"Charlotte"(Parte 2)

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—Voy a darle en adopción. —Siseo sin más, lo dejo ir sin anestesia. —Es lo mejor, aprovecharé los viajes de mis padres para continuar el embarazo con normalidad, al nacer lo llevaré a una casa cuna, para que allí pueda tener la oportunidad de crecer con la familia que yo nunca le podré dar. Mi decisión está tomada, no voy a poder con un bebé y mis padres me matarían de saber de su existencia, esto será lo mejor para el bebé.

Pongo el auto en marcha. Dulcie no dice nada, se dedica a mirar al frente. De reojo miro como niega en reiteradas ocasiones. Su opinión no tendrá validez, sé que dejar a mi bebé, será lo mejor para todos.

Al llegar a la universidad, aparco el auto en el estacionamiento. Los estudiantes al fin regresamos, tras un corto período de vacaciones. Dulcie se encamina a su clase optativa y yo a la mía, no sin antes ponernos de acuerdo en la hora que iremos por la ecografía. Paso por la biblioteca para llegar a las escaleras que llevan al segundo piso, subo por esas porque son las menos frecuentadas.

La persona que menos quiero ver en este mundo aparece, sus amigos se alejan mientras él se queda, me mira y lo miro, lo odio con todo mi ser.

—Charlotte.

—Samuel. —Intento esquivarlo, pero me sostiene del brazo. Su toque aún me hace sentir cosas, suspiro y me safo. —No te atrevas a tocarme, nunca.

—Yo sólo quería saber como estabas.

—Embarazada, maldito idiota. ¿Cómo más? Engordando como vaca mientras tú continúas con tu puta vida como si nada. Por cierto, felicidades por tu nueva novia. —Le digo con rencor en mis voz. —En verdad deseo que no le hagas los mismo que a mí. Eres un canalla, sinvergüenza, un maldito hijo de puta, si, es lo que eres. Por favor, no intentes hablar conmigo como si fuésemos amigos, si me ves, ignórame. Bórrame de tu jodida existencia, si cruzamos o coincidimos en algún lugar, haz como si no existo, que yo haré lo mismo.

—Lo siento, Char... Yo... —Balbucea.

—Tú... Nada. No eres nada para mí, ni para el bebé. —Llevo mi mano al vientre cuando siento un pequeño movimiento, palmeo suavemente: mamá está aquí, bebé, tranquilo. —Adiós.

Me regreso, por el camino que lleva al estacionamiento. Paso comprando una bebida natural en la cafetería y me dirijo al auto, no tengo ánimos para entrar a clases. Con el aire acondicionado y música esperaré a que Dulcie salga. Me siento de un humor espantoso.

❇❇❇

El transductor se desliza por mi vientre, con la sensación fría. La doctora se concentra en ver el monitor con atención, yo a ella y sus expresiones. Como en cada ecografía, Dulcie es quien sostiene mi mano, en su lugar debería estar el padre de esta criatura, pero su falta de pelotas y responsabilidad lo impiden.

—Lo tengo. —Dice con una sonrisa. —Todo indica que mi hija tenía razón. Charlotte, felicidades, tendrás una niña.

—Yo lo sabía. —Se jacta ella.

Una niña, mi pequeña princesa.
Una hermosa que pronto le dará grandes alegrías a una familia.

—Entonces, resulta que si eres bruja después de todo. —Bromeo con Dulcie. —Es una niña.

Bajo de la camilla después de limpiar los restos de gel. Y subir mi pantalón. Agenda una nueva cita para el próximo mes, nos retiramos del consultorio, con mi insoportable  que no para de decir lo genial que es al saber el sexo de la bebé.

— ¿Ya vas pensando en su nombre?

—Esa será tarea de sus padres, Dulcie.

—Aún faltan unos cuantos meses, en los cuales espero que lo pienses mejor. Ya no voy a insistir,  pero piensa en esa niña. Merece a su mamá. —Me dice mi amiga. Y su madre nos mira sin entender.

No importa cuánto insista ella, yo sé que mi decisión va a ser lo mejor para esta bebé.

Baja del auto dándome un abrazo, y por supuesto, dejando el respectivo cariño en mi vientre. El auto es puesto en marcha, sueño con llegar a casa y dormir, me siento demasiado cansada, y si no es mucho pedir, quiero que mis padres ya no estén. Que la insistencia que tienen al marcarme  al móvil, sea para decirme que se van de nuevo. Ya ni me molestaría que lo hagan, decido no contestar, ya estoy cerca de casa, si ellos me dejan por último en todo, yo también puedo pagarles con la misma moneda.

Entro a casa, está en un profundo silencio. Con un poco de suerte y se han ido, necesito y anhelo mi cama, tengo una increíble necesidad de dormir. Al adentrarme en la habitación, siento una fuerte cachetada que consigue descolocarme. Mamá se encuentra frente a mí, su respiración es irregular y puedo ver la furia en sus ojos. Papá tiene unos papeles en sus manos, y en la cama está regado todo el contenido de la caja donde he guardado las ecografías, y otras cosas de mi hija.

Lo que tanto temía, ha sucedido.

— ¿En qué mierdas pensabas, Charlotte? Esto va a arruinar tu vida por completo, ¡Maldita sea! —Vuelve a pegarme. Y llevo mi mano al vientre, no quiero que le haga daño a mi bebé. Ella me la aparta y abre mi chaqueta, retirando el suéter y levanta la camisa. —Mierda, mierda y más mierda.

—Estoy total y profundamente desilusionado de tí, hija. Jamás imaginé que tú, mi única hija saldría con algo así.

—Bonito es venir y reclamarme, pero no pueden culparme sólo a mí, si ustedes nunca cumplieron como padres y no estuvieron conmigo. He pasado toda mi vida con empleadas, ni una sola vez se acercaron para hablarme del maldito sexo. No quieran ponerse como padres ejemplares, porque no lo son, ustedes son los peores padres que el mundo haya conocido. No, lo material no es nada, los hijos necesitamos más que eso. Y si, estoy embarazada, acabo de descubrir que una niña crece en mí.

Mamá vuelve a pegarme gritando miles de maldiciones, que soy una decepción para ellos. Que una cualquiera no me llega ni a los talones, espero un cuarto golpe que no llega, papá interviene. Y no para defenderme, sino para terminar de hundirme. Escucho con atención, merezco todo lo que me dicen. Todo va bien hasta que mamá escupe una frase que me duele.

— ¡Abortarás a ese engendro! —Siento mi sangre hervir, ella no dijo eso.

— ¡No, mamá! No pienso hacer eso, jamás. Mi hija va a nacer, y luego la daré en adopción. No la tendré conmigo, pero le conseguirán una familia. Es irónico que le quieras privar de la vida a un inocente, cuando tú ya has vivido.

—Si no te deshaces de esa criatura, te vas de esta casa y nos olvida para siempre. —Su amenaza no me sorprende. Busco la mirada de papá para encontrar un poco de piedad, pero por el contrario, él apoya a mamá. Tengo los ojos inundados de lágrimas.

Mantuve la esperanza de que recapacitaran, y al saber que no me lo quedaría me apoyaran, pero eso no va a suceder.

—Elijo a mi bebé, a este ser inocente. —Acaricio mi vientre. —Me voy de esta casa. Si ustedes no me apoyan, soy yo quien se va, nadie me echa de aquí. Son unos crueles, insensibles... Y... Y siempre quise decirles los malos padres que son, ustedes se consideran perfectos, pero la realidad es que son un fracaso. Podrán tener una gran fortuna y lujos cuantiosos, pero nunca sabrán lo que es una familia, ustedes fallaron y espero que el dinero, les reconforte y les ayude a comprar muchas cosas materiales para sustituir el amor, porque a mí, ya me perdieron. Su hija se murió, justo ahora.

Con el corazón lastimado, herida y adolorida. Corro a la salida, con solo mi cartera de compañera. No sé qué va a ser de mí.

Ahora mismo, una sola cosa es segura. Mi niña va a nacer, haré lo que ninguna madre debería, pero sé que será lo mejor para ella. Yo nunca podré ofrecerle nada más que mi cariño, no habrá marcha atrás. Disfrutaré los meses que quedan de mi embarazo.

—Bebé, tendrás a unos padres que te adoren. Deberás comprender que haré lo mejor para tí. —Le habló entre susurros al ser hermoso que crece poco a poco en mi interior. Mientras divago por las calles. Ahora todo es impredecible, ni siquiera sé que va a ser de mi vida ahora. —Pero ten por seguro mi niña, que conocerás la vida y el calor de hogar que yo nunca te tuve. Porque no eres culpable de nada, sino yo, tú lo mereces todo, cariño.

Hay errores que deben cometerse para mejorar, unos cambiarán tu vida por completo, otros tal vez te tiren al punto de creer que no podrás más. Pero la lucha no debe acabarse, la vida es para eso, para aprender, crecer y ser mejor cada día.

Prometo Quererte SiempreWhere stories live. Discover now