|Capítulo 48|

2.7K 236 7
                                    

Es la segunda vez que Sophie viene a visitarme, si pudiera decirle que yo también la extraño, mi hija debe saberlo... Sophie, me siento impotente, ¿Por qué jodido no puedo moverme? Es difícil estar aquí y no poder hacer nada, intento que mis dedos, mis manos o mis piernas de muevan pero es inútil. Me encuentro sumido en algo desconocido ¿Y si no despierto nunca? No, por favor no, necesito hacerlo, por mí, por Sophie, pero en este momento no sucederá , yo lo sé y lo acepto.

— ¿Por qué no despierta? —pregunta Sophie.

—Necesita descansar mucho, ya te lo dije linda, pero pronto lo hará. —Zoe suena tan convencida, ¿O sólo lo hace para mantener tranquila a mi pequeña?

Desde estas circunstancias es difícil saber quien miente o quien dice la verdad, sólo está hablándole a la niña así para que no se sienta mal.
— ¿No va a ir a casa?

—No, por ahora. Tendremos que dejarlo unos días aquí para que se mejore, no se puede ir, pero luego si.

— ¿Tú irás conmigo? —Estoy seguro de que la ha puesto incómoda.

—Uhm, ¿Quieres que vaya contigo?

—Sí, nadie más —le responde con voz queda.

—Sophie, creo que tus abuelitos te van a llevar a su casa, entonces irás con ellos.

—No, yo quiero mi casa, la casa de papá. —Oh, no llores Sophie, no lo hagas, no ahora que no puedo consolarte.

—Voy a hablar con ellos para ver que dicen, ¿Si? Yo les voy a decir que quieres ir a tu casa, pero primero prométeme otra cosa.

—Vale —ella y su palabra, sé que no se irá con ellos.

—Si me niegan la idea de ir a tu casa, irás con ellos sin rechistar, ¿Bien?

—No —responde segura, lo dije.

—No me puedes hacer esto, por favor.

—A no ser que... —casi puedo imaginar su pose pensativa—, tú vayas conmigo también a su casa.

—Puedo ir a dejarte hasta su casa, por mí no hay problema.

—Yo hablaba de cuidarme como ayer. — ¿Ella la cuidó? —Que duermas a mi lado como lo hace papá cuando estoy triste.

—Bueno, ese es otro punto a consultar con tus abuelitos, ahora despídete de papá para que vayamos a comer.

— ¿Las dos?

—Sí, las dos. Iremos a un lugar donde cocinan muy bien y rico.

—Yo no tengo hambre —dice muy convencida.

—Pero vas a comer, porque debo darte tus medicamentos, acá los traigo y no sólo eso señorita, el alimento es necesario para el cuerpo.

—Está bien. —En el tono de su voz se escucha vencida. —¿Qué es eso?

—Un respirador, ayuda a que tú papá pueda respirar mucho mejor.

— ¿Eso duele? Como los pinchazos de Lucy.

—La verdad, no lo sé corazón. Pero creo que no, no te preocupes que este hombre es muy fuerte. Ahora, vamos.

—Yo quiero quedarme aquí con papá. —Oh Sophie, sus sollozos me parten el alma.

—No se puede, nos dieron sólo unos minutos para venir y ya nos pasamos, debes despedirte de él.

Se remueve en un lado de cama.
—Papi, recupérate pronto, no duermas mucho porque sino serás una princesa y no me gustan, Zoe dice que debo comer, por eso me tengo que ir. Te quiero mucho, papi. No te mueras, quédate.

Prometo Quererte SiempreWhere stories live. Discover now