Capítulo 16, Extra III: Como si un niño pequeño...

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Ella regresó. Iba a hablar, sin embargo, la atmósfera la detuvo. Yuno miraba su celular y Rei jugaba como si nada, pero el ambiente se sentía tenso de alguna forma.

- Eh, Yuno-kun... puedes quedarte si quieres, es tarde. Podría ser peligroso -dijo.

"Aunque la verdad, me preocuparía más por el asaltante que por Yuno..." Pensó con una gotita en la frente.

Por otro lado, Yuno estaba gritando como idiota, aunque internamente.

- Vale. Gracias por preocuparte, ____-chan - agradeció, con una sonrisa que normalmente derretiría a cualquiera, aunque bueno, la verdad, ambas presentes parecían inmunes.

- Claro, claro, neechan es muy amable y todo, pero coquetean luego - Rei hizo una mueca y ambos mayores se sonrojaron. - Como sea, tengo sueño, me iré ya. ¡Descansa, neechan! - empezó a partir, pero Yuno carraspeó.

- Te haz olvidado de algo, maleducada.

- Oh, ¡Cierto! - tomó sus juguetes del suelo y se dio media vuelta. Le mostró la lengua al pelirosado y se fue corriendo. Él chasqueó su lengua molesto, y ella rió.

Yuno volteó a verla, sorprendido. Prácticamente nunca sonreía. Era... wow. Juraba haber visto brillos y flores al rededor de ella, aunque obvio, no había nada.

(...)

Abrió sus ojos lentamente y miró alrededor, sonriendo de inmediato, al recordar dónde se encontraba. Iba a tallar sus ojos con sus manos, pero algo se lo impidió.

Miró sus muñecas. Estaban atadas de alguna forma al suelo. Miró hacia arriba, donde se encontraba la cama de ___. Ella aún dormía, y Yuno se desesperó aun más al ver que sus muñecas estaban atadas a la cama.

El pelirosa comenzó a removerse, intentando que la pequeña navaja que siempre escondía bajo la manga de su camisa cayera, y sin embargo, nunca cayó.

'No está...'

Los pequeños soportes que sostenían sus manos al suelo estaban mal colocados, bastante mal en realidad. Tal vez con un poco de fuerza bruta se romperían, por lo que comenzó a jalar sus brazos hacia arriba.

Unos 15 minutos le tomó ese proceso, pero al final logró zafar los pedazos de metal del suelo.

- Están mal puestos - se quejó en voz baja, desatando las cuerdas de sus muñecas para dejar de sentir esa incomodidad. Se quedó mirando sus muñecas, rojas por la fricción de las cuerdas en ellas. - Cómo si un niño pequeño las hubiera puesto...






Yandere || Male! Yuno || [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora