Capitulo 4 Jugando en el parque

194 9 0
                                    


Bueno ya estoy llegando al parque donde quede de encontrarme con juan, encontré una banca vacía y decidí esperarlo en ella, habían personas sacando a pasear a sus mascotas y muchos niños jugando con la pelota y en la resbaladera, en columpios y pasa manos.

Mientras juan llegaba, imaginaba con que historia me iba a salir ahora porque por más que mirara el parque no veía puntos muertos o en donde poder encerrarse, en pocas palabras no veía en donde se podía tener sexo sin ser descubiertos por un adulto o un niño que casualmente pasara por ahí y viera lo que unos locos sexuales estuvieran haciendo.

Cuando llego juan vi que estaba en ropa deportiva con sus zapatillas, sudadera y una camiseta. Estaba muy relajado.

Pasaba el carro de los helados y decidimos comprar dos helados de chocolate, regresamos a la banca y no pude aguantar las ganas de preguntarle como hizo para poder tener sexo en un parque.

¡¿Cómo lograste tener sexo en un lugar donde no hay puntos muertos?! -le pregunte con mucha alteración.

Tranquilo, te voy a contar con todos los detalles el cómo logramos tener un punto muerto -me respondió sonriendo-.

Fue una tarde como cualquiera donde las familias sacaban a sus mascotas al baño y a jugar y los niños salían a divertirse con más niños, estaba con una amiga llamada Natalia en una banca como estamos tu y yo en este momento, empezamos a charlar y hablar de cómo nos iba en el colegio, entre esas conversaciones que empiezan por cosas naturales y terminan hablando de sexo.

"todos conocen que el mejor tema de conversación es el sexo".

Hablamos de nuestra primera vez y de que nos gustaba que nos hicieran en el coito, recuerdo que a ella le gustaba mucho que le practicaran sexo oral y que le introdujeran un dedo en el recto mientras se había una penetración normal.

Yo escuchaba atento pues hablar de eso te hace coger experiencia y te hace saber qué es lo que le gusta a una mujer en cuanto al sexo se trata.

Entre esas conversaciones y risas cruzadas se nos dio a la idea de darnos un beso, un beso que no tenía ningún compromiso solo el placer de gozar.

En uno de esos besos tuve la picardía de tocarle un ceno, como para darle picante a ese momento.

Creí que la reacción de ella era darme una cachetada o quitarme la mano y ponerse roja, pero la verdadera reacción fue una pequeña risa coqueta que entendí como "sigue así". Lo siguiente fue tocarle la cola una pequeña palmada pero a ella no le molestaba en lo más mínimo, al contrario lo disfrutaba igual que yo.

A pesar de estar con esos pequeños juegos previos trataba de ser discreto pues había muchas personas mirando.

Entre tantos juegos nos retiramos de la banca y nos sentamos en un árbol y ella dijo que era el turno de ella de jugar con las manos.

Mientras me sentaba ella me pellizco el trasero y jamás dejaba de reírse todo parecía un juego, cuando estábamos besándonos ella me pasaba las uñas por el vientre dándome unas pequeñas contracciones musculares involuntarias.

En uno de esos besos me mordió el labio muy suave y bajo sus manos a mis genitales cogiéndolo con mucha fuerza, - aunque dolió un poco lo disfrute-.

Le dije que lo cogiera con suavidad y con más confianza en pocas palabras le dije que lo disfrutara, ella me hizo caso lo empezó a coger con más suavidad y más apasionado como si fuera la última vez que lo tocara.

Mete las manos bajo el pantalón -le dije susurrando a su oído.

Ella sin pensarlo dos beses tomo su mano y la metió bajo mi ropa interior y se colocó algo roja por la pena pero la pena no impidió que siguiera, estábamos excitándonos poco a poco.

Luego me tocaba a mí meter la mano bajo la ropa de ella, cuando lo hice note una humedad impresionante que lo único que pedía era ser saciada de pasión.

Cuando ya las ganas nos estaban ganando y no nos importara quien nos viera, nos dijimos vamos a alguna casa y nos quitamos estas ganas, pero el problema es que las casas de los dos estaban ocupadas ninguna casa estaba sola.

No nos quedó más opción que mirar donde podíamos ir.

Ella vio que en el parque había un tubo donde los niños pasaban pero no habían niños entonces disimulando decidimos caminar hasta ahí y sentándonos en el parque fuimos corriendo poco a poco hasta que llegamos al tubo, ella dijo que nos acostamos y nos detuvimos por un momento.

Nos acostamos los dos en ese tubo y confirmamos que nadie nos estuviera mirando, cuando notamos que estábamos más solos empezamos de nuevo el toque, manos iban manos venían y la excitación llegaba a nuestros cuerpos con más lujuria y menos respeto.

Ella bajo dándome besos por el cuello, besando mi pecho y mi abdomen hasta que llego a mis genitales y empezó a hacer sexo oral, al principio lastimaba pues era la primera vez que ella lo hacía pero después se dio cuenta que solo con jugar con su lengua me daba un gran placer.

Luego le dije que se acostara ella y me tocaba a mí hacerle oral, baje sus pantalones y ropa interior y coloque sus pies en mis hombros de tal manera que quedara completamente acurrucada acostada boca arriba.

Jugué con mi lengua pasándola por sus labios haciendo pequeños círculos de arriba hasta abajo, dando pequeñas impresiones de que llegaría hasta su clítoris pero sin llegar a él haciendo que su picardía provocara mas excitación, empecé a jugar también con mis dedos haciendo lo mismo que con mi lengua pero cuando su humedad me pidió más placer, decidí introducir mis dedo anular y el dedo medio, jugando con su punto g interno esa pequeña parte rugosa que se siente genial.

En ese momento paso un niño y rápido nos detuvimos y disimulamos sé que el niño no lo noto porque paso como si nada. Nos detuvimos un momento y luego ella me dio la espalda y bajo un poco su ropa y quedando en la posición "cucharita".

Estábamos llenos de placer se sentía delicioso una adrenalina perfecta y con mucha brusquedad como si quisiéramos terminar pronto.

Llegaron más niños al parque y nos tuvimos que detener extasiados de placer.

Esa fue la tercera aventura más loca que he tenido siempre en público y con mucho miedo de ser descubiertos pero no nos importó eso.

Y ahí estaba yo escuchando otra historia que me dejaba anonadado pero estaba normal, cada día me decía un capitulo nuevo me sentía bien esos recuerdos de juan valían oro y yo estaba feliz con mi libreta escribiendo.

Terminamos el helado y pase por el medio del parque donde me di cuenta que ese tubo no tenía puntos muertos que cualquier persona los pudo ver sin problema pero a él no le importo en lo más mínimo.

Esa fue la aventura de juan y Natalia jugando como dos "niños" en el parque.

Al despedirnos dijo que me invitaba a su casa mañana, la próxima historia seria en su casa.

Mi mente voló, si eso ha hecho en lugares públicos en colegio y parque, que no me espera mañana en su casa donde estaba en completa libertad, quede ansioso un día más. Por escuchar la historia de mañana nos despedimos cordialmente y nos fuimos de ese parque testigo de su locura.

Los Recuerdos De JuanOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz