarás?
—¡ASHLEY!— Reprendió Troian
–¿Qué? Bueno, ya, está bien ¿qué tal estás velas? Tienen forma de corazón y según dice son aromáticas, eso puede servir para adornar la habitación para después de la cena en la orilla del mar... Sasha ¿cómo no te fijaste en mi? Mira que cursi eres, Shay es tan afortunada.
—No Ashley, la afortunada soy yo.