CAPÍTULO 26

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*Narra Cris*

Me remuevo contra el edredón de un lado para otro. Mis ojos se abren costosamente por culpa de los rayos de sol que traspasan la ventana de mi cuarto; mientras me maldigo por no haber echado las cortinas anoche.

Ya han pasado un par de semanas desde que Jesús y yo nos convertimos en una pareja de verdad. Nada de amigos. Todo ha transcurrido normal y cada día noto más que el afecto es mayor entre nosotros.

Una sonrisa tonta se forma en mi cara con los recuerdos de ese día, veintiuno de febrero, su cumpleaños y él diciendo que me quería, fue lo más maravilloso de todo.

-¿Cris estás despierta?- la voz de mi madre retumba por la habitación dando dos toques en la puerta sacándome de mis pensamientos.

-Pasa.- le digo y obedece.

-Nos vamos ya a la empresa, llegaremos sobre las siete u ocho.- informa sentándose a mi lado.

-¿Pero hoy no comenzabais a las tres?

-¿Y qué hora crees que es?- ríe.- Sé que ayer te dormiste tarde.

Cojo el móvil de la pequeña mesilla y veo la hora fingiendo una mueca cuando veo que está en lo cierto. Menos mal que es domingo. Ayer por la noche estuve estudiando hasta bien tarde, mis amigos salieron y yo aún así me quedé en casa. Hoy ha comenzado marzo y eso significa que las vacaciones de la segunda evaluación se iniciarán dentro de veinte días pero antes de todo esto los exámenes están delante.

Segundo de bachillerato no es nada fácil y menos si lo que quieres estudiar en un futuro es Medicina. Mi abuelo fue un gran médico y yo quiero seguir su camino, lo tengo decidido, y para eso necesito una nota bien alta.

-Me voy cariño, papá me está esperando en el garaje.- sonríe posando sus labios en mi frente.- Te quiero

Pasa las manos por la falda lisa azul marina que lleva puesta y camina hacia la puerta con el traqueteo de sus tacones sonando.

-Se me olvidaba.- gira el pomo y se gira sobre sus talones.- Hay alguien abajo que está preguntando por ti.

Mis mejillas se ruborizan, sé que es él, he visto su mensaje cuando he mirado la pantalla de mi móvil.

Me coloco el pelo en una cola de caballo y salgo lo más rápido que puedo hacia el salón una vez que he terminado de vestirme. Y sí, estaba en lo cierto, el chico del cual estoy completamente enamorada se encuentra en frente mía, con su móvil entre las manos y viendo muy atento dicho objeto electrónico.

-¿Qué haces aquí?- pregunto depositando un beso en su mejilla. Levanta la cabeza y su mirada contacta con la mía produciendo unos hoyuelos en sus mejillas.

-¿Acaso no puedo venir a ver a mi novia?-sus suaves manos pasan por mis pómulos y luego a mi cintura atrayéndome más a su cuerpo.

Me encanta que se dirija a mí con ese nombre.

Nuestros labios se unen, su lengua le pide paso a mi boca y mis palmas van directas a su cuello para profundizar el beso.

-¿Nos vamos?- pregunta cogiendo mi muñeca tirando de mí hacia la puerta.

-¿A dónde? Primero tengo que ingerir comida en mi cuerpo.

-Lo tengo todo preparado.- me guiña un ojo.- Vamos a la terraza.

(...)

Las vistas desde lo alto del hotel son espléndidas, este sitio se está convirtiendo en mi lugar favorito.

-Toma.- dice Jesús pasándome el mousse de limón.

Lo cojo y segundos después una cucharada entra en mi boca saboreando el delicioso postre realizado por la madre del chico moreno que tengo delante.

TE JURO QUE VOLVERÉ A VERTE (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora